Bolivia: Un aymara Presidente del Senado

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    Eugenio Rojas, un aymara Presidente del Senado

Elbio Ríos Choque / Jach’a Carangas
Los aymaras se desarrollaron en los señoríos o ríenos de Pacajes, Lupacas, Machaca, Caquiriri, Achacachi, Pucarani, Canchis, Omasuyos, Chichas, Ayaviri, Collas, Quillacas, Charcas, Yamparas, Chuis, Sica Sica, Calamarca, Carangas. Es decir el imperio Aymara se asentó en La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba (Bolivia), Puno y Arequipa (Perú).

En la cultura, los aymaras tenían conocimientos astronómicos que les permitieron establecer el año llamado Mara; cada mes era denominado Phajsi. El año nuevo aymara se llama Machaqmara. Los aymaras practicaban el Ayni, que consistía en una ayuda mutua.

Un aymara Presidente del Senado. Foto: G. Jallasi ABIEn la estructura social los aymaras estaban organizados de la siguiente manera: Mallku, Jilacata, Curaca, Consejeros o amautas ancianos.

Hoy los aymaras (campesinos e indígenas) estamos orgullosos y esperanzados con nuestro hermano Eugenio Rojas, primer Presidente aymara del Senado de la Asamblea Plurinacional de Bolivia.

Desde la Revolución de 1952 los campesinos e indígenas hemos podido superarnos intelectualmente en diferentes áreas, inclusive algunos fueron becados al exterior y siguieron curos de postgrado. Nos formamos académicamente, ahora ha llegado la oportunidad de llegar a ocupar cargos del Estado para cambiar nuestra condición socioeconómica.

Con la llegada del nuevo Gobierno (del hermano Evo) grande fue nuestra esperanza para que campesinos e indígenas, particularmente los profesionales en diferentes rubros, fueran llamados a cooperar al proceso de transformación social anunciado.

No a la discriminación
Ahora con la llegada a la Presidencia del Senado de nuestro hermano Eugenio Rojas se tiene que trabajar “primero”: “eliminar la discriminación de los campesinos e indígenas” para vivir dignamente.

Los campesinos e indígenas son pequeños propietarios que luchan por mejores precios para sus productos agrarios. Al contrario de los asalariados, pues éstos pelean por rebajar los precios de los productos alimenticios.

Lo lamentable es que ante la falta de un lugar adecuado para comercializar productos de agro son objeto de discriminaciones, atropellos, ultrajes, y hasta agresiones por parte de los gremiales (rescatadores e intermediarios).

Los que más sufren la discriminación son los campesinos e indígenas por parte de los gremiales, que no permiten vender y negociar libremente. Ellos controlan las aceras, calles, avenidas y mercados, como si fuesen sus propiedades privadas. Sin embargo estos lugares pertenecen a las Alcaldías.

Estos abusos de los gremiales ocurren diariamente, por ejemplo en la ciudad de La Paz en las zonas de Garita de Lima, Cementerio General, mercado Rodríguez, o en la Ceja El Alto y otros lugares.

Lo peor es que ningún dirigente sindical (COB) defiende a los campesinos e indígenas que traen sus productos agrícolas y ganaderos a las ciudades para venderlos directamente a los consumidores. De los mercados campesinos se han adueñado los gremiales.

Ley
Actualmente existe la Ley 045 Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación, pero también existe un retraso en su aplicación.

Los transportistas sindicalizados del sector agrario obstaculizan la libre competencia en las rutas y en los pasajes a la vez han formado monopolios de rescatadores e intermediarios.

La prepotencia sindical no permite el libre transporte ni el libre comercio en las ferias agrarias. Para eliminar estos factores de pobreza, cada municipio debe licitar periódicamente las rutas de su jurisdicción, puesto que del transporte de libre competencia depende el movimiento socio económico del país.

Condición
Los campesinos e indígenas no pertenecen al sector de asalariados, no tienen vacaciones, no reciben asistencia médica oportuna ni se benefician con las jubilaciones, pero trabajan aproximadamente 15 horas diarios, cumpliendo con su “trabajo social” (sirviendo a la Patria), aportando con “mano de obra barata” (para sus jubilaciones), enviando sus productos agrícolas y ganaderos a fabricas, hospitales, ministerios, cuarteles, centros mineros y a la población en general, con precios ínfimos que no cubren ni sus mínimas necesidades para mantener dignamente a sus familias.

Esperanzados que con la ayuda de nuestro hermano aymara Eugenio Rojas y con el satélite Túpac Katari cambie nuestra condición socioeconómica en el agro.

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