Por: Fernando Mamani Flores
¿UNA SOLA REALIDAD CONTINENTAL?
El tema de la "teología de la liberación" adquirió una importancia especial, debido a quesu reflexión quizo estar ligada al movimiento social, en la dinámica de lucha por la justicia. Se interpretó como si un pueblo sufriente, victima de la opresión de los poderosos, necesitara una instancia que pueda alentarle un necesario espíritu de liberación. ¿Qué de más natural que sea la Iglesia que cumpla ese rol?. La “teología de la liberación" pretende justamente justificar y alimentar esta “evidencia”. Para ello existe un aspecto teológico propiamente dicho interpretar a Dios como el “Dios de los pobres”, justificar sus puntos de vista apelando a la Biblia, etc y un otro que consiste en articular esa reflexión a la práctica real, apelando para ello fundamentalmente a las teorias marxistas.
El que parezca “natural" que la Iglesia reflexione este asunto, tiene un punto de partida que lo consideramos errado. Se considera al continente americano como la reserva demográfica de la cristiandad. Sería por tanto legítimo que el pueblo busque salidas dentro de lo que es su naturaleza profunda, es decir cristiana. Esta imagen de nuestro continente, hace parte de un conjunto de imágenes muy difundido. Durante los años heróicos del cristianismo en la América "latina" circulaba profusamente una de estas imágenes, a modo de argumento político: “La revolución debe ser una y continental -se decía- pues todos los pueblos de este continente compárten el mismo origen, la misma lengua, la misma religión y el mismo enemigo común”.
Esta proclama que intentaba unir a todos los “pobres y oprimidos”, lograría unificar de manera irónica sólo a las élites opresoras de los pueblos, pues estas sí pueden enarbolar las características comunes atribuidas: origen europeo, lengua ibérica común, religión católica compartida... Por el contrario, los pueblos no pueden atribuirse el “latinoamericanismo” simplista. Sus orígenes son variados: Pueblos negros traidos como esclavos quienes conservan su propia cosmovisión y sus formas religiosas particulares; múltiples manifestaciones mestizas, zambas y mulatas y fundamentalmente los pueblos descendientes de los pobladores originarios, de los pueblos indios, que en algunos paises constituyen la mayoría de la población (Bolivia, Perú, Guatemala) y en algunos otros importantes minorías, y que en todos los casos impregnan y aportan la verdadera naturaleza de este continente.
TEOLOGIA Y POLITICA
Es por demás evidente que no existe el tipo de “unida” al que hace referencia cierto activismo político, en el cual está inscrita la ''teología de la liberación”. Existe mas bien una real opresión de pueblos y culturas que poseen idiomas y valores religiosos diferentes de los importados de Occidente. Es pues conveniente desestimar en absoluto el mito del “Continente, cristiano-católico”, que generaría desde las bases un clamor llamado "teología de la liberación". Oficialmente a nivel del Estado del Vaticano el continente americano es todavía definido como tierra de misión, es decir como tierra donde los esfuerzos por imponer una religión que no pertenece a los pobladores nativos, debe ser permanente y dedicada.
Creemos que en este sentido se puede entender perféctamente a la “teología de la liberación”; es un esfuerzo más por difundir e imponer el cristianismo en tierras americanas. Es decir fundamentalmente un esfuerzo exterior y ajeno a los pueblos objetos de esa misión. Si la "teología de la liberación" es una reflexión misionaria más, ¿cómo se explica la aparente publicidad y atención de la cual es objeto por los sectores que en principio se interesan por libre autonomía (comprendida la autonomía espiritual) de los pueblos?.
En realidad el auge de esta "teología" obedece más a los defectos de la práctica y especulación marxistas en tierras americanas, que a sus propias virtudes intrínsicas. Desde hace varias décadas el continente es teatro de repetidos fracasos revolucionarios. Especialmente despues de la victoria castrista en Cuba, grupos más o menos importantes intentaron en varios paises repetir esa experiencia inutilmente. En algunos casos solo quedó el recuerdo sublimado del heroismo de jóvenes combatientes, en otros casos quedó como plaga endémica en regiones enteras, con un tipo de lucha que los acerca más del banditismo que de la redención revolucionaria.
Estos grupos que hicieron y hacen este tipo de lucha, surgieron como una respuecta a la decadencia de los partidos “tradicionales” de izquierda. Algunos de estos partidos fueron sólo apéndices burocratisados de "paises socialictas guías" extranjeros. Otros sólo capilla podrida de intelectuales obsesionados por una revolución proletaria futura, y traumatizados por acontecimientos sucedidos hace varias décadas y en situaciones históricas y geográficas lejanas, como fueron los diferentes grupos trostkistas, hasta hoy sufrientes de “martirio” de Trostky por Stalin.
IZQUERDA Y TEOLOGIA DE LA LIBERACION
En todos los casos estos partidos expresan una de las frustraciones más profundas de la izquierda en el continente. Los grupos que intentaron tomar el relevo los grupos “guerrilleristas y diversos tercer mundistas” no lograron sin ernbargo hacer mejor figura pese a su innegable heroismo, pues su ruptura no fué total con los esquemas anteriores. Estos grupos razonaron como razonan en la actualidad justamente algunos sectores vinculadosa la "teología de la liberación" los fracasos experimentados, no son el fracaso del Marxismo (o del Cristianismo), sino de los partidos burocratizados y/o dogmáticos (o de la Iglesia Institución); por tanto la alternativa de liberación siguiendo los principios del materialismo dialéctico e histórico (o de la historia de salvación bíblica) siguen vigentes.
Este tipo de razonamiento no les permitió comprender las razones de los fracasos anteriores. Estos grupos fueron un conglomerado de personas procedientes de orígenes políticos e ideológicos diversos, unidos sin embargo por la hegemonía ideológica marxista leninista. Había (y existen) en esos grupos varios cristianos, pero su aporte nunca fue doctrinal, sino solo combatientes y en algunos casos de utilidad exclusivamente propagandistica. El no haber podido generar una ideología política que corresponda a la situación concreta del continente, el no haber podido estructurar un mundo de ideas coherentes al pensamiento y mundo espiritual de los habitantes americanos, creemos fué una de las razones de los fracasos guerrilleros. El reproducir esquemas ajenos dogmatiza inevitablemente y vuelve contradictoria la relación entre la teoría y la práctica.
Existe un otro elemento que nos ilustra sobre el caso de las alternativas de izquerda en el continente. Se trata de la composición de clase de estas. Tanto los partidos tradicionales como los nuevos grupos, son fundamentalmente constituidos por hijos e hijas de la pequeña y de la más grande burguesía de nuestro continente. No se trata que vilipendiemos un cierto "pecado original de clase" (aunque parece ser que estos hijos e hijas así lo sienten en su inconsciente), sino de precisar que esta característica hace que estos grupos se cierren en ellos mismos sin darse incluso entera cuenta de ello.
Llegan a ser reductos de cierta clase donde imperan usos, costumbres y valores culturales, diferentes y contrarios a los del pueblo, entablándose asi una relación de tipo paternalista y asistencial, que los aisla del pueblo, pues este los percibe como elementos extraños y en algunos casos perjudiciales para su integridad. Los dos casos que a nivel continental una revolución a triunfado, validan justamente nuestro punto de vista: Cuba y Nicaragua fueron movimientos amplios en los cuales la componente marxista era una entre otras. No olvidemos que Fidel Castro hizo la revolución bajo la oposición del Partido Comunista de ese país y combatiendolo, hecho que resulta irónico cuando sabemos que Cuba es hoy día un Estado en el cual el Partido Comunista está en el poder.
ES LA INSTITUCION QUE PREVALECE
Este fracaso de las alternativas de izquierda está al origen de la “teoría de la liberación”. Es razonable pensar que ciertos cristianos al comprobar la insuficiencia del marxismo y creyendo representar los anhelos de un "pueblo cristiano" de base hayan pensado dar al Cristianismo una oportunidad de vanguardia revolucionaria liberadora. Es posible que a esta inquietud hayan habido sucesos internacionales que la hubiesen confortado: La Revolución Islámica del Irán es evidentemente un revolución teológica antes que simplemente política, y son los Ulemas que están en el poder efectivo. Esta revolución supo conducir a su pueblo a la victoria y demostró que el antiimperialismo norteamericano no tenia porque ser necesariamente un proimperialismo Soviético.
Por otro lado, es evidente que para los marxistas la emergencia de la "teología de la liberación" fue una verdadera "bendición" (si se nos permite utilizar la palabra). Ante prácticas agotadas y creyendo ellos también que el "pueblo es cristiano", era conveniente alentar toda posible tendencia en el seno de la Iglesia Católica que pudiera "unir las fuerzas antiimperialistas", dividir y debilitar la Institución dirigida por un papa polaco notoriamente anticomunista y favorizar finalmente la toma del poder por las fuerzas de izquierda. Además de cuidar así la "sensibilidad popular" de los pueblos, se lograba un aliado util y entusiasta.
La izquierda en su casi totalidad se mostró entusiasta de esta "teología", seguros de que "el opio del pueblo" desaparece una vez que las condiciones que la hicieron posible no existen más. En nuestra opinión, una y otra posición son erróneas y responden sólo a intenciones piadosas y cálculos políticos. En el regateo entre izquierda y partidarios de la "teología de la liberación", no son ganantes ni el uno ni el otro. Desde hace veinte siglos de cristianismo, la iglesia cómo institución se ha mantenido, en tanto que los sistemas políticos de occidente han cambiado. El socialismo marxista no es el primer sistema enemigo de la religión y de la lglesia. Los hubo antes otros, que en definitiva fueron acimilados por la misma iglesia combatida. El cristianismo fué atacado por las monarquías, termino identificando la iglesia a la corona. El cristianismo fué enemigo de la burguesia, terminó representando los intereses del estado burgués. El cristianismo fué enemigo del socialismo, y huvieron curas como ministros en paises socialistas y el Papa a oficializado la versión aseptizada de la "teología de la liberación".
Es esta versión "aseptizada" la definitiva. No creemos que haya habido un cristianismo puro que históricamente haya resistido a una institución podrida y contraria a sus valores. Creemos más bien que esa religión (como todas las de occidente) han sobrevivido únicamente gracias a esta institución, y que es su reflejo legítimo.
CONSERVAR NUESTRA ESPIRITUALIDAD
En la visita del Papa polaco a Nicaragua sucedó algo altamente simbólico, el cura revolucionario Ernesto Cardenal, que fué Ministro en el gobierno Sandinista desobedeciendo directivas del Vaticano, se arrodilló delante de Pablo II y quizo besarle la mano en signo de sumisión. El Papa retiró la mano y públicamente lo amonestó. Esta imagen quedó gravada en películas video y en fotos a través de diversas agencias de prensa. El simbolismo es grande y merece ser motivo de reflexión: los herejes si no logra crear una nueva Iglesia, pasan, y la vieja Iglesia de siempre continúa.
Para las organizaciones originarias es necesario que el asunto quede claro. La "teología de la liberacición” es unicamente un arma de misión. Un arma de misión para que la permanencia y la doctrina de la Iglesia Católica se asiente de manera más sólida en tierras americanas. Su concomitancia con una "causa de liberación" es sólo un factor circunctancial y no esencial. Esta labor misionera es tanto más grave, cuanto que está unida a la obra de otro tipo de misión, que es la misión de tipo político.
No se puede considerar a la "teologia de la liberación” como solo una obra de justicia social. Eso sería un engaño. Es necesario que veamos la dimensión religiosa de esta acometida. Si debe haber una liberación de nuestros pueblos, esta debe ser integra, comprendida en su dimensión religiosa y espiritual. Si debe haber relación y compenetración con otras religiones, esta debe ser manera abierta y libre, donde la iniciativa esté también de nuestra parte. Los pueblos originarios tienen una cosmavisión donde la vocación universal es permanente. Esta vocación universal no es tatalizadora o uniformizante, sino más bien abierta y plural.
Si algunos hermanos originarios creen que el catolicismo y otros grupos cristianos están implantados a pesar de todo en sectores de nuestro pueblo, y que al mismo tiempo que mantener nuestras tradiciones, debemos comunicarnos a niveles más superiores con otras formas de concebir las fuerzas supremas, es importante que exista esa comunicación, pero al nivel propiamente religioso. Cuando la religión se esconde en la política es peligroso, lo sabemos con el antecedente de la invasión española. Cuidemosnos de que formas opresivas se mantengan manteniendo en la obscuridad sus verdaderos intereses.