- ¿PERO ES UNA DICTADURA O NO?
Por Mariano Cereijo
Durante las últimas semanas, la campaña mediática en España contra el presidente Hugo Chávez ha sido impresionante. Pocas veces había visto tan poca seriedad en los medios, y tanta manipulación y tergiversación descarada.
He leído algún que otro reportaje contra Chávez, que ni un becario en periodismo se atrevería a firmar por temor a manchar su currículo.
He visto como articulistas de medios provinciales expertos en escribir chorradas de la farándula local, se atrevían a meterse en política internacional y repetir como loros los monólogos oficiales del politiquismo correcto.
Los adjetivos despectivos contra Chávez se cuentan por decenas. Los que formatean mentes han perdido más tiempo e ingenio en la búsqueda de las descalificaciones más perspicaces, graciosillas y simpáticas contra Hugo Chávez, que en analizar realmente la situación de Venezuela.
Hubo un columnista en un diario regional, que tras arengar duramente contra el presidente venezolano, dejo entrever sus fuentes bibliográficas cuando dijo “Sólo hay que ver televisión…”. Me imagino que entre otras televisiones se referiría a Telecinco, que no tuvo escrúpulos para invitar al golpista.
Carlos Molina Tamayo, al que se le ve en el documental “Puente Llaguno: claves de una masacre”, como incita a sus seguidores para que se encaminen hacia las inmediaciones de Miraflores, donde una columna de francotiradores dispararía contra ellos y contra los chavistas, conformando el capítulo más sangriento de una coreografía que pretendía imponer a Pedro Carmona Estanga como presidente ilegítimo y golpista.
Los medios y los políticos en España son así, rechazan a ciertos violentos mientras adulan e invitan a sus tertulias a otros.
Lo de estos fabricantes de pensamiento españoles, ni en Los Simpson se ve. Llaman -entre otras cosas- dictador a un presidente que ganó tres elecciones más un referéndum revocatorio único en el mundo, mientras ellos tienen de jefe de estado a un rey que nadie ha elegido y al que llevan 30 años riéndole sus tonterías y dándole palmaditas en la espalda.
Hablan de dictadura en Venezuela, donde la gran mayoría de los medios critica e incluso desprecia e insulta a Hugo Chávez, mientras en España se procesa a aquellos que osan dibujar una viñeta o quemar una foto de la familia real.
Llenan páginas con la supuesta fortuna que Forbes imputa a Fidel Castro, mas sin embargo no tienen el coraje ni la libertad de expresión suficiente para iniciar una investigación sobre el patrimonio y los chanchullos que ciertos artículos en internet atribuyen al rey y su familia ¿Cómo se puede ser tan cínico y desvergonzado?
La campaña
El referéndum de la reforma constitucional vino precedido de muchas adulteraciones. La opción del “No” se maquilló como una iniciativa gestada desde el estudiantado, cuando sólo un porcentaje de docentes conformaba dicho bloque, mayoritariamente de universidades privadas.
Además, el Washington Post publicaba el pasado 2 de diciembre que algunos de estos grupos de estudiantes recibieron dinero de la Agencia de Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (USAID) para supuestos talleres. Pocos medios españoles aclararon este aspecto.
El 2 de noviembre dos estudiantes murieron en unas refriegas en la Universidad de Zulia. “El País” titulaba dicha noticia así: “Al menos dos estudiantes mueren durante una protesta ente chavistas y antichavistas en Venezuela”.
La noticia era firmada por “Europa Press”. El teletipo difundido por la agencia “AP” también narraba enfrentamientos entre partidarios y opositores del presidente.
Sin embargo, el diario local de Maracaibo, “La Verdad”, informaba que los disparos que causaron la muerte a esas personas no eran de estudiantes. El diario opositor venezolano, “El Universal”, no mencionaba en ningún momento que la violencia tuviera su origen en una confrontación entre partidarios y detractores de la reforma constitucional. La agencia “EFE” lo mismo.
En realidad los hechos tuvieron lugar por la suspensión de las elecciones estudiantiles en la Universidad de Zulia y entre grupos y candidaturas estudiantiles. No en algarabías relacionadas con el proceso electoral nacional.
Es llamativo que medios opositores venezolanos no politizaran este triste acontecimiento, mientras agencias extranjeras y medios españoles sí. La profesora de la Universidad Zulia, Berta Vega, incluso escribió una carta a Televisión Española para que rectificara una información que relacionaba la muerte de estas dos personas con una marcha opositora.
Si este hecho es lamentable, la información sobre la muerte del chavista José Oliveros Yepez, acaecida el 27 de noviembre, es, simplemente, indecente.
El título del diario “El Mundo” (EFE y Reuters) fue: “Un venezolano muere de un disparo durante unas protestas contra Hugo Chávez”. El titular es descaradamente embaucador. Sólo tras leer la noticia se puede deducir, insisto, deducir, que José Oliveros era chavista.
En ningún momento se dice clara y directamente. Lo de “El País” es más surrealista si cabe. No informa absolutamente nada. Sólo incluye un vídeo de 22 segundos en la edición de internet, encabezado con el titular: “Un muerto durante una manifestación contra Chávez en Venezuela”.
La narración y las imágenes en ningún momento dan la más mínima pista sobre la realidad: Que José Oliveros trabajaba en la estatal Petrocasa y que al ir hacia el trabajo se encontró con una turba de opositores que segaron su vida.
La intoxicación mediática se ha repetido sin parar. Casi ningún medio español comunicó el asesinato del militante chavista Alfonso Pimentel, que fue ultimado la noche del 30 de noviembre mientras supuestamente pegaba carteles. Aparentemente, sólo la agencia EFE difundió el crimen.
Tampoco se ha informado demasiado, ni tan siquiera para mofarse, sobre el plan que supuestamente había urdido la inteligencia norteamericana para desestabilizar el país.
Entre tantos análisis que perifoneaban a los cuatro vientos las miserias, pobrezas, hambres y desgracias de Venezuela, casi ninguno analizó someramente el Indice de Desarrollo Humano del PNUD 2007 o el Panorama Social 2007 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Ambos fueron publicados en la segunda quincena de noviembre.
El primero descubría un crecimiento para Venezuela de 0,08 décimas en el Índice de Desarrollo respecto a 2006. De repetir dicho crecimiento, el año que viene entraría a formar parte de los países con Desarrollo Humano alto.
El informe de la CEPAL desveló un dato más espectacular si cabe. Cuando Hugo Chávez llegó a la presidencia en 1999, el 49,4% de la población navegaba en la pobreza.
En el año 2006 dicho porcentaje se había reducido a un 30,2%, lo que se traduce en millones de personas que superaron el umbral de la pobreza. Venezuela ha sido el país de América Latina que más pobreza enterró en dicho periodo. ¿Su televisión o su periódico se lo había dicho?