Reflexiones sobre el Indianismo: La insurgencia intelectual neoindianista
Pablo Velásquez Mamani / periodicopukara.com
De vez en cuando se cuestiona al indianismo actual, o los indianistas actuales, por no parecerse al indianismo anterior o pretérito. La principal crítica se centra en que el indianismo actual o neo-indianismo (con todas sus variantes) no cuenta con bases sociales o impacto social popular, y por ende, escasa repercusión política en las masas indias.
Esta crítica si en alguna medida tiene razón, no logra comprender la diferencia entre el indianismo y katarismo pasados con sus nuevas versiones.
Cabe aclarar que existen muchas diferencias dadas por el contexto y pretexto, mas no implica ninguna desviación de la causa primera de liberación.
El indianismo
En su libro el indianismo y los indianistas contemporáneos, Diego Pacheco relataba la tragedia de la fragmentación de los indianistas, y no podía evitar su impostura y desacuerdo con ellos. Frases como: “los únicos indios son los indianistas”; “algo que no tiene pies ni cabeza”, delatan la contrariedad del autor. Lo mismo pasaba con Javier Hurtado, con su texto katarismo, donde sin tapujos el izquierdista calificaba de “aberrante y racista” al indianismo.
Se puede argumentar muchas cosas, pero lo fundamental es la in-comprensión que tuvieron esos autores al estudiar al indianismo y al katarismo. Ciertamente la realidad actual (muy problemática y difusa) refutaría esas opiniones hechas estudio. Mas esto se puede explicar por dos motivos: el primero, son autores exógenos que juzgaron una causa desde óptica externa y ajena al movimiento, en otras palabras, no se trataba de un indianista o katarista; segundo, los pocos textos indianistas y kataristas estaban restringidos y vedados, y lo peor, los indianistas y kataristas no escribieron su ideología política, a excepción de pocos.
El neo-indianismo o indianismo contemporáneo
Si es cierto que el indianismo desde su inicio tuvo variantes, ahora esas variantes se han multiplicado en grupos con distinta percepción de la realidad política social y también ideológica. No se pude describir a todos los grupos neo-indianistas que existen, baste con mencionar que tranquilamente pueden llegar a la decena. Y ese número es considerable en razón de ser una ideología “periférica”.
Entre las diferencias fundamentales se encuentran: La intención de seguir a la ideología y no a las personas o caudillos. De ahí que indianismo y katarismo son rescatados en una sola tendencia: indianismo-katarismo, como una sola ideología. Esta conjugación que actualmente se re-conoce así, antes de esta generación sencillamente no existía.
Segundo, las condiciones materiales que también afecta a los discursos cambiaron, y los neo-indianistas también lo hicieron (aunque hay resabios en algunos grupos).
Una de las notables reconsideraciones es la ruptura de la percepción de la visión campesinista del indio. El indio o Aymara actualmente se concentra en las ciudades, ya no en el campo. Por lo que indio o Aymara no equivale a campesino o popular necesariamente.
Tercero, esta re-consideración del sujeto indio, ahora mejor identificado como Aymara, consta de dos segmentos antes inexistentes: una burguesía y una intelectualidad, también antes inconcebibles, y que por el momento se hallan separadas. Pero la consigna del neo indianismo, y en especial del nacionalismo Aymara, es que se unan para lograr la liberación del indio. Evidentemente, todo esto hace una gran ruptura con el indianismo de poncho y abarca, y sus grandes implicaciones inherentes. Debe exclamarse, esto no significa el abandono ni la negación de lo popular y lo campesino.
Cuarto, en relación a la burguesía es evidente que todavía queda un largo trecho para una consciencia política, pero en cuanto a la intelectualidad, es justamente la que ha cambiado y pretendido constituirse como tal. La pretensión ya no es ser el líder de masas, sino, y también, ser el intelectual de la indiada, la intelectualidad Aymara. Los neo-indianistas son la intelectualidad Aymara, porque además es la única que se reconoce como tal y produce para ese propósito.
La intelectualidad indianista
Dijimos contundentemente que esta composición de intelectualidad fue inexistente en el antiguo indianismo, ya sea porque el trabajo era aventurado o dependiente, o en su caso peor condicionado.
A excepción de Reinaga los indianistas primigenios no produjeron textos, por eso a Reinaga se le reputa de ser el intelectual indianista. Las siguientes generaciones indianistas tomaron o el camino de la aventura de producción independiente con las limitaciones implícitas (ejemplos son Chitakolla y la UTA); o el camino de la dependencia de producción condicionada (un ejemplo es el THOA). Aunque no debe dejarse de lado algunos esfuerzos puramente personales que no lograron trascender.
Sin embargo, estas iniciativas, grupales y personales, siguieron el camino marcado por los indianistas de antaño, y no plantearon nuevos enfoques y preguntas. Se puede decir que intentaron darle contenido y fundamento al discurso.
Los kataristas por su parte si bien no tiene un nutrido contenido ideológico, pues su fuerte fue la acción política, tuvieron mayores réditos profesionales personales que grupales (un ejemplo fue CADA). Es llamativo, notar que tanto indianistas y kataristas tuvieron formación superior universitaria, pero los que llegaron a mayores niveles de formación fueron los kataristas. Muchos kataristas tienen grado académico: licenciatura, maestría y doctorado, sin embargo, muchos indianistas ni siquiera concluyeron su carrera profesional.
Entonces, retornando a nuestra causa, como se afirma más arriba, la cuestión de qué pensar o reflexionar, hará la diferencia con el indianismo clásico y el neo-indianismo.
La insurgencia intelectual neo indianista
La generación del neo indianismo emerge de distintas maneras, pero su núcleo se halla en la universidad. Su intención ya no es el reconocimiento del indio, sino pensar cómo es ese indio. Aspira al poder, pero ahora se pregunta por el qué vendrá después del poder y cómo ejercerlo. Habla del indio y del indianismo (también del katarismo) pero lo hace de su identificación más específica: lo Aymara. Lo Aymara es el común en el lenguaje, dejando en plano segundo o inmanente al indio. Y lo más importante, se ha dado a la autorreflexión.
Pocas veces las varias corrientes ideológicas se han dado a la auto-reflexión, el auto-cuestionamiento o siquiera la revisión. Esta es la insurgencia intelectual del neo indianismo. Hacia el 2006 el periódico Pukara (un medio indianista) no contaba con escritores indianistas jóvenes que publicaran en sus páginas. En aquel entonces, haciendo una crónica, Juan Carlos Torres y mi persona, fuimos de los pocos que escribieron algunos artículos con la escasa formación que se tenía. Pero en el panorama aun las condiciones no eran propicias, aunque nos hallábamos convencidos (con los de entonces) de la necesidad de una literatura indianista.
La vinculación con la producción de discurso o ideológica fue afianzándose, de tal manera que en los varios grupos y reuniones se planteaba ese convencimiento. Primero, como es natural, la repetición sin mucha reflexión, para luego, como ya había sucedido en la indianismo antiguo, tratar de dar contenido a la ideología y comprenderla en plenitud, lo que llevaba a la cuestión de límites y alcances. Pasado ese tiempo (aunque todavía con pendientes) se inicia la época de producción, el decir la propia palabra.
Es ahí que el MINKA (movimiento indianista katarista, 2009) tuvo un impronta fundamental (después de varios otros grupos anteriores). No solo porque era el único grupo de jóvenes (de ese entonces) dedicado a estudiar el indianismo y katarismo, sino también porque se iniciaba con la producción intelectual.
Debe decirse, que aquí no se revisa la calidad o vuelo intelectual, sino la producción como paso a la intelectualidad.
El 2010 se publicaba de forma artesanal la revista MINKA nro. 1, conteniendo varios artículos de interpretación del indianismo (Paso que costó mucho, pues tuvo varias ediciones y diferentes colaboradores). Este acierto fue continuado desde otro sitio en el 2011 por Iván Apaza, quien escribe el primer libro de un joven indianista: Colonialismo y contribución en el indianismo.
En el 2012, se organizaba el curso Payir Ulaqa, teoría política indianista katarista, que por primera vez realizaba una escuela de formación política indianista y congregaba a muchos indianistas y kataristas para aprender de su experiencia, y escribir la propia historia del indianismo a partir del indianismo (y katarismo).
Posteriormente las producciones, individuales y grupales, se incrementaron, llegando a la realización del primer congreso internacional sobre el pensamiento de Fausto Reinaga en el 2014, y junto a este, el primer nro. de los textos para principiantes de Limber Franco (entonces parte aun del MINKA): Fausto Reinaga para principiantes.
Con cambios tanto en personas como situaciones, en el 2015 este ciclo continuó con la presentación de obras completas de Reinaga y la emisión de la revista MINKA nro. 3.
La auto-reflexion: el indianismo desde el indianismo
Con aciertos y limitaciones, la tendencia persiste, los neo indianistas no solo que han interpretado el indianismo, sino que ahora se encaminan a la auto-reflexión.
La producción de textos es ya un avance, pero la producción de discurso como producción científica es algo más, no solo porque implica superar varios filtros y trabas de revisión metodológica y de contenido, sino porque se instituye una corriente de pensamiento en nivel de educación superior. De esta forma se han presentado varios trabajos indianistas como investigación para la obtención del título académico en diferentes grupos e instituciones. (Debe aclararse que aquí solo mencionan los trabajos de la nueva generación)
En el 2018, Pachakuti Aqarapi (escuela de pensamiento Pacha) presenta y aprueba su tesis de maestría en ciencias del desarrollo en el CIDES UMSA, sobre el planteamiento Macha. De la misma forma, pero en otro país, Valeria Duran (el Malon Vive), y su tesis de licenciatura en filosofía en la Universidad Nacional de Córdoba, bajo el título: El legado indianista-katarista para una filosofía política india. Hacia el nacionalismo kolla. Finalizando la gestión se presentan dos trabajos más: Saúl Flores (MINKA), la tesis de maestría en filosofía y ciencia política en el CIDES UMSA intitulada: La nueva intelectualidad india y el indianismo contemporáneo; y Jesús Humerez (MINKA), la tesis de licenciatura en sociología en la UPEA: Racialización del poder y producción del discurso de los jóvenes (2009-2016) (Caso: Los jóvenes Indianistas – Kataristas y los Trabajadores Sociales Comunitarios de Bolivia).
Pero la impronta persiste, para el 2019 se presentarán: de Iván Coa (Escuela de pensamiento Pacha), la tesis para licenciatura en antropología en la UMSA: Inka Waskar Chukiwanka, y el proyecto político de restauración del Qollasuyu; por otro lado, de Limber Franco para el grado de licenciatura en ciencia política en la UMSA, la tesis: La ideología indianista de Felipe Quispe Huanca en la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (1998-2006); y finalmente, la tesis para el grado de licenciatura en filosofía en la UMSA: Critica de la razón indianista, de mi autoría (MINKA/NA).
Este es sin duda, un hecho inédito para el indianismo, no solo porque es la primera vez que se reflexiona e investiga el indianismo desde el indianismo, sino por la producción auto-reflexiva (escasa en nuestro medio y las ideologías) que tiene como corolario: la institución de una nueva intelectualidad india, Kolla o Aymara.