- Un merecido Premio Nobel para España
Patricio Montesinos / cambio.bo
España no tendría actualmente contrincante alguno en Europa, y sólo le haría competencia en el mundo Estados Unidos, para hacerse con el Premio Nobel de ‘Violaciones de los Derechos Humanos’, si existiera tal categoría de distinción en ese afamado y controvertido galardón internacional.
Ni una sola calle de la nación ibérica durante 2012 y 2013 ha dejado de ser escenario de protestas masivas ante los recortes sociales, el desempleo, los desahucios y la actuación violenta de los gendarmes, ordenados por el régimen del derechista Partido Popular (PP), que lidera el presidente Mariano Rajoy.
La grave crisis económica que enfrenta España ha caído sobre las espaldas de los trabajadores y los más desposeídos, mientras que integrantes del gabinete de Rajoy y del PP, como el ex gobernante y guerrerista José María Aznar, andan de un escándalo de corrupción en otro, enriqueciéndose ilícitamente.
Las represiones brutales protagonizadas por las fuerzas de seguridad contra los manifestantes, las detenciones arbitrarias, además de las denuncias de torturas son muestras fehacientes de transgresiones flagrantes de los derechos humanos, en un país donde su Ejecutivo no para de pregonar que allí impera un sistema “democrático”.
Por su parte, los grandes emporios de la prensa española, como El País, El Mundo y ABC, entre otros, actúan de cómplices del Ejecutivo de Rajoy, manipulando o silenciando lo que realmente está ocurriendo en ese empobrecido Estado del sur europeo.
En España hoy la tasa de desempleo supera el 26 por ciento, su deuda marcó record al llegar al 88,2 por ciento de su PIB, y los desahucios de familias de sus casas por impagos oscilan entre más de 40 mil y 75 mil, según cifras manejadas por diferentes fuentes.
Nueve personas se suicidan diariamente en esa metrópoli, agobiadas por la pobreza, el paro y las expulsiones forzosas de sus viviendas, mientras reina la impunidad contra los crímenes cometidos durante el régimen franquista, sin duda alguna un referente para el gabinete ultraconservador de Rajoy. Hasta la organización Amnistía Internacional (AI) criticó por estos días a las autoridades de Madrid por no cooperar y obstaculizar las investigaciones referidas a los asesinatos perpetrados durante la guerra civil española por el dictador Francisco Franco.
Similar reproche le hizo AI al gobierno de Rajoy con los desahucios practicados diariamente contra sus compatriotas, que han llegado hasta tal límite que se intentó cobrarle a un niño de 5 años una deuda de 22 mil 600 dólares (unos 17 mil euros), dejada por su padre, luego de que este último decidió quitarse la vida.
La historia de ese niño de la norteña comunidad de Galicia es aún más dramática si a ello se agrega que su madre carece de recursos para enfrentar el adeudo de su cónyuge fallecido.
Recuerdo una frase que públicamente le dijo la reina Sofía al presidente Evo Morales durante una visita suya el pasado año a La Paz: “España será pobre y Bolivia rica”.
A lo que evidentemente no se refirió la monarca fue a las constantes violaciones de los derechos humanos que desde entonces se cometen en su país, que recuerdan los brutales tiempos de Franco.
Una respuesta a “España: Brutales tiempos de Franco”
Vince L. Hines
Dejen que termine usando el paralelismo con la Alemania nazi al que ustedes recurren con tanta ligereza. Si bien la gravedad no es comparable, en ambos casos estamos hablando de situaciones de vulneraciones sistemáticas de derechos humanos.
En España afortunadamente no estamos frente a campos de concentración, deportaciones ni asesinatos masivos. Pero sí tenemos violentos desalojos, miles de personas empobrecidas que ven comprometidas sus necesidades básicas, condenadas de por vida a la exclusión social y la economía sumergida. Y todo para mantener unos privilegios y unos beneficios astronómicos a las élites financieras.
Décadas después del nazismo, la sociedad alemana aún no se ha perdonado a sí misma el no haber sabido reaccionar a tiempo para evitar la barbarie. Pues bien, en España miles de ciudadanas y ciudadanos hemos decidido que en el futuro queremos poder mirarnos al espejo.
Una democracia que permite la vulneración sistemática de derechos humanos, e incluso la promueve, no es democracia, por mucho que se vote cada cuatro años. Democracia será cuando el interés general se anteponga a los dictados de los mercados. Cuando nada sea más importante que la vida y la dignidad de las personas.