- Una crónica de los días que vendrán
Camilo Katari
El poeta y político francés Aimé Cesaire afirma: “Una civilización que se muestra incapaz de resolver los problemas que suscita su funcionamiento es una civilización decadente. Una civilización que escoge cerrar los ojos ante sus problemas más cruciales es una civilización herida”.
Nos está hablando nada menos que de la civilización europea, ¿cuál fue el mayor invento de la civilización europea? Desde mi punto de vista fue el capitalismo, desde entonces la maldición llegó a los demás continentes.
Hoy Europa se encuentra en un proceso crítico de reconstrucción del capitalismo, las espaldas de los más pobres deben soportar este peso o caso contrario huir despavoridos de la catástrofe económica y social.
En América del Sur existen aún devotos creyentes del mercado total y se esmeran en frenar los procesos que por caminos diferentes están recorriendo Argentina, Ecuador, Brasil, Venezuela y Bolivia.
Tal parece que los mercaderes de la muerte no soportan esta afrenta y han puesto fecha para frenar estos vientos libertarios: 2015 el año de dos importantes elecciones es sin duda una frontera decisiva para el imperio.
Para impedir que se camine en el sentido de la historia se han montado cuidadosamente operaciones para impedir la continuación de los cambios.
Las operaciones regresivas tienen en los medios de comunicación a sus puntas de lanza, los demás actores, candidatos, abogados delirantes, militares que traicionaron a la patria y cofradías del mercado total siguen las pautas de los medios y es que estos medios de comunicación han perdido su particularidad nacional y su misión fundamental de informar con responsabilidad.
Hoy, estos medios, que hasta las iglesias los desautorizan, forman parte de un sistema a nivel mundial que ha encontrado en la “libre empresa” (léase capitalismo) su unidad política e ideológica, en esta medida es depositaria de los intereses de los grandes capitales que ven peligrar su prédica de progreso y civilización pensamientos que han impuesto al mundo al finalizar la segunda guerra mundial.
Los sucesivos ajustes al sistema capitalista (recomendaciones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial) solamente han cerrado el círculo de la riqueza para pocos y la desgracia para muchos.
Les molestan las políticas redistributivas de los gobiernos que han pensado primero en la vida, les molestan las escuelas, los campos deportivos, los rituales a la Pachamama.
El pudor y las buenas costumbres burguesas han pasado al olvido, aparecen los rostros de la furia, tanto así que quieren colgar a Morales como colgaron a Villarroel en el 46; a este juego se prestan algunos indígenas impulsados por instituciones “indigenistas” esas que desaparecerían si su “objeto de estudio” recupera su plena conciencia.
Muchos caminantes en el proceso de cambio han perdido el rumbo y han hecho pausa en tierra movediza, y no es tiempo de tomarse descanso, las tareas cotidianas exigen redoblar esfuerzos, estar atentos para impedir que las plagas afecten las cosechas, para que los ladrillos construyan verdaderos pilares que sostengan el nuevo Estado.