Lobo Alan Garcia

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    Lobo con piel de presidente

diariolaprimeraperu.com
La visita de Porfirio Lobo al Perú deshonra al país, pero desenmascara al presidente Alan García, convertido en aliado de la reacción antidemocrática del continente, apoyada, por supuesto, por el imperialismo.

Lobo, quien funge de presidente de Honduras, es un personaje repudiado en el continente, excepto por genocidas como Álvaro Uribe y por el heredero del fascismo español, Mariano Rajoy.

Formó parte de la conjura que derribó al presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya. Aceptó luego ser candidato presidencial en unas elecciones amañadas por militares asesinos, vinculados directamente con el Pentágono. Para ser digno de ese pasado, ha continuado violando los derechos humanos. Cinco periodistas de oposición fueron asesinados en marzo. Sin duda que Lobo podrá decir: yo soy presidente, y mando en los órganos de seguridad, pero no sé nada.

Lobo acaba de sufrir la condenación y el desprecio de la América Latina. Países tan importantes como Brasil anunciaron que no permitirían que Lobo asistiera a la Cumbre de América, Unión Europea y el Caribe celebrada en Madrid, y amenazaron con retirarse si Lobo se hacía presente.

El pobre Lobo, cual manso corderillo, tuvo que abstenerse, y resignarse a recibir la bendición del fascista Rajoy.

El hecho de que el presidente del Perú lo recibiera con los brazos abiertos es un baldón para nuestro país. Hay que recordar que hasta el propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, así como la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, condenaron el golpe que abrió el camino a Lobo.

La recepción al repudiado personaje responde sin duda a la pretensión de García de afirmar un bloque de naciones contrarias a la democracia, y sometidas al mandato del Pentágono y de la CIA. Algo más, tal alineamiento servil debe colocarse en la perspectiva de la agresión a Venezuela que Colombia alista. Lo probable es que Estados Unidos no intervenga directamente, pero recurra a “aliados” como Uribe y García, capaces de suministrar carne de cañón. Esa línea daña la política exterior del Perú, lo aísla y lo compromete a someterse a los dictados de la reacción mundial.

No hay política internacional desligada de la política interna. Por eso resulta más claro por qué García ha expresado en España simpatía por la candidatura de Keiko Fujimori, heredera no sólo de una fortuna mal habida, sino también de la conducta de sometimiento a la estrategia yanqui, lo cual significa deshonra, retraso y pobreza. Y corrupción.

La visita de Lobo no es, como afirma García, la de un mandatario de irreprochable origen electoral. Lobo no hubiera sido candidato, ni presidente, si no se hubiera producido el golpe militar, condenado en todo el mundo. La represión asesina actuó luego como su agente de campaña.

Lobo debe ser declarado persona non grata en Perú
Alan Garcia presidente peruanoEl líder del Partido Nacionalista, Ollanta Humala, volvió a criticar al gobierno de Alan García por su decisión de recibir hoy al presidente hondureño, Porfirio Lobo, y demandó declarar a este último “persona non-grata”, pedido al que se suman internacionalistas.

«García debe tener más dignidad y no arrastrar al país en su afán de quedar bien, de manera servil, con los Estados Unidos», manifestó Ollanta Humala.

“Lobo debe ser declarado persona no grata y sería bueno que el gobierno de García tenga una posición más digna, por lo menos en este último año y medio que le queda de gobierno, trate de reparar todo el daño que ha hecho a la dignidad nacional”, manifestó Humala.

En ese contexto, indicó que la bienvenida a Lobo “afecta la integración del Perú en Latinoamérica. “Nos margina. Hay una posición cerrada y mayoritaria en esta parte de América de no avalar el golpe de Estado en Honduras y los productos de ese golpe de Estado, como es este señor Porfirio Lobo”, señaló.

En el mismo sentido se pronunció el analista Alberto Adrianzén, quien dijo que el gobierno de García se muestra con este tipo de actitudes como el país más de derecha de la región y más cercano al “imperio”. Consideró que, así como defiende la presidencia de Lobo, entonces debería dejar de criticar a los gobiernos de Venezuela y Bolivia como acostumbra, pues recordó que en el país centroamericano se violan los derechos humanos constantemente.

En este sentido, recomendó al jefe de Estado leer los informes sobre casos documentados en contra de periodistas, políticos y ciudadanos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; por tal razón dijo que el demagógico es más bien García por negarse a calificar a Lobo como dictador.

Así Adrianzén opinó que es un error llamar presidente a Lobo, toda vez que su elección fue antecedida de un golpe de Estado al entonces mandatario Manuel Zelaya, a quien el gobierno de García recibió y respaldó, sin embargo ahora avala al actual gobernante hondureño.

Lobo fue investido como presidente de Honduras en enero pasado tras las elecciones celebradas después del derrocamiento de Manuel Zelaya en junio de 2009, hecho que sumió al país centroamericano en una grave crisis política.

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