Las fiestas del anata “fiesta de los juegos o carnavales” son consideradas por muchos investigadores como un periodo prematrimonial en el mundo andino. En este periodo el jóven soltero (wayna) y la jóven soltera (tawaqu) hacen conocimiento y relaciones. Aquí se describe lo que sucede en el mundo aymara, en especial en la zona hubicada en la hoya lacustre del lago Titikaka (Peru y Bolivia), en este proceso de conocimiento mútuo que conduce a los jóvenes hombres y mujeres (waynanaka y tawaqunaka) hasta el enlace matrimonial; este proceso hoy como ayer, esta regido por formas telúricas sociales propias a nosotros.
DE LOS FUTUROS "JAQINAKA"
No existe una datación determinada, sin embargo es frecuentemente en los meses de Marzo y de Abril (T'awra Yawi) y de Abril a Mayo (Ank'a Llamayu) que los jóvenes se alistan para las bodas. Solo podrán casarse sin embargo los que hayan cumplido ciertos requisito previos exigidos por la comunidad y observando ciertas normas de costumbre.
Se dice que los jóvenes son aptos al matrimonio cuando se aproximan a cierta edad: de 28 a 31 años para los varones y de 24 a 26 para las mujeres. Se concidera que entonces es cuando se está biológicamente maduros para el matrimonio. Sin embargo, no es la edad el requisito fundamental, sino otros de caracter social y cultural.
Los requisitos para el varón consisten en los siguientes: Primero debe haber ejercido cargos de autoridad en la comunidad, como haber sido watachu (encargado o supervisor en los bailes nocturnos que son q'achua semisecretos y exclusivamente para jóvenes, estos bailes se realizan antes de los carnavales). Debe haber sido además irpa o guía en las fiestas del carnaval y de páscuas o haber participado en el deporte de contrafuerza (wayjt'asiña o ch'amat jawqt'asiña) en el mes de Willka para unos y de T'aqaya para otros. Si el jóven es huérfano debe haber sido, autoridad comunal (jilaqata). Este tipo de requisitos es muy importante, pues se considera que un joven puede ser responsable con su familia, sólo si ha demostrado ser responsable con la camunidad, pues para el hombres y la mujer andinos, los cargos de autoridad son cargos de servicio y no de poder al estilo occidental.
Entre otros requisitos para el varón tenemos: tener ahijados, es decir ser padrino de bautismo (waw ichkatasiña), tener cantidad suficiente de vestimentas, saber uncir y arar con la yunta, saber techar una casa, saber tejer, etc. de lo contrario son todavía considerados llullu lluqalla skiwa, es decir menores.
Para la mujer los requisitos son similares. Debe haber también ocupado los cargos de watachu y de q'chwa. Deben haber sido además guías en los carnavales. Deben tener ropas suficientes, deben tener ahijadas (ser madrina de bautizo), deben saber cocinar, deben saber sembrar (iluña o sataña) y tejer etc.
Si el hombre y la mujer cumplen estos requisitos pueden casarse y pasar así a ser considerados jaqi (personas humanas). Se es jaqi fundamentalmente cuando se es casado, en ciertos casos solo cuando ya se tiene parcela y casa propia.
Pueden darse matrimonios que estén fuera de lo establecido por los usos y costumbres de la comunidad, pero esto es raro, es la excepción. Los requisitos para casarse son heredados de generación en generación, su origen se pierde en el lejano y oscuro pretérito tiempo (nayrja ch'amakpacha).
Pueden realizarse sin embargo matrimonios prematuros (jisk'pach jaqichasiña), imprevistos (akatjamak chikt'apiña), que son las excepciones al matrimonio maduro (wali puqt'at jaqichasiña). La primera excepción puede suceder cuando el candidato es hijo único (sapa wayna o sapayuqa), o hijo mayor de una viuda (awkit wajcha wayna), debido a una de estas situaciones se conciente un matrimonio que no es objeto de crítica o de repudio por parte de la comunidad, por el contrario son aconsejados y ayudados comunalmente. En lo que respecta al matrimonio imprevisto, este es objeto de severas observa ciones por parte de la comunidad, mucho más si uno de los cónyuges es menor de edad (maynir jaqichasiw sullka).
“SIRWISIÑA”
El enamoramiento o noviazgo tal como se conoce en la ciudad no es practicado en las comunidades y donde se suele observar (irpnaqasiña) es producto de la aculturación.
Un factor que puede provocar descontento es el dilatar la formalización de la unión marital. Es la comunidad entera que se inquieta cuando trascurre demasiado tiempo de unión de dos jóvenes sin boda, pues se piensa que puede tener consecuencias negativas para todos y en especial para la pareja (warmi ripuniw q'añuchasix, chachax chachaw ).
Lo que se observa esta creencia en el mundo aymara, otros indican sin embargo que existe en otras regiones el caso contrario, es decir que la duración del período prematrimonial no tendría importancia, y que incluso existiría cierta permisidad a todo nivel, incluso sexual. Los padres reprobarían superficial y verbalmente esa unión. Pero en realidad sería algo institucionalizado, esto sería el sirwisisipkiwa (se estan sirviendo) o matrimonio de prueba. La palabra sirwisiña es derivada del castellano o español, es decir fruto de la transculturización: sirw es la raíz del verbo servir en castellano, iña o simplemente ña es sufijo verbal en aymara. La palabra sirwisiña resulta pues reciente y consecuencia de la invación y la pregunta es si esa práctica donde existe es también algo reciente e influenciada por la colonizacion.
El sirwisiña sería pues el período que dura desde el período en que se juntan hasta el matrimonio propiamente dicho. Durante ese período de transición, la nuera (yuqch'a) se habitúa y experimenta a ser esposa en la casa de la suegra, quien la vigila y ayuda; después de este período de tres semanas a tres meses se integra a la comunidad (tamar mantaña).
Según el estado de conocimientos este sirwisiña no existe en el mundo aymara, por el contrario, es mas bien ridiculizado por las familias y los casos existentes sufren cierto aislamiento de la comunidad.
LA OFICIALIZACIÓN DEL MATRIMONIO
El ciclo de relación de pareja que termina en el casamiento es variado según las comunidades a continuación se describe el ciclo que se lleva acabo en la región que se indica mas adelante y en ayllus muchos de ellos reestructurados, es decir que fueron antes haciendas y que por ello sufrieron cierto grado de enajenación espiritual.
Primero se efectúa el waynaw irpantasi, es decir el hombre se lleva a su prometida a su casa. Los padres del jóven deben siempre reaccionar ante este hecho con una lacónica reprensión antes de declararlos juntos (chikt'apita). A veces los padres desaprueban si ven que en uno u otro existe resistencia, pero generalmente llega a feliz término. El proceso siguiente está a cargo de los padres del joven y de sus demás familiares, quienes tienen el deber de avisar a los padres de la joven de manera inmediata, los padres de la mujer reaccionan siempre de una manera exaltada y reprobadora, para enseguida entablar con los familiares del hombre un diálogo y discusión.
Después de esta primera charla, los familiares del hombre deben rendir honores a los padres de la novia apartándole licores y comidas. Este es el sart'aña, es decir el acto formal de pedir la mano al cual asisten ambos novios. Los familiares del novio aportan licores y comida (umañ manq'aña) como se indica arriba a esta visita que es la última porque aquí se resolverán todos los pormenores y especialmente la fecha en que se celebrará la fiesta matrimonial (en el mundo aymara, la boda es ante todo la fiesta comunitaria). En esta última visita l lamada irpaga o irpaqasiña, y que se realiza generalmente de noche, durando la conversación hasta el amanecer, se pregunta a los novios el porqué se han propuesto ser marido y mujer (kunjamats, kawkjamats juchar puripta) o si hubo engaño en el compromiso (k'tich ar churarqitu).
Finalmente, siempre en esta última visita, los novios con declarados marido y mujer, para ello el padre de la novia se expresa generalmente asi: “Ya no eres mi hija, eres hija de tu suegro y suegra. Te portarás bien y no harás levantar mi nombre ni mi honra, avanzarás siempre fijándote adelante y atrás” (Janiw nan wawajakxtati, awkch'iman taykch'iman wawapaxtaw, Sum sarnaqata, janiw nayan sutj aynaqayitätati, k'amarak nayan qamasajas, q'ip nayr uñtas sarata). Para esta visita se va acompañados de un grupo de música y es a sus sones que a la madrugada el novio se llevará legítimamente a la novia cantando “jalayasintwa, jalayasintwa ...” (Me la estoy llevando, me la estoy llevando ...). Es a partir de esta visita que representa el anuncio oficial, que la comunidad se percata y reconoce el matrimonio (jaqichasiriw utjani).
Puede haber también otras formas. Cuando la joven no es llevada por el joven a la casa de este, sino que ella se instala voluntariamente (jit'intaña), no presenta mayores complicaciones, s ino que hasta puede facilitar la cosa. Algunas veces, la comunidad suele burlarse de la muchacha y de su familia si se encuentra encinta (majtayasitaynawa), pero son burlas sin consecuencia social.
Sucede también que un muchacho se enamore de una joven sin que esta esté al corriente y sin que se conozcan mutuamente, entonces son los padres del hombre que iniciarán un diálogo con los de la mujer (q'ana aruta). Los padres del joven deberán ges tionar el matrimonio mediante encuentros que culminan con una visita confidencial a la casa de la muchacha durante una noche. Son los padres del pretendiente y familiares que deben ir con manjares, alcohol y coca, a fin de festejar a la joven y su familia y lograr así el compromiso matrimonial. A esta práctica la llaman en otros lugares palawratawa (es por medio de la palabra) y se practica regularmente con este método.
Puede ser también que el matrimonio sea arreglado sin el conocimiento de ninguno de los contrayentes. Entonces sucede que los padres (o consuegros), los awkch'i masinaka, entran en diálogo, sea de manera abierta o clandestina. Entre ellos discuten el matrimonio, discusión que puede prolongarse durante mucho tiempo. Si llegan a un acuerdo, aprovecharán de una fiesta o de un momento propicio para juntar a los novios. Estos se conocerán recién y sabrán que sus padres han escogido. Generalmente, los jóvenes no ponen resistencia, pues consideran que su unión no sólo les incumbe, sino también a las familias y a la comunidad, y que la elección hecha está basada en criterios justas y legítimos.
Existe también otra manera de formalizar el matrimonio, es cuando el hombre se lleva a la muchacha a su casa de manera sorpresiva sin cumplir formalidades (q'achtasiña o qatatrantasiña). Algunos especuladores ajenos al mundo aymara califican este hecho de vías de fuerza y violencia, pero en la práctica comunal es distinto. No es una legitimación de la fuerza, pues no elimina formalidades posteriores y en seguida los familiares del hombre deberán dar las explicaciones pertinentes a los de la mujer hasta llegar a acuerdos positivos.
Se vé, pues, que en el mundo aymara no existe un modelo rígido y uniformizante, sino que existe una flexibilidad en las formas, flexibilidad que manifiesta la tolerancia a las diversas posibilidades que se dan en la vida social. Esta flexibilidad está, sin embargo, enmarcada en ciertos principios que son rígidos, algunos de estos son: el matrimonio es una unión entre dos iguales, se nececitan básicamente los mismos requisitos para que el hombre y la mujer estén en condición de casarse. El casarse es acceder a una condición superior en la organización social aymara, los dos cónyuges llegan a ser jaqi. La unión de iguales no significa uniformidad, es también la unión de diferentes; esas diferencias deben mantenerse justamente para garantizar la equidad de la pareja. El matrimonio no es eminentemente un asunto personal, sino fundamentalmente un acontecimiento social, concierne a la comunidad empezando por los familiares más cercanos estos intervienen en el proceso de una u otra manera.
LOS PADRINOS DEL MATRIMONIO
A los ojos la comunidad y de la familia, el yerno (tulqa) y la nuera (yuxcha'a) , es decir los novios, alcanzan a través del matrimonio la cate goría de “gente completa”, llegan a ser jaqi (gente), cumplen el jaquichasiña (hacerse gente). Por esta razón a los recién casados se los llama los machaq jaqui (las nuevas gentes) en otras comunidades los llaman machaq uta (nueva casa).
El padrinazgo es muy importante en el mundo aymara. Seguramente existieron formas anteriores, es por ello que la iglesia cristiana se adaptó a estas formas. Los padrinos son los directos responsables de los novios. No es sólo una responsabilidad “espiritual”, como en el cristianismo, sino total, pues apoyarán y ayudarán en los trabajos comunales a la nueva pareja. Se considera a los padrinos como segundos padres y su responsabilidad es tal que algunos aseveran que dependerá de ellos el éxito o el fracaso de la nueva pareja.
Existen dos clases de padrinos. Por un lado el jach'a awki y la jach'a tayka o padrinos mayores, y por otro el jisk'a awki y la jisk'a tayka o padrinos menores. En los lugares donde hubo más influencia extranjera, a los primeros se los llama jach'a parino y jach'a marina , y a los segundos jisk'a parinu y jisk'a marina , pero se trata de los mismos.
Es sobre los padrinos mayores que recaen las principales responsabilidades. Estos padrinos son elegidos por los padres del novio o pueden presentarse también voluntariamente. Los padrinos menores son elegidos por los padres de la novia o por los padrinos mayores. A los padrinos menores se los llama también t'aqa awki y t'aqa tayqa o padrinos de “destete”, es decir de separación de los hijos de sus padres. Se llama también q'ra parinu si este es ajeno a la comunidad. A los padrinos menores se los llama también ara parinu , porque ellos aportan el aro o anillo de matrimonio.
Existen requisitos para ser padrino y madrina. A veces se les exige que los padrinos mayores hayan ejercido cargos de autoridad comunal. En general, los padrinos deben ser gente prestigiosa, es decir de buenos modales y de conducta irreprochable, pues se piensa que la pareja será el reflejo casi la reencarnación de los padrinos que tenga; se dice en aymara jaqichir awkin wilapamp ch'aqt'atwa y kasayrayir awkit mistutawa.
Son también necesarios para realizar el matrimonio los testigos. No sé si éstos corresponden a formas antiguas o son adaptaciones de imposiciones legales venidas con la invasion española. Los padrinos o los padres de los novios designan a los testigos (generalmente cuatro). Estos sirven también como “intermediarios” en la irpaqa. El testigo es siempre varón, sin embargo no puede ser de ninguna manera viudo. Los cuñados llamados también masanu, se convierten en hermanos de los novios. Ellos cooperaran en todas sus actividades, trabajos y funciones de autoridad.
Para el matrimonio es importante la música. Son los padres del novio los encargados de contratar un grupo de música, sea de manera directa o por intermedio de un padrino o ahijado. El primer día del matrimonio toca un conjunto de música con instrumentos de metal (trompetas, bajos, etc); el segundo día tocan grupos de música tradicional de pinquillada (el pinquillo es un instrumento de viento tipo de flauta de caña).
Es interesante hacer notar que si uno de los suegros es viudo o viuda, no participa en ningún aspecto de la fiesta sino que según una norma tradicional es representado por otra persna, se trata de remarcar la gran valoración de la dualidad en el mundo andino, los padres son dos, el padre propiamente dicho y la madre, y si esta pareja no está completa, es mejor representarla simbólicamete.
DIA DEL NOVIO
El primer día del matrimonio (nayruru) es llamado el tullqan urupa o día del novio. Es también el día de los suegros (yuqallwawanin urupa) y de los familiares(jak'a muniri, jaya muniri).
Este día empieza al primer canto del gallo, al rededor de las tres de la mañana (mayir ququrich art'a). Toda la gente padrinos, testigos, familiares, etc. están concentrados y dedicados a variadas actividades tanto en la casa de los padres del novio como de la novia. Por costumbre, el matrimonio ha sido festejado desde la víspera mediante libaciones, por tanto todos están ligeramente embriagados. Toda esta gente está dedicada principalmente a preparar manjares y bebidas (chicha) para los centenares de invitados y para la comunidad en general.
Hacia el tercer canto del gallo o cinco de la mañana (kimsir ququrich art'a) los novios ya están impecablemente vestidos, entonces se sirven unas copas de licor y comen una comida especial junto a los padrinos, para enseguida ofrecer libaciones rituales a las achachila y al kuntur mamani que representan la espiritualidad del mundo andino, son las deidades del hogar y de las cumbres. Recién después irán todos hacia el pueblo más cercano (marka), al ritmo de música alusiva, para cumplir las formalidades de dos de los poderes que oprimen a nuestro pueblo: la ceremonia en el registro civil y la ceremonia en la iglesia católica.
Pasada esta ceremonia toda la comitiva regresa a la comunidad, luego de un breve refrigerio. Todos los elementos que han de ser utilizados en la fiesta son dispuestos con bastante anticipación, para el primer día los padres del novio hacen preparar una variedad de manjares y bebidas, la abundancia de estos es muestra de buenos augurios para los contrayentes.
Los jóvenes también participan de la fiesta, cada uno prepara un arku (presentes). Hay dos tipos de arku. El primero, consiste en un mastil portatil largo, en cuya punta flamea la Wiphala blanca; el segundo, más pequeña, es una especie de canastilla floreada con billetes de corte pequeño. Practican el arku jóvenes de ambos sexos en el sentido de ayuda mutua o reciprocidad: ayni, mink'a, apxata, arkaya, etc.
Existen dos tipos de mesas. La mesa principal es en el suelo, es una especie de pequeña plataforma de tierra aplanada de forma rectangular; mide aproximadamente 50 cm. de alto, 2m. de ancho y 250 a 300 m. de largo. Es una mesa bordeada de sanjas por los cuatro lados y por encima cubierta de paja, que sirve de tapete, sobre esta cobertura se extiende tres a cuatro bayetas, sobre las cuales son vaciadas seis u ocho cargas de comida (manq'ana), preparadas a base de papas, chuño, tunta, tortillas de harina de quinua, motes de maíz, de habas, etc.
En cambio la otra mesa especial, conocida como qarasiñ mesa o awch'ichatsiñ mesa, es de tamaño mediano. Es una especie de banquete en la que hay intercambio exclusivo de alimentos en pequeños awayus o inkuñanaka por montones, entre los consuegros y familiares de los novios.
Una vez la comitiva en la comunidad, los novios descansan en una habitación por un instante. Las mesas estan listas. Llegan los padres de la novia juntamente con sus familiares y con toda la comunidad si son de otra comunidad.
Los familiares de la novia van con una carga de papa, oca, chuño, etc. Este cargamento de ayuda familiar recibe el nombre de lari; estos están situados en un lugar próximo a la mesa en forma de pared, encima de esta, el padre de la novia deposita 2 corderos degollados. En ese instante se presenta una comisión de parte del padre del novio con un par de tinas de chicha, aguardiente y otro par de “amarros” de coca, como signo de obediencia y homenaje de parte de los familiares del novio.
Los novios en compañía de los padrinos salen de la habitación y se dirigen hacia el centro de la mesa principal para sentarse, esto es un indicador para la comunidad a tomar asiento alrededor de esta (no hay sillas). Simultaneamente, los padres del novio dan la bienvenida: aksaru, aksaru ... a sus consuegros y familiares e invitan a servirse de los alimentos entre todos; al mismo tiempo, atendiendo el llamado de invitación y bienvenida de los padres y familiares del novio, los padres y familares de la novia dejando los cargamentos de ayuda familiar, se dirigen hacia la qarasiñ mesa. En esta mesa se sentarán frente a frente y de par en par en todo lo largo de la mesa, en un lado los familiares de la novia y en el otro los del novio.
Al anochecer, las muchachas jóvenes hacen bailar a los novios por ultima vez; el baile es en ronda con las manos entre lazadas donde participan sólo jóvenes. El compadre del novio que es encargado de la banda musical encabeza la inmensa cadena con pan mordido en la boca, donde las muchachas también bailan al compás de la música. Después de haber bailado los novios se retiran no sin antes recibir las últimas recomendaciones de sus padrinos y familiares cercanos.
DIA DE LA NOVIA
El segundo día es el día de la novia yuqch'an urupa, llamado también día del agasajo a los padres de la novia y sus familiares. A las 7 de la mañana los novios preparan el desayuno junt'uma y una sopa de chuño chairo, para servirse entre todos, más tarde se servirán con toda la comunidad alimentos preparados por los padres de la novia.
Después se procede a contabilizar los cargamentos de ayuda familiar, vaciandolos en un sitio los arkus y otras ayudas pequeñas, para que toda la comunidad haga libaciones sobre estos presentes. Los comunarios asisten con sus pinkillus. La música será la pinkillara y no la banda de trompetas; y este día habrá dos grupos de pinkillara, uno de parte del novio y otro de los padres de la novia.
Los novios y sus acompañantes llegan a la casa de la novia al son de la pinkillara donde son recibidos con los saludos jallalla jallalla; más tarde tienden una mesa (en el suelo) de bayetas blancas sobre las que ponen los alimentos de costumbre, alrededor de esta se acomodan todos a excepción de los consuegros que se sirven aparte. Este es un día en el que sólo se consume un poco de licor, chicha. etc. Las mujeres entre ellas tanto parientes del novio como de la novia confraternizan a lo máximo.
Tarde ya, el padre de la novia reflexiona y recomienda a su yerno, sobre el modo de comportamiento para con la sociedad y la familia de la misma manera la madre de la novia se dirige a ella (que alcanzo la categoria de mujer plena) para recomendarle sobre el presente, el futuro y los quehaceres domésticos sociales. También son recomendados los padrinos por ser responsables de los flamantes jaqis, y estos a sus compadres.
Después de largas recomendaciones, el suegro obsequia a su yerno un traje, un poncho, una alforja, un buey, la madre; obsequia a su hija un awayu, polleras y algunas cosas más que no son de herencia. Esto lo hará cuando tengan su primer hijo (tayna) o el primer nieto (alch'i). Casi al anochecer, los novios vestidos con los obsequios de sus padres bailan con toda la gente y retornan bailando al son de la pinkillara hacia su casa; cerrandose de esta manera el día de la novia.
VESTIMENTA DE LOS NOVIOS
En estas ocasiones el novio lleva un poncho de color anaranjado, rojo vivo; un traje de bayeta de color índigo, cuyo pantalón tiene apertura trasera y el saco o chaqueta lleva 6 velos. En otros matrimonios un tanto aculturados, lo realizan con traje oscuros de gabardina adquiridos en la ciudad; una camisa blanca de bayeta, un sombrero de oveja en el que cuelgan colas de flores o de papel de colores. En el cuello cuelga una chuspa (bolsa pequeña) multicolor; una especie de chalinazo sobre los hombros (pañuelo), en el hombro derecho cuelga una alforja que con dos bolsas unidas mediante trencillas; un lluch'u (gorro) y abarcas.
La novia está enmantada con un awayu multicolor, con pollera de bayeta rosada o anaranjada. Allmilla blanca de bayeta; su sombrero está prendido de flores, la cabeza está cubierta de una castilla roja en la que cuelgan muchas flores, casi tapando toda la cara. Con abarcas o a veces sin ellas.
Al cabo de un año de estos acontecimientos, los novios homenajearán a los padrinos y madrinas con roscas de pan (pillu) en martes de carnaval (jach'a anata); después vendrán otras fiestas como el recorte de pelo del primer hijo, la ayuda en el techado de la casa para la nueva gente etc., etc.
A MANERA DE CONCLUSION
El matrimonio aymara es variado y rico por sus particularidades; presenta ventajas y desventajas para los no aymaras naturalmente, quienes pueden sentirse incómodos por la poca información y vivencia, pues requiere una comprensión racional de esta situación. Las diversas obligaciones previas, las modalidades en la oficialización de la ceremonia matrimonial, la no práctica del pre matrimonio, etc., llevan a reacciones hasta negativas por parte de mucha gente occidentalizada.
El trabajo está basado en matrimonios de la década del 70, en los de la comunidad Anaqu, que es tomado como modelo al igual que el resto de las comunidades. No se niega que muchas comunidades cercanas a los centros urbanos han sido invadidas con pseudo costumbres citadinas que son reflejos de Europa medieval.
Se nota claramente la importancia del matrimonio en la sociedad aymara; en no poder ser jilaqata si no se es casado (a excepcion del huérfano que asume esta responsabilidad en ausencia de su padre). En el matrimonio aymara se nota la carencia del sometimiento de la mujer al marido o viciversa, hay un compromiso de ambas partes en igualdad de derechos y deberes, ni los padrinos, ni los suegros recomiendan patriarcalmente, sino como hermanos, padres, madres etc, etc.
Podemos subrayar que hay principios de reciprocidad, colectividad, igualdad, y lógicamente un equilibrio natural mancomunado. En el matrimonio aymara no hay propensos al divorcio, excepto en la sociedad comunal contemporánea en la que se sabe algunos casos aislados; los flamantes jaqi nacen a la vida comunal económicamente completos.
Es un tipo de boda, que tiende a la seguridad y tienen elementos que aseguren esa seguridad; estos han sido esculpidos bajo normas telúricas, lejos de estructuras jerárquizadas. Es un tipo de matrimonio que es creación comunal, de acuerdo a las leyes naturales y sociales en Los Andes Altos del Tawantinsuyu. Continuará existiendo mientras los aymaras existan.