- Evo y el ayuno por la paz
Luis Camilo Romero / comunicador boliviano para América Latina y el Caribe
Ante la decisión de llevar a cabo una acción militar sobre Siria, por parte de los EEUU, el mundo se prepara para un nuevo desastre que esperamos no se consuma. La autoridad máxima de la Iglesia Católica ha reaccionado y ha lanzado una cruzada a la que Evo Morales ya ha dado su respuesta.
El llamado del papa Francisco a cumplir una jornada de ayuno y de oración por la paz en Siria tuvo eco en el líder aymara que movilizó a gran parte del pueblo creyente y de igual forma está recibiendo más adhesiones incluso de movimientos que no profesan el catolicismo tanto en el mundo musulmán como entre los no creyentes.
Más allá de tener claras distancias de parte del Gobierno boliviano con la jerarquía de la Iglesia Católica y de su accionar en los últimos años, que aun muestra las contradicciones en sus posturas en lo político, algunos califican como un avance importante que el jerarca hable por Siria.
Tampoco podemos negar la crisis por la que atraviesa la Iglesia Católica, especialmente en nuestro continente, uno de los más católicos del mundo, por la colonización como se sabe, el “Continente de la esperanza”, como fue calificado por Juan Pablo II, es el Continente de la Esperanza, pero por la fuerza de sus pueblos que quieren construir la paz.
Ese pueblo latinoamericano, como en otros lugares en el mundo, sigue a la expectativa y siente el dolor de las barbaries cometidas por el amo y señor del norte que viola sus propios mandatos de paz y tiene a nada más ni nada menos al Nobel de la Paz como a su presidente que ordena la intervención a Siria, ¡qué contradicción!
A lo largo de la historia se han cometido los más horrendos crímenes en nombre de la paz. En nombre de la democracia, los Estados Unidos se apoderaron de Puerto Rico por más de cien años, y lo mismo hizo con la base cubana de Guantánamo.
En nombre de la paz, la Casa Blanca cometió el acto terrorista más peligroso y genocida de la historia: el lanzamiento de bombas atómicas sobre las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki. En nombre de la libertad, los derechos humanos y la paz, los Estados Unidos instituyeron en casi toda América Latina dictaduras sangrientas a lo largo de tres décadas e impusieron a los dictadores para asesinar a los hijos de esos pueblos.
Evo Morales fustigó en varias ocasiones la decisión de Washington, sujeta al parecer del Congreso de EEUU, de atacar Siria, enfrascada en una guerra civil, tras esgrimir el argumento de que Damasco empleó armas químicas contra rebeldes civiles. Denunció que en su papel de gendarme oficioso del mundo, EEUU pretende ejecutar un nuevo reparto imperial con la invasión a Siria.
El Primer Mandatario indígena, al tomar la decisión de ayunar por la paz, asume y hace carne de las voces y testimonios de los que llama “cristianos comprometidos”, de diferentes órdenes, del mundo laico y que dan fe de esos aliados históricos, de indígenas y obreros, de mujeres y jóvenes que mantienen la práctica de su credo junto a su pueblo.
Evo Morales también está esperanzado por el giro que puede tomar la Iglesia Católica si más allá de renunciar a las grandes tentaciones del poder que vive el Vaticano relanza y practica la Teología de la Liberación con la que se comprometieron y por lo que dieron la vida muchos pastores de la Iglesia Católica en América Latina.
Que el ser un cristiano con práctica revolucionaria, como lo dijo Evo en alusión a lo dicho por el Papa, sea el principio de este nuevo escenario para comprometer a los pueblos en una lucha frontal contra el imperio que se prepara para aniquilar a un pueblo árabe desprotegido.
Una respuesta a “Nobel de la Paz”
Wayna Katari
Recomiendo leer el artículo de María Galindo a propósito de la visita:
«¡Qué bueno que has venido! Sabía que al final ibas nomás a agachar la cabeza, dejarte bautizar una vez más, dejarte catequizar, domesticar y bendecir, como lo hicieron todos tus ancestros que conciliaron con la colonización, que se dieron por vencidos y que besando la cruz aceptaron los beneficios de ser un buen salvaje.» «Con mi visita ensancho tu fama y te ayudo a que el mundo crea que tú eres diferente de los otros papas: más bueno, menos tirano, menos racista.»