- Oposición: El retorno de los clásicos
Jaime Durán Chuquimia: katari.org
Todavía queda en mi memoria los interesantes análisis publicados que hablaban sobre la necesidad de una renovación de la oposición.
Decían los librepensadores, encabezados por Jimena Costa, que era necesario que una nueva generación debía liderarla.
Alguien que no tenga vínculos con el neoliberalismo y que cuestione al masismo. Pensaban en un indígena, un joven, o una mujer. O mejor alguien que resuma las tres características.
Al joven le fue como en feria. Peter Maldonado acabó en los brazos de Manfred Reyes Villa, como candidato de la circunscripción 9, así el aire fresco que prometía su candidatura terminó en manos de un partido conservador.
El indígena Victor Hugo Cárdenas, retiro su postulación, diciendo para consolarse que «su objetivo de unir a los críticos, había sido conseguido», triste consuelo que intenta cubrir su estruendoso fracaso.
En todo caso me sorprendió que no haya capitulado formando parte de las listas de Manfred.
El más gracioso caso fue el de Jimena Costa que creyendo lo que dice, con aires de académica, muy seria sostenía que era le momento de la irrupción de una mujer. Terminó haciendo mutis suplicando a los medios que no la dejen sola y que se quede con al menos unos cuantos micrófonos.
Y volvieron los carcamenes, los despreciados al estilo de Guillermo Fortún, que hace unos meses parecían leprosos.
Esos que un arranque soberbio Cárdenas despreciaba, pues consideraba que sólo un frente nuevo podría enfrentarse al Presidente Morales.
Ahora ellos se dan el lujo de despreciar a los advenedizos, pues ahora no son pocos sino cientos los que quieren subirse al carro manfrediano, no porque crean que sea una opción seria, sino porque simple y sencillamente les garantizará una pega.
Esos Bs10.000 que les permita pasar su invierno económico que ya se antoja demasiado largo tras la caída del poder.
Por eso los clásicos ahora tienen el sartén por el mango, pues ellos saben hacer política, los clásicos son los que mandan, los neoliberales, los que conocen la realpolitik, los advenedizos, los que pensaban que la ética debe imponerse a la política dura.
Esa de los amarres, de las componendas, de los acuerdos, hoy están en sus casas tal como está Carlos Mesa y sus muchachos que creyeron ingenuamente que el devenir está en manos de los timoratos, los que piensan que es imposible mantenerse fuera del barro de la historia.
No festejo la vuelta de los clásicos, pues creo que formarán una oposición débil a la arrolladora del masismo, de lo que me burlo es de los aires de virginidad que profesaban los renovados, pues ahora deberán quitarse la mascara y apoyar a un derechista.
La otra opción es un honorable harakiri. ¿Quiénes lo harán? Eso es lo que deseo ver.
2 Las respuestas a “Bolivia: Los clásicos”
Arturo Fortun
no se quien escribira esta nota, pero se nota que no tiene conocimiento de lo qie es la politica, «los clasicos » como los llaan , nunca se fueron de la politica, estubieron en cochabamba defendiendo la prefectura , en pando en los tragicos hechos de Septiembre e inclusive varias veces comandando en La Paz en la plaza Avaroa movilisaciones contra el totalitarismo.
Pero para quien escribe los «clasicos» como el los denomina, cabe aclararle que han sido nesesrios en cualquier revolucion, un poco de estudios de la revolucion francesa no le vendria mal y lo que fue «el ancien regim»
Jaime Duran
¿Cuál es el país de Manfred?
Para responder esta pregunta combino su visión con su interpretación, es decir trato de descifrar el cristal con el que mira Bolivia.
No a partir de un intento de describir el diagrama mental del hombre, sino lo que representa, es decir trato de responder a la pregunta:
¿A que clase social representa Manfred? Y a partir de esta descripción me pongo el objetivo de descifrar su visión, en tanto futuro a construir y su interpretación teórica de la realidad actual.
Manfred ve un país sin racismo, de hecho considera que el racismo lo invento Evo. Considera que está bien la inclusión, es decir piensa que todos debemos ser iguales, pero privilegia la igualdad juridica, en la económica razona a la usanza neoliberal, es decir que cree que cada uno obtiene el producto de su trabajo, por tanto, si hay personas más ricas se debe a que trabajaron más.
De esta manera, plantea que el Estado debe intervenir en la economía, pero garantizando seguridad a la inversión.
De hecho, piensa reconstruir el «Estado de Derecho» de tal manera que sea el individuo, de nuevo, el centro de la sociedad, no le agrada el corporativismo, pues considera que las masas tienen tendencias dictatoriales, prefiere elecciones antes que cabildos.
De hecho, piensa como la clase media, a quienes les agrada la igualdad siempre y cuando no les afecte.
Es algo así cómo dar grandes discursos acerca de la inclusión, pero pensar que la empleada es ladrona y que cobra mucho pues pagarle más de Bs1.000 es un sacrilegio, mientras consideran que todas las cholas son flojas.
Es decir, para Manfred, como a la clase que representa importan las jerarquias: El indio, debe estar en su lugar, sostienen, sin decirlo por supuesto.
Su país es el de la armonia, dónde todos trabajan para un futuro mejor, las tensiones le son ajenas, busca superar la reivindicación de lo indigena y tranformarla en una alianza entre clases, por eso niega la confroontación, en última instancia busca reeditar el proyecto neoliberal, pues más allá de la satanización que se hizó del «modelo» en los últimos tiempos, la mayoría de las respuestas fueron dadas en dicho sentido.
De ahi que la elección de diciembre se bata en una dicotomía, volver al pasado o seguir avanzando.
No pretendo convencer con esta nota a mis escaso lectores a que voten por Evo, simplemente hago la invitación a que se deje la mascarada y se admita de una vez que todo estaba bien antes de Evo, que debio preservarse el Estado de Derecho, que la anterior Constitución era mejor, que en última instancia el Goni lo estaba haciendo bien y que debimos haberlo dejado terminar su gobierno.
Pero, tampoco me hago ilusiones la estrategia manfrediana consistirá en diferenciarse, es decir haciendo lo contrario de lo que lo llevo al punto en el que se encuentra, tratará de marcar distancias con Goni y en última instancia dirá que él representa el «verdadero cambio».