- II Conferencia Internacional sobre Bases Militares Extranjeras
CONVOCATORIA
Nuevos vientos recorren Latinoamérica, de los cuatro costados; del de la América Indígena se alzan nuevas voces que se confunden con los anhelos de libertad de nuestros antepasados; nuevas banderas se esparcen anunciando el nacimiento de una nueva época, de un nuevo concepto de integración y hermandad.
Los Estados del Sur buscan, como nunca antes, consolidar el concepto de autodeterminación como la única premisa válida para construir un futuro de paz; sin embargo, hoy más que nunca el imperio herido quiere afianzar sus fuerzas en nuestras tierras para no permitirnos una vida digna, marcada por una real libertad.
Las bases militares estadounidenses y las de la OTAN, la alianza militar que Washington lidera, son el símbolo del colonialismo al que han sometido a nuestros pueblos; pensaron que su poder sería eterno y que la marca militar nos doblegaría.
Sin embargo, el nuevo siglo trajo consigo las primeras victorias de la gente de paz: por la firma de los acuerdos Torrijos-Carter debieron salir de Panamá; Vieques los expulsó de su futuro y, en este año.
Manta les dijo que no eran bienvenidos en el Ecuador y las tropas extranjeras debieron abandonar el país mucho antes de lo previsto: se fueron en agosto de este año, antes que el pueblo ecuatoriano les hiciera la despedida que se merecían.
Las luchas de resistencia a las bases militares han sido variadas y muy intensas; las organizaciones se han dado la mano y han avanzado juntas; así, en marzo de 2007, la Red Mundial por la Abolición de las Bases Militares Extranjeras realizó con éxito su Primera Conferencia Internacional, lo hizo en Quito y Manta, en Ecuador, como preámbulo de la expulsión de la base estadounidense instalada en ese país por parte de un gobierno sumiso al interés imperialista.
La dignidad y la soberanía ecuatoriana se levantó contra los gobiernos vende patria y forzó la salida definitiva de la base estadounidense el pasado 18 de septiembre de 2009.
Por este hecho, y por los hechos de Vieques y Panamá, nos hemos fortalecido y estamos sumamente conformes con el trabajo realizado en estos años; también hemos avanzado políticamente y ahora varios gobiernos latinoamericanos asumen la agenda de seguridad regional de manera independiente y como una cuestión clave para el desarrollo de los pueblos.
Por su parte, la opinión pública mundial sigue manifestando un genuino rechazo a las propuestas de guerra como salida a los problemas generados por el principal país guerrerista y con más bases militares en todo el mundo, los Estados Unidos.
Pero el imperio no duerme; ha buscado nuevos socios dispuestos a someterse a sus intereses; así, siete nuevas bases estadounidenses se han instalado en Colombia, bajo la figura de “Puestos de Seguridad Cooperativa” (CLS, por sus siglas en inglés), y, lamentablemente, en el resto del mundo las cosas tampoco han mejorado.
En estos últimos dos años, las bases militares se han extendido al África, que ahora cuenta con un nuevo comando del Pentágono y en Europa; se espera una política más agresiva para ampliar los países miembros de la OTAN con la finalidad de constituirse en el gendarme del mundo.
La instalación de las bases militares en Colombia ha obligado a UNASUR a reunirse en Bariloche y analizar estos temas. Como si esto no bastara, prosiguen las negociaciones con el gobierno peruano para ampliar la colaboración y la presencia militar estadounidense en ese país; también se debe resaltar la reactivación de la IV Flota de los Estados Unidos que opera, en los hechos, como una gran base militar flotante en las costas continentales.
Además, en octubre de 2009, Washington ha logrado del nuevo gobierno panameño la concesión de dos bases militares en la costa del Pacífico, lo cual marca un retroceso respecto a los logros que se habían alcanzado con la firma de los acuerdos Torrijos-Carter.
Los recursos naturales y energéticos como también la biodiversidad y el ambiente, propios de nuestros suelos, están en peligro por la amenaza latente de los Estados Unidos.
A pesar de los avances de unidad política latinoamericana que cada vez da cuenta de que “otra integración es posible”, hay que destacar la peligrosa situación que vive el gobierno y pueblo de la República de Honduras con el Golpe cívico militar perpetrado el 28 de junio de 2009 que pone en vilo a toda Nuestra América, pues puede convertirse en un foco de inestabilidad y provocar un efecto dominó hacia los otros gobiernos progresistas latinoamericanos.
Por estas razones, consideramos más que suficiente y necesario que la Red Mundial NO-Bases celebre una nueva reunión para analizar los asuntos aquí reseñados, en donde podamos consolidar acciones comunes y globales, particularmente, donde podamos diseñar una agenda latinoamericana del movimiento No Bases.
La propuesta surge ahora desde los pueblos del sur, desde la Argentina, que cuenta en sus Islas Malvinas -ocupadas colonialmente por el Reino Unido- con una base de la OTAN.
Es así que reconocidas organizaciones como la APDH y el MOPASSOL, proponen realizar una nueva Conferencia de la Red Mundial NO-Bases a desarrollarse en la primera semana del mes de diciembre de 2009 en la ciudad de Buenos Aires.
Queremos contar con la presencia de todas aquellas personas y organizaciones que viven para la paz y han fortalecido los movimientos nacionales en contra de las bases militares extranjeras.
Esta Conferencia se realiza los días 30 de noviembre y 1º y 2 de diciembre próximo, en el Centro Cultural de la Cooperación, Av. Corrientes 1543, CABA
CONVOCAN:
*Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) Argentina,
*Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos (MOPASSOL) /Consejo Mundial de la Paz
*Servicio Paz y Justicia de América Latina
* Movimiento por la Soberanía y la Integración de los Pueblos (MOSIP) /Capítulo Argentino de la Alianza Social Continental
Contacto:
www.mopassol.com.ar
rina.bertaccini@speedy.com.ar