Evo Morales: ¡Gracias por tu Presencia!
Por Noel Manzanares Blanco / kaosenlared.net
Su obra a favor del pueblo se refleja en reseñas de la latinoamericana Telesurtv, del madrileño EL PAÍS y en el ¿visto bueno? de Mr. Almagro.
En la primera versión de este título, justo un quinquenio atrás, al acotar el porqué el Primer Mandatario de Bolivia acababa de ser reelecto Presidente, apoyado en BBC Mundo resalté que el país sudamericano exhibía diez años continuos de crecimiento, con reducción de la deuda externa, aumento de las reservas internacionales y sobre todo con que no se había dejado de bajar la pobreza extrema que pasó del 38% al 20% —apenas un reflejo del aval de su triunfo electoral. En este minuto, vísperas de otras presidenciales, destaco razones que han de conducir a que el Compañero Evo siga al frente de La Paz.
Ante todo, llamo la atención acerca de su capacidad para reponerse de la escaramuza que sufrió en la consulta de Febrero de 2016: frente al No a otra reelección presidencial con un 51,30% vs. 48,70% del Sí, dijo: “Ahora será que hemos perdido una batalla, pero no la guerra”. Y en ese contexto, me pronuncié a favor de que en adelante el Presidente Morales continuara luchando en un escenario caracterizado por el entusiasmo de la Derecha contra Nuestra América por sentirse triplemente airosa: el referido No estuvo precedido de los traspiés de las presidenciales en Argentina y las parlamentarias en Venezuela; al tiempo que consideré/considero indispensable que él bebiera de la sabiduría del Che Guevara, sobre todo de El cuadro, columna vertebral de la revolución.
Afortunadamente, Evo Morales se levantó del revés transitorio, actualmente su quehacer deviene perspectivas positivas para el grueso del pueblo boliviano y se puede esperar que continúe la marcha ascendente con el triunfo probable en las elecciones del próximo 20/10.
Debe tenerse en cuenta que una masiva concentración de los movimientos sociales y militantes del MAS en la localidad Chimoré, en el centro de Bolivia, tuvo lugar el 18 de Mayo último para lanzar oficialmente la candidatura del binomio Evo Morales y Álvaro García Linera, y que decenas de miles de personas ratificaron pleno respaldo al Gobierno revolucionario de la Hermana nación que en varios campos de la vida social han conquistado record impensables 14 años atrás. Ello se dio, en una coyuntura caracterizada por campañas prematuramente activas que vino clarificando la tendencia electoral a favor de Morales separado de su inmediato seguidor, Carlos Mesa, y con el ¿visto bueno? del titular de la OEA, Mr. Almagro.
Acontece que el masivo respaldo a Evo se sustenta en incuestionables logros reconocidos por amigos y adversarios.
Hace apenas un par de meses, la latinoamericana Telesurtv dio a conocer, de acuerdo con datos del Banco Mundial (BM), que si el Producto Interno Bruto (PIB) boliviano era de 11 452 millones de dólares en 2006, para el 2017 esa cifra aumentó más de tres veces llegando a 37 509 millones; que en ese mismo tiempo, el ingreso anual per cápita pasó de 1 120 dólares a 3 130 y la esperanza de vida subió de 64 años a 71 años; y que está entre los países con las mayores reservas internacionales, con relación al PIB; mientras que en 2018 el mismo BM estimó un crecimiento de 3,9 por ciento, el Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó el número al 4 por ciento y finalmente el crecimiento llegó al 4,2 por ciento. A estos datos la cadena multinacional agrega que la gestión de Evo Morales se ha caracterizado por priorizar ayudas sociales a los estratos más vulnerables como son niños, mujeres, adultos mayores y discapacitados.
Poco después, el madrileño EL PAÍS —en rigor, no es devoto de las causas revolucionarias— divulgó que la percepción económica de la población impulsa el proyecto del Presidente Evo Morales a reelegirse por cuarta vez; que, según una encuesta de Ciesmori publicada por el diario El Deber, el 36% de los bolivianos piensa que la situación económica del país hoy es “buena” y el 27%, que es “regular”; que, a pesar de la crisis de Argentina y Brasil, y el débil comportamiento de las economías sudamericanas en general, el PIB boliviano crecerá más del 4% en 2019; que el 40% de los consultados para el sondeo considera que su situación personal y familiar estará “un poco mejor” dentro de un año, frente al 15% que cree que estará “mucho mejor” y el 13% que considera que estará “igual”; que casi todas las encuestas permiten pronosticar que Evo ganará estas elecciones en la primera vuelta, para lo que la ley le exige obtener más del 40% de la votación y una diferencia de diez puntos porcentuales sobre el segundo, el expresidente Carlos Mesa; y que el sondeo de Ciesmori le da a Morales una intención de voto del 37% y a Mesa, una del 26%.
No obstante, tengo la certeza de que el Compañero Evo ha adoptado todas las decisiones posibles para evitar un traspié de última hora y que haya aprendido/aprehendido de la realidad ilustrada por la Experta Rosa Miriam Elizalde —resalté en “Apuesto a la Izquierda, al Socialismo (2)”: nada de subestimar al comportamiento de los nuevos sujetos políticos y plena comprensión de que “el desafío es seducir, superar las fronteras locales, atender a los micro escenarios y penetrar en círculos antes inaccesibles y confinados en la autocomplacencia ideológica de quienes solo quieren convertir este mundo en un lugar más inhóspito de lo que ya es”.
Concluyo: hoy, con razones incrementadas —al tiempo que estoy convencido de que el Líder indígena y sus seguidores tiene claridad alrededor de las advertencias de Rosa Miriam—, certifico una vez más que somos millones y millones de personas quienes en esa nación andina, en Latinoamérica y el Caribe, y en el Tercer Mundo en general con sentido fervor revolucionario exclamamos a los cuatro vientos: Evo Morales, ¡Gracias por tu Presencia! —y por luchar “¡Hasta la victoria siempre!”. ¡Amén!