Reconocimiento a Pablo Velásquez:
Una presentación dirigida a los jóvenes…, ¡pero sin ellos!
Aymar Quispe. Miembro del grupo MINKA
Fueron los jóvenes y combatientes quienes mantuvieron vigente el mensaje de Reinaga, no alguna Fundación, pero esos decididos luchadores, sus esfuerzos, atrevimientos y travesías fueron en ese acto «amaúticamente» ninguneados.
El 8 de abril se presentaron las Obras Completas de Fausto Reinaga en el Auditorio del Banco Central de Bolivia (La Paz), luego de que pasaron variosaños desde que se anunciara oficialmente esta presentación. Participaron en el acto representantes de la instituciones financiadoras (Carrera de Filosofía, Convenio Internacional Andrés Bello y la Vicepresidencia del Estado). En la testera estuvieron también representada la Fundación Amáutica Fausto Reinaga con dos de sus miembros y con su “especialista”, Esteban Ticona.
Lo que se remarcó bastante por el público y por varios de quienes tomaron la palabra, fue la alusión a que “los jóvenes” deberían conocer a Fausto Reinaga; idea que parecía ignorar deliberadamente que fue justamente un joven el principal gestor de la publicación de dichas obras, nos referimos a Pablo A. Velázquez Mamani, miembro del grupo MINKA.
En el prólogo a las Obras completas de Reinaga (Tomo I, volumen I, p. 17) se puede leer: “la vicepresidencia del Estado Plurinacional asumió la iniciativa de publicar la obra completa de este importante pensador boliviano”. Sin embargo, no se menciona el importante papel del principal joven gestor de esta publicación. Pareciera que la historia se repite, ya que vemos cómo los jóvenes indios son ninguneados y sus iniciativas sirven solamente para que otros se beneficien.
El director de la Carrera de Filosofía de la Universidad Mayor de San Andrés, Iván Orosa, en el momento de tomar la palabra, reconoció que la iniciativa de la publicación fue de Pablo Velásquez, cuando éste era dirigente del centro de estudiantes de esa carrera; pero, “extrañamente”, Pablo no fue tomado en cuenta para el evento “de la vice”.
Además, Orosa también anunció que la carrera de Filosofía abrirá una maestría gratuita de Filosofía Andina, pero “olvidó” mencionar que esa maestría es otro de los proyectos logrados por Pablo Velázquez, quien, entre otras cosas, también consiguió que durante un semestre se impartiera la materia de pensamiento político indianista katarista en la carrera de Filosofía.
Cuando Hilda Reinaga, sobrina de Fausto, tomó la palabra dejó en evidencia que se vio obligada a reconocer “mínimamente” el papel de Pablo, pero luego, contradiciéndose, dijo que “estaban presentes todos los que tenían algo que ver con la publicación de las obra” (afirmación no sólo discutible), como queriendo indicar que Pablo no tenía nada que ver, o justificando que no se lo haya considerado. Es para remarcar cómo se aludía a los jóvenes y su papel en abstracto y se relegaba concretamente al joven gestor de la publicación.
Cuando Pablo empezó a andar en este proyecto, a mediados del año 2009, anduvo buscando el modo de financiarlo. Consiguió el apoyo de su carrera, pero como el dinero no era suficiente, buscó otras instituciones, y el Convenio Andrés Bello aceptó cofinanciar el proyecto. Pero aun así el dinero era insuficiente y Pablo se acercó, entre otros, al hoy famoso Fondo Indígena, donde nadie mostró interés; también trató de buscar el apoyo del Viceministerio de Descolonización, pero tampoco a ellos les interesaba (sólo después buscaron hacer algo por Fausto Reinaga, al ver que “el vice Álvaro” iba a patrocinar el proyecto de Pablo); incluso, llegó a buscar al Canciller David Choquehuanca, obteniendo los mismos resultados.
El mensaje era claro: los “indios” que están coyunturalmente en esferas de poder no tienen ningún afán en colaborar a jóvenes en sus proyectos. Sólo cuando casi estaba por desecharse la publicación de las obras de Reinaga, y con mucha desconfianza, Pablo se acercó a la vicepresidencia, como “última opción”.
Es, en consecuencia, sarcástico y hasta insultante que en el evento se aludiera a los jóvenes ¿Cómo se puede esperar protagonismo de los jóvenes, hablándoles de que deben conocer a Reinaga, si uno de los jóvenes que más se comprometió con la obra de ese escritor fue prácticamente ninguneado? Quizá esto es lo que se espera de ellos: que hagan el trabajo duro y después, cuando muestran no ser dóciles, se los pueda descartar (tal vez es así como funciona la llamada “comunidad amáutica”).
Ningún “reinaguista” ha logrado lo que Pablo Velásquez pudo hacer; ni aún trabajando en la Cancillería (Esteban Ticona fue funcionario allí), ni pasando por alguna embajada (el “reinaguista” Jorge Miranda fue embajador en Irán), esos reinaguistas amautistas nada lograron para su mentor. Pero es cierto que un joven, siendo dirigente de una pequeña carrera en la UMSA, hizo más que ellos y muchos otros más juntos.
Por otra parte, en el evento se dio la impresión de que quienes presentaron las obras hablaban sin tener idea alguna sobre el papel que jugaron “las nuevas generaciones”, “los jóvenes”, en la difusión de las ideas de Reinaga. Fueron los jóvenes quienes mantuvieron la figura de Fausto Reinaga vigente llevarando sus obras a plazas y ferias de pueblos; organizando debates en distintos lugares, como la UPEA, Universidad de El Alto.
En ello activó no solo el grupo MINKA, aunque tal vez fuimos los más inocentemente testarudos en esta labor, sino también muchos otros jóvenes, y antes que nosotros quienes en la misma labor se esforzaron y forjaron en una lucha política e ideológica desatada desde el año 2000, trabajo que demostró sus frutos cuando el indígena rural paralizó el país el año 2000 y cuando el 2003 el indígena sub urbano depusó tras arduas movilizaciones al presidente Sánchez de Lozada.
Fueron los jóvenes y los combatientes, armados de La Revolución India, quienes mantuvieron el mensaje de Reinaga, y no alguna Fundación o heredero carnal de ese escritor. Pero estos decididos luchadores, sus esfuerzos, atrevimientos y travesías, fueron echados al olvido, fueron en ese acto “amáuticamente” ninguneados.
Es llamativo que, en el evento que comentamos, cuando presentaron a Esteban Ticona lo hicieron con gran pompa como “estudioso de la obra de Fausto Reinaga”. Pero su participación fue muy pálida, aunque eso es característico en él. El “especialista” sólo dijo cosas que no le pusieran en conflicto ni con la sobrina de Reinaga, ni con el vicepresidente; o sea, que trató de no meterse en problemas. Sabiendo que el gobierno no tiene buenas relaciones con los indianistas y kataristas, quienes son muy críticos con Fausto Reinaga, no es de extrañar que hayan invitado al inofensivo Esteban Ticona a este evento.
Lo que a Ticona le mereció aplausos en el acto fue el decir que “los funcionarios del Estado deberían leer a Reinaga”, idea que en los espacios de iniciados (principiantes) es algo común, pero se esperaría más de “un estudioso”; sin embargo Esteban Ticono se vió rebatido en su ocurrencia cuando el vicepresidente Álvaro García Linera indicó que el primer funcionario, Evo Morales, sí había leído La Revolución India… Tal vez lo que Ticona quería decir es que él no podía explicar a Reinaga y que por ello sería mejor que lo lean los funcionarios. En general, los panelistas no dijeron nada que fuera incisivo y novedoso.
¿No hay personas que pueden decir cosas más interesantes sobre Reinaga, que los panelistas invitados? Alguien muy despistado y no inmerso en el mundo político intelectual indio, podría creer que no hay otras generaciones de indianistas o kataristas y que todo se reduce a los “viejos”, lo que es totalmente equivocado.
Podemos mencionar algunos nombres destacados de nuevas jóvenes personalidades:
Iván Apaza Calle, quien escribió Colonialismo y Contribución en el Indianismo (2011), libro en el que el autor es sumamente crítico respecto a Reinaga.
René Ticona, quien además de elaborar su tesis de licenciatura en Filosofía (UMSA) sobre el indianismo de Reinaga, escribió un artículo publicado en La Migraña Nº 9 (revista de la vicepresidencia), con el título de El pensamiento indianista de Fausto Reinaga; una interpretación desde la filosofía política.
Limber Franco, quien elaboró el muy discutible folleto Fausto Reinaga para principiantes (2014) y recientemente público en el Pukara nº 104 El alcance teórico del indianismo de Fausto Reinaga.
y Carlos Macusaya, quien además de escribir constantemente para Pukara, publicó el libro Desde el Sujeto racializado; consideraciones sobre el pensamiento indianista de Fausto Reinaga (2014). En el caso de Carlos Macusaya, es quizá quien mejor ha trabajado sobre el pensamiento de Reinaga.
En estas nuevas personalidades, con distintos matices y contrastes, no hay una adulación ciega a Reinaga y todos coinciden en que lo más destacable de Fausto es el indianismo, mientras que su “pensamiento amáutico” es tomado como su decadencia, todo lo contrario de los “viejos reinaguistas”.
Hubiera sido muy refrescante tener la palabra de algunas de estas nuevas personalidades en la presentación de las Obras Completas de Fausto Reinaga, seguro que hubieran dicho cosas más perspicaces que el “estudioso de la obra de Reinaga” Esteban Ticona o que las personas que representaban a la Fundación Amáutica (que clamorosamente pedían que se abran espacios para “discutir” la obra de Reinaga) e incluso que el mismo Álvaro García Linera, quien evidentemente, y con razón, no tiene interés en estudiar a Fausto.
La presentación de las obras completas, además de excluir al principal gestor y aludir a “los jóvenes”, fue muy raquítico en contenido y lleno de adulaciones melosas. Lo contrario se dio el pasado martes 21 de abril, en el Foro sobre el pensamiento de Fausto Reinaga.
Las participaciones fueron bastante sustanciosas y muy críticas a la vez (a excepción de Raúl Prada). Pablo Velázquez dio algunos apuntes sobre cómo se llegó a publicar las obras de Reinaga; H.C.F Mansilla reitero las críticas expuestas en su libro Una mirada crítica al indianismo y la descolonización; Carlos Macusaya lanzó algunos datos crudos sobre el lado oscuro de Fausto Reinaga; y Fernando Untoja se concentró en mostrar los rasgos coloniales e incoherentes en Reinaga y por qué no pasa de ser reactivo.
El evento fue muy concurrido y colmado de reflexión y critica. A pesar de que el “estudioso de la obra de Reinaga” Esteban Ticona fue invitado, éste no asistió, se corrió del debate, seguro porque advirtió que podía salir trasquilado.
En definitiva, ha concluido una etapa con la presentación de estas obras. Ahora hace falta que otros escriban libros, reflexiones, análisis etc. Este es nuestro tiempo y nos hace falta ser protagonistas.
No podemos retroceder a los tiempos de Reinaga ni podemos traer a éste a nuestros tiempos. Cito lo que dijo Carlos Macusaya el pasado 21 de abril: “Fausto Reinaga representa nuestros pañales ideológicos, y a estas alturas de nuestra vida y nuestra lucha ya no podemos usar pañales”.