- Holocausto en el mar
Cesar Levano: diariolaprimeraperu.com
El mundo ha contemplado con estupor e ira imágenes de soldados israelíes descendiendo en la cubierta de barcos y abriendo fuego contra voluntarios desarmados, que en esas naves llevaban ayuda a la bloqueada Gaza.
La flotilla atacada transportaba productos de primera necesidad y medicinas.
Las autoridades sionistas alegan que ese acto de barbarie, violador del derecho internacional, fue cometido en defensa propia. Cinismo sin vergüenza.
La propia información israelí indica que los tripulantes de la flotilla humanitaria respondieron con tijeras y fierros a la agresión. Los muertos –doce o veinte– son todos del lado humanitario, de la flotilla defensora de la humanidad.
El ataque, cometido en aguas internacionales, asume la forma de un acto de piratería. Pero en el fondo expresa una línea de intolerancia, abuso y crueldad contra el millón y medio de habitantes de la franja de Gaza. La cólera árabe no promete días tranquilos para Israel.
Tan injusta y torpe es la agresión, que ha provocado la condena de casi todos los países del mundo, con excepción de Estados Unidos, que apoya incondicionalmente a Israel. Por ahora, la Casa Blanca se ha limitado a lamentar las pérdidas de vidas y los heridos.
Más sincero, el embajador de Israel en Washington ha dicho que confía en que el gobierno de Barack Obama “esté de nuestro lado”, “como lo hizo en el pasado”.
El portavoz del organismo de la ONU para los territorios palestinos ocupados, Richard Falk, ha definido el crimen: “Israel es culpable de un comportamiento inaceptable por usar armas mortíferas contra civiles desarmados en barcos que estaban situados en alta mar, donde hay libertad de navegación de acuerdo a las leyes del mar”.
Falk ha condensado el criterio de la mayoría de países, al considerar que los responsables de este comportamiento ilegal y asesino, “incluidos los líderes políticos que dieron las órdenes”, deben ser acusados criminalmente por sus actos.
Esto puede implicar que, a la corta o a la larga, esos dirigentes tendrán que responder ante la Corte Penal Internacional.
En la iniciativa humanitaria participaron ciudadanos de 50 países, preocupados por el bloqueo que Israel ha impuesto a Gaza desde hace casi tres años. En las naves atacadas viajaban dos congresistas alemanas y periodistas de varios países. Hay, pues, testimonios y testigos que acusan a Israel.
América Latina ha reaccionado con vigor contra la acción israelí. Brasil anuncia que convocará al embajador de Israel, para manifestarle que “no hay justificación para una intervención militar en un convoy pacífico, estrictamente humanitario”.
Parecidas reacciones han expresado México, Argentina, Chile, Bolivia, Uruguay y Paraguay. Al cerrar estas líneas, ignoro si la Cancillería peruana se ha pronunciado.