Apristas se sacan los ojos

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    El doctor cero

César Lévano: diariolaprimeraperu.com
Jorge del Castillo sabe mucho… sobre Alan García. Quizá por eso puede negarse a abandonar el cargo de secretario general del Apra, y, por eso mismo, el Comité Ejecutivo del Apra, después de sesionar cuatro horas el viernes último, se remitió a la voluntad de García.

peruanosNo hace falta malicia alguna para comprender que entre García y Del Castillo hay muchos secretos –y negocios– compartidos.

Ahora bien, Del Castillo ambiciona la presidencia de la República, y también las transnacionales y la oligarquía quisieron verlo en ese puesto. Pero el ex premier está demasiado crudo para los votantes.

Antes del escándalo mayor que lo envuelve, las encuestas sólo le asignaban dos por ciento de intención de voto. (Jaime Bayly tenía más del doble).

Pero el ex premier sigue cuesta abajo. La última encuesta nacional de Idice revela que el ex premier sigue estancado en el 2% (Bayly sube a 7.2%).

Eso no es todo. La misma encuestadora halla que en el centro de la República, Del Castillo logra sólo 0.9% de intención de voto. Peor aún: en el sur obtiene ¡un cero redondo, y en el oriente, otro cero gordo!

Esa misma consulta obtuvo 25.4% para Luis Castañeda, 22.6% para Keiko Fujimori, 17.1% para Ollanta Humala y 11.8% para Alejandro Toledo.

Pero en el centro Humala supera de lejos a los demás presidenciables. Tiene allí 35.8%, relegando al segundo puesto a Keiko, que alcanza apenas 20.5%. En el sur y en oriente, la encuestadora ubica un empate entre Keiko y Ollanta.

A la luz de ese y otros sondeos puede sacarse una conclusión: el Apra está perdida de antemano, castigada por la corrupción y el abuso del poder a favor de los grandes de la economía y en contra de la mayoría de la ciudad y el campo.

Por eso, García intenta ahora aparecer como enemigo de la corrupción monstruosa, a cargo de sus allegados en las ligas mayores del delito, y de miles de compañeros de su partido, que, gracias a él y sus secuaces, han copado empleos públicos para los que no están capacitados y en los que se dedican a la rapiña, el abuso y la ostentación. En algún momento habrá que depurar el aparato estatal.

Debido al dúo García-Del Castillo, hoy se puede parodiar el anatema que Manuel González Prada acuñó para el Perú: el Apra es como un organismo enfermo: donde se aplique el dedo brota la pus.

Nunca antes había sufrido el Apra una crisis tan grave. En 1939 surgió una división, encabezada por el comandante de la Marina, Alfonso Vásquez Lapeyre, miembro del Apra, quien se inclinaba por el apoyo electoral a Manuel Prado. En años más recientes, una pugna entre Armando Villanueva y Andrés Townsend terminó en división, pero ésta fue por discrepancias personales e ideológicas.

Ahora, el lío no huele a ideológico o político, sino a podrido. En ese sumidero, García es causa y efecto.

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