- La intolerancia se impone y la Constituyente busca una salida bajo la presión conservadora
Agencia Boliviana de Información ABI
La intolerancia y el racismo de los grupos de choque que responden al Comité Interinstitucional, respaldado por los prefectos y cívicos de la denominada «media luna», puso en peligro de muerte a la Constituyente, mientras la directiva intenta una salida que preserve la integridad y los cambios estructurales que espera el país.
Las golpizas que sufrieron varios asambleístas del Movimiento Al Socialismo (MAS), la mayoría paceños, la mañana de ayer viernes desnudaron una acción racista que encubre la intención de cerrar el magno foro.
«Fueron víctimas de una acción cobarde, delincuencial y racista de quienes insisten en cerrar la Asamblea Constituyente», señaló el coordinador del Comité de Emergencia de La Paz, Luís Revilla.
El argumento de los dirigentes regionales conservadores vinculados a grupos de la extrema derecha de latifundistas de Santa Cruz y políticos desplazados por la rebelión de octubre de 2003 «es la defensa de la legalidad y de la democracia».
Raúl Prada, Marcela Revollo, Román Loayza, Martha Jiménez, Peregrina Cussi, Renato Bustamante, Loyola Guzmán y otros constituyentes fueron golpeados, insultados y expulsados de la capital de la República, mientras que una veintena permaneció secuestrada dentro del Teatro Gran Mariscal.
No obstante, las agresiones contra quienes piensan y visten diferente, ya se presentaron en los días posteriores al 15 de agosto, cuando el pleno del cónclave decidió por 135 votos a favor la exclusión del tema de capitalidad de las deliberaciones; 73 se opusieron, 6 se abstuvieron del voto y 21 abandonaron la sala.
Es decir, que el 63 por ciento de los presentes aprobaron esa resolución que hoy es rechazada por el Comité Interinstitucional, prefectos y cívicos de la «media luna», Podemos y otras agrupaciones políticas minoritarias.
Las protestas «pacíficas» que anunciaron los dirigentes sucrenses encabezados por Jaime Barrón se caracterizaron por el uso de petardos, dinamita y otros objetos contundentes para «hacer respetar Sucre». La Policía no disparó un solo gas lacrimógeno.
En la mañana de este viernes, efectivos policiales decomisaron siete cartuchos de dinamita, 50 fulminantes y 50 metros de guía en el retén de Yotala. La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) investiga el hecho.
Pese a las voces que desde diversas regiones del país surgieron para que el «Comité» recobre la racionalidad, la alcaldesa de Sucre, Aydée Nava, advirtió que «la vigilia se mantendrá todo el día, hoy, mañana hasta que se incorpore el tema de la capitalidad en la sesión de la Asamblea».
A su vez, para el dirigente universitario Antonio Jesús las agresiones físicas contra los constituyentes solamente existieron en la imaginación de las víctimas y de millones de bolivianos que presenciaron estupefactos las imágenes de las redes de televisión.
«Nosotros, como chuquisaqueños, pedimos respeto a la legalidad y a la democracia y que se debate el tema de la capitalidad», aseguró.
«Hablan que les hemos agredido, cuando sólo nos hemos concentrado en puertas el Teatro Gran Mariscal. Son pretextos para decir que no hay garantías en Sucre y poder trasladar las sesiones», dijo impávido a la Red Erbol, después de mandar «un saludo a Bolivia y a todos quienes queremos seguir viviendo en ‘democracia’».
Ante esos actos, que para sus protagonistas e impulsores son «democráticos y legales», los campesinos chuquisaqueños, que ya el jueves se habían desmarcada de la demanda de capitalidad plena, decidieron acudir a Sucre el siguiente martes.
En rueda de prensa, el dirigente Florentino Barrientos, secretario General de esa organización que aglutina a los campesinos dijo que después de un ampliado de emergencia se acordó que el racismo, la discriminación y el odio no tendrán perdón.
«Nosotros hemos condenado esa actitud racista, fascista y discriminadora que se ha cometido contra nuestros hermanos campesinos indígenas, eso no les vamos a perdonar nunca. Ya ha llegado el momento de defender la Asamblea Constituyente», advirtió.
En La Paz, el presidente en ejercicio de la República, Álvaro García Linera, repudió los actos de Sucre y dijo que dañaron la democracia en Bolivia.
«Desvirtuando un movimiento están agrediendo a la democracia. No puede repetirse ese tipo de agresiones a representantes nacionales elegidos por miles y miles de voto. Hay que tener respeto», dijo.
A su vez, el cuarto secretario de la Asamblea Constituyente, Ángel Villacorta, culpó a Podemos de encabezar las acciones de violencia en Sucre identificó al constituyente Willy Padilla, de Concertación Nacional, haber sido parte de las agresiones.
«Los mismos asambleístas de Podemos encabezaron la marcha. Padilla, de la directiva, estuvo allí cuando voltearon la puerta del Teatro Gran Mariscal. Esta gente que decían legalidad, ahora de qué legalidad puede hablar», sentenció.
Rdc/Dgav ABI