Pobladores de Laja enfrentan al Ministro
Horacio Martinez / katari.org
Dirigentes de organizaciones sociales reaccionaron indignados por la arrogancia prepotencia expresada por el Ministro de Obras Públicas, Ivan Arias, cuando en su intento de hacer cumplir la cuarentena en la población de Laja empezó a gritar e insultar a cuanto comunario se atravesaba por su camino.
En un tenso ambiente donde la autoridad transitoria se vio al medio de una veintena de pobladores entre varones y mujeres les pedía que cumplan las reglas de inmediato recibió una contra respuesta airada de la gente del lugar que en un cruce de palabras le indicaban que es tarde las medidas de control que esta asumiendo el estado y que requieren apoyo de alimentos para sobrevivir.
Sobre estos acontecimientos ocurridos en Laja ,el Secretario General de la Confederación de Trabajadores Campesinos de Bolivia Teodoro Mamani, deploró que una supuesta autoridad nacional trate como animales o salvajes a comunarios ante todo tiene que a ver respeto y diálogo.
A su turno la Ejecutiva de las Mujeres Bartolina Sisa de Bolivia Segundina Flores, manifestó que en Bolivia parecería que se esta viviendo un estado de sitio eso no significa que las organizaciones sociales no estemos de acuerdo con las medidas de control para enfrentar la pandemia.
Para las próximas horas el denominado Pacto de Unidad esta alistando un pronunciamiento oficial sobre el cumplimiento de la cuarentena a nivel nacional y a la vez las acciones que esta encarando el gobierno transitorio de manera inconsulta.
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Para Felipe Quispe, el Gobierno demuestra “posiciones de ultra reaccionaria y racista” y hasta señaló que imita a los “gobiernos dictatoriales” de tiempos pasados
Felipe Quispe, el ‘Mallku’, coincidió en el pedido de algunos sectores, principalmente del Movimiento al Socialismo (MAS), respecto a aceptar la ayuda «de los médicos cubanos y de los chinos» para afrontar la propagación del coronavirus.
“No tenemos por qué rechazar la ayuda de los médicos cubanos y de los chinos, porque tienen más conocimiento sobre este virus, ellos sostuvieron combatiendo en esa guerra biológica letal”, señaló Quispe, a través de un escrito publicado en su cuenta de Facebook.Asimismo, criticó el accionar del Gobierno de turno ante la emergencia generada por el coronavirus, al que calificó como “incapaz”.
“El Gobierno de transición, ha demostrado su incapacidad e ineptitud organizativa. Más lo importo su prorrogación de mandato, en vez de cerrar las fronteras y resguardar a la población, prefirió el ingreso de personas asintomáticas e infectadas por coronavirus.
Tampoco supo concientizar, organizar y preparar al pueblo boliviano. Y emprender una cruzada anti coronavirus letal. Que enfrentemos todos juntos contra este fenómeno inhumano e inmundo” (sic), criticó.También cuestionó que el Gobierno tenga “posiciones de ultra reaccionaria y racista” y hasta señaló que imita a los “gobiernos dictatoriales” de tiempos pasados.
“El Gobierno de transición es «Padre de la Patria de Turno», por ende, tiene que dejar posiciones de ultra reaccionaria y racista. Emula a los gobiernos dictatoriales de aquellos tiempos, que definían con la fuerza de las armas o sino con medidas coactivas y coercitivas contra el pueblo trabajador empobrecido.
Ya basta de manejar e pitidos, como estás: salvajes, ignorantes, estúpidos, burros, indios de mierda, etc. Señores y señoras de raza suprema; «Respetos guardan respetos». Nos respetaremos como seres humanos” (sic), acotó.Hasta el viernes, cabe recordar, Bolivia ya tiene 74 casos confirmados de coronavirus: 42 en Santa Cruz, 14 en Cochabamba, 8 en Oruro, 8 en La Paz, 1 en Potosí y 1 en Chuquisaca.
Bolivia en tiempos de Pandemia
Luis Romero Wamani / katari.org
En estos tiempos, de corona virus, es conveniente hablar sobre algo que preocupa a la ciudadanía del Estado Plurinacional de Bolivia, en lo social y político. Es muy preocupante que el gobierno de facto denominado de transición ha generado confusión entre las políticas públicas de salud y la política partidaria, es decir la postulación a la presidencia de Añez.
Por ello tenemos la inmensa necesidad de repensar sobre cómo se llevan a cabo las políticas públicas (como es en estos momentos es la salud) y la política partidaria (campaña electoral de cara a recuperar la constitucionalidad del poder ejecutivo). Si el objeto es pacificar, había que encontrar el diálogo entre todos los sectores de la sociedad, pero estamos muy lejos de dicho objetivo, todo lo contrario: la grieta y la fragmentación son mayores.
En lo político, ya sabemos cómo está lleno de desencuentros y lejos de la pacificación, con la presentación de la candidatura del actual régimen. Se contribuyó con leña, por no decir que se echó nafta al fuego; con ello se profundiza la grieta, el odio y la estigmatización a un sector político que hoy está en la oposición.
Pero ahora, en tiempos de coronavirus, eso es lo menos importante, como ya lo señaló el ex presidente y también el actual candidato de la opción (MAS IPSP). El gran problema es que se está politizando un problema de salud pública.
En lo social:
Es importante señalar distintos aspectos que hacen a la vida social de un país en contexto de la cuarentena. En este sentido es fundamental hacer referencia al área de salud como parte fundamental para sopesar la pandemia, es importante echar claridad a las políticas de Estado.
Por eso, es importante mencionar el decreto de necesidad y urgencia que declara la cuarentena total con cierre de fronteras para disminuir la curva de la infección de este virus. El gran problema con el que nos tropezamos es la inconsistencia de todo aquello que hace al acompañamiento del decreto; nos encontramos con anuncios súper importantes que van detrás de los problemas, no se están acompañando y menos anticipando a los acontecimientos.
En cuanto al cumplimiento del decreto, se apela a la militarización y a una enorme presencia de la policía en las calles, este elemento esta precedido por un discurso de odio, de estigmatización y la amenaza a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Y tal parece como dicen algunos analistas, esta es una cuarentena de cuello blanco; ya que parece que quienes sólo están en posibilidades de cumplirla, es el sector con cierta holgura y estabilidad económica. En cambio para el sector que tiene una condición de precariedad, de vulnerabilidad para llevar adelante dicha cuarentena, la moneda corriente es la amenaza y la criminalización.
Los que viven al día, por el encierro, van consumiendo su pequeño capital de trabajo y así quedándose sin recursos. Si bien frente a este hecho se declara la entrega de una canasta con alimentos para este sector, una vez más no se dice cómo será la mecánica para hacer llegar dicha canasta. Mientras tanto pasa el tiempo y se incrementa la desesperanza, el temor y la incertidumbre. La desesperanza ya esta recalando en este sector, que por cierto es mayoritario.
Los anuncios suenan importantes y rimbombantes, como el Bono familiar de Bs. 500 por hijo para los que están en las escuelas públicas, pero no se dice nada sobre aquel otro sector que no tiene hijos, no se dice como se aplicará, ni quien será la autoridad de aplicación. Se supone que es el Ministerio de Educación, pero no se explica con claridad quienes serán los intermediarios y cuál será el mecanismo por el que se llegará con esa promesa.
Lo justo es decir que hay algunas medidas de las que se anuncian que son importantes, pero volvemos a recalcar, que no tienen la consistencia ni los mecanismos de aplicación, lo cual cae en un vacio. Debido a estas inconsistencias ya hay manifestaciones y resistencias a cumplir la cuarentena, y esto no es por desconocimiento ni porque no se quiere cumplir con la norma, sino que realmente no está llegando la ayuda, ya se quedaron sin recursos y si tienen un infectado no hay manera de aislarlo, por vivir en condiciones de hacinamiento. Frente a esto, una vez más, lo que se promueve desde el gobierno es la estigmatización y el odio de este sector de la sociedad.
En cuanto a cómo se está abordando la pandemia, es importante indicar que aparecen los spots, señalando que se tienen que lavar las manos con agua y jabón y utilizar el alcohol en gel, pero nada se dice cómo hará un fragmento de esta sociedad que no cuenta con agua domiciliaria y lamentablemente tienen que recorrer cierta distancia para proveerse de dicho elemento vital.
El ministerio de Salud en sus conferencias de prensa, se limita a señalar el número de los infectados, los sospechados, muertos y los que se dieron de alta; todo un relato alrededor de estos datos. Lo que es reiterativo y abundante es la amenaza, pero nada se dice de las medidas especificas con respecto a la salud; con cuantos respiradores se cuentan, ni cómo están los recursos del personal sanitario, ni siquiera hablar de los insumos de biosalud, que son mínimos, por no decir que no existen.
Lo que sí se sabe es que el personal de salud está trabajando en condiciones de precariedad y de enorme vulnerabilidad. Si la curva de infección asciende, este sector está en un verdadero riesgo y de hecho, extra oficialmente, ya se sabe que hay médicos y enfermeras infectados y en cuarentena.
En este contexto nada se dice sobre lo que le pasa a un Ministro muy visible y de enorme protagonismo del poder ejecutivo en transición, como es el Ministro de Gobierno, Arturo Murillo. Las últimas veces que se le vio fue portando un barbijo y sorpresivamente ha desaparecido de la escena política, en particular de la TV, extra oficialmente se dice que podría estar infectado por el coronavirus.
De confirmarse esto, es grave, ya que podría haber infectado a muchos, porque en sus últimas apariciones televisivas estuvo recorriendo distintos departamentos del país, y esto hecho sería muy grave. Las últimas apariciones son vía audio, entrevistas radiales, pero no así visualmente, queda planteada la interrogante.
Dentro de este panorama, como para ir cerrando, se puede decir, que lamentablemente el panorama en cuanto a la pandemia, es incierta, porque se ha politizado y esto tiene que ver directamente con la campaña política. Y si bien la fecha electoral es dudosa por obvias razones, la presidenta de transición, la candidata, aunque solapadamente, sigue con la campaña política de cara a las futuras elecciones y de ahí la falta de credibilidad. La pandemia se ha infectado por la campaña política.