- La izquierda con espíritu de derecha
Max Murillo Mendoza: probolivia.net
La izquierda boliviana siempre tuvo su espíritu en la derecha. Jamás tuvo raíces autóctonas o bolivianas. Los primeros en importarla fueron extranjeros, cierto de buen corazón.
Anarquistas, socialistas, troskistas y comunistas extranjeros o de raíces extranjeras se encargaron de importar estas ideologías exóticas y de allende los mares.
Por los años 20, 30 y 40 del anterior siglo intentaron poner raíces en sindicatos mineros, fabriles y algo de sindicatos campesinos. Con algún éxito lograron objetivos básicos, que sirvieron para las resistencias a las dictaduras de militares y doctorcitos de turno de la época.
Pero no más, realmente fracasaron respecto de introducir en el imaginario y la conciencia del proletariado boliviano dichas ideologías exóticas.
El proletariado siguió siendo tan andino como sigue siendo: con sus ritos andinos en las bocaminas, sus ch´allas y sus agradecimientos a sus dioses andinos por los favores y los días que pasan vivos, después de semejantes faenas productivas y peligrosas.
Algunos teóricos se esforzaron en escribir que en Bolivia existió el proletariado minero: mezcla explosiva del marxismo y lo andino. Sólo fueron emociones de escritorio, muy típicos en los “intelectuales bolivianos”.
Después de la revolución del 52, se formó una nueva generación de izquierdistas. Aquellos hijitos de papá que se empobrecieron porque papá perdió sus tierras con la reforma agraria. Y sus poderes económicos y políticos.
Esta nueva generación de izquierdistas (miristas, emebelistas, socialistas, troskistas, guerrilleros y de toda laya) se radicalizaron porque se empobrecieron, ya no eran parte del poder económico ni político.
A nombre del pueblo, querían otra vez la mamadera que sus padres hacendados habían perdido. Es decir, desde siempre en Bolivia la izquierda es hija legítima de la derecha. Sus raíces son de derecha.
Y claro, viven en las mismas casas y oficinas de sus antepasados, en las mismas calles y barrios de quiénes dicen que odian y luchan contra ellos. En esa línea, el pacto entre ADN y MIR no era raro, absolutamente. Respondían a sus raíces comunes.
Hoy, muchos de esos hijitos de papá se aliaron al MAS, es decir en su lógica de tomar el poder perdido con la Reforma Agraria, creen que están haciendo entrismo en el MAS.
Esta izquierda sigue jugando su rol de retornar al poder perdido, de sus padres y abuelos, a nombre por supuesto de ideales en el que jamás creyeron: pueblo, estado, nación, etc.
En realidad la izquierda boliviana es tan racista y pigmentocrática, es decir más peligrosa que la misma derecha, que sus mismos padres, que sus escritos no mencionan en nada las características de un país como Bolivia: indígena y chola. Es decir, culturalmente distinto a sus ideales que persiguen: cristiano marxista y occidental blancoide.
Pues esta izquierda que nada tiene de izquierda en Bolivia critican con virulencia al MAS, aquellos que no fueron invitados al gobierno y les duele por ello, y claro, consideran que el MAS se está “derechizando”.
Esta izquierda fracasada históricamente, y derrotada por los acontecimientos de nuestro país, sigue siendo utilizada por la derecha, sigue sirviendo de caballo de Troya inconsciente para los intereses de sus abuelos: coloniales, patronales, antinacionales y sobre todo antiindígenas.
Es una izquierda retrógrada. Una izquierda antinacional, antiboliviana como sus mismas características. Para suerte suya, los movimientos sociales son fuertes en nuestro país. Felizmente.
Estas organizaciones ya no requieren de patroncitos de izquierda, con costumbres de mandar y ordenar sus travesuras. Son organizaciones que responden a regiones, a territorios con comunidades, tentas e intereses grupales y globales. No individuales ni discursitos brillantes de doctorcitos bien.
Tenemos que rendir homenaje a intelectuales como Quiroga Santa Cruz, Zavaleta, Almaraz, Artemio Camargo y otros pocos más. Fueron luminarias en la oscuridad histórica de la izquierda “boliviana”.
Intelectuales que forjaron la crítica y el análisis a pesar de la izquierda, nada analítica y crítica. Intelectuales que dieron su talla para iluminar lo poco que hubo y hay en la izquierda.
En estos procesos sociales que comandan las organizaciones sociales, otra vez, no existe la izquierda, sino como oportunistas en busca de pegas y entrismo político clásico.
No hay aportes desde sus ideologías, desde sus postulados, desde sus creencias. Los más folklóricos están en el MAS, intentando hacer hazañas discursivas para justificar sus presencias en pasillos de sus expongos y exsirvientes inconscientes.