- La totora, planta utilitaria del lago Titicaca
Edwin Conde Villarreal: cambio.bo
La totora es la planta utilitaria del lago sagrado, el Titicaca, por la serie de beneficios que ofrece como alimento, medicina natural y materia prima. Su utilización tradicional es milenaria y aún se mantiene entre los pueblos de la región lacustre.
El espejo lacustre de los Andes con una superficie aproximada de 8.562 metros cuadrados, es el hábitat natural de la totora (Schoenoplectus tatora), una planta que alcanza un desarrollo de más de dos metros de largo.
Son varios los estudios que verificaron su capacidad de descontaminar las aguas que tienen sus raíces, las que absorben los metales pesados y la bacteria E.coli.
Su raíz conocida en lengua aymara por los habitantes de la región como sak’a es comestible, al igual que el tallo llamado ch’ullu. Un examen bromatológico reveló hace años que gran parte de la totora es fibra cruda beneficiosa para el organismo humano por prevenir el cáncer de colon y evitar las constipaciones.
Los pobladores del Titicaca también saben que la flor de totora puede ser usada en infusiones para aliviar y desinflamar males digestivos. Cuando se quema la flor, la ceniza sirve como astringente porque puede cicatrizar y desinfectar las heridas.
La bondadosa planta sirve también como materia prima para la fabricación de grandes embarcaciones. Varias de ellas fueron usadas en expediciones científicas para comprobar las migraciones antiguas del ser humano en el mundo.
Clases de totora
Los comunarios, principalmente los isleños, son capaces de identificar siete clases de totora, éstas pueden tratarse de sub especies. La planta puede ser usada también para la elaboración de fina y variada artesanía que puede ser de ornamentación y utilitaria.
Los habitantes de las islas Suriqui, Quewaya y Pariti son expertos artesanos que heredaron por generaciones la habilidad artesanal y la creatividad. En la isla Suriqui también existe un astillero de donde provienen la mayor parte de lanchas y botes que navegan las aguas sagradas del Titicaca.
Las tres islas, todas ubicadas en el lago menor o Wiñaymarka, guardan los vestigios de las civilizaciones prehispánicas. En ellas existen rastros de estructuras líticas dedicadas al ritual a la Kochamama o Diosa del lago.
Muestra ecológica
Los comunarios de las islas se organizaron y pretenden realizar una muestra en La Paz.
“Queremos mostrarles nuestras creaciones y el uso de la planta milenaria en la elaboración de artesanía de ornamentación y utilitaria, además de otros objetos”, dice Gerbacio Quispe quien asegura que las artesanías ecológicas pueden ser usadas en las ciudades.
Los artesanos del lago también mostrarán la creación de muebles como catres y taburetes, elaborados sólo con el uso de la planta.
Varios de los pobladores coincidieron en proponer que si se llega a poblar con totorales el Titicaca, se puede eliminar la contaminación lacustre que existe actualmente.
Las ranas gigantes del fondo de las aguas sagradas
Un anfibio, la rana gigante, por su gran tamaño, con más de un metro de largo, habita en las profundidades del lago Titicaca. Aunque algunos expertos aseguran que la Telmatobius culeos deposita sus huevos entre los totorales.
Fue en 1968, cuando por primera vez la rana fue clasificada y estudiada por una misión científica dirigida por el oceanógrafo francés Jacques Yves Cousteau.
La investigación permitió comprobar que el anfibio, debido al bajo contenido de oxígeno en el lago Titicaca, respira por medio de la piel. Es una especie exclusivamente acuática que posee grandes pliegues de piel en todo el cuerpo.
Éstos le permiten aumentar la absorción de oxígeno por la piel, una característica que se observa también en otros anfibios estrictamente acuáticos.
Aunque la especie tiene aparentemente una amplia distribución en el Titicaca, las bajas densidades y registros de individuos en censos sugieren que es poco frecuente su avistamiento.