El Canciller, los indios y “El Deber”Edgar Ramos Andrade / Comunicador e investigador social / Tribuna Boliviana, El Alto 2.- Lo exótico tiene un primer fundamento. En 2005, el entonces Presidente Carlos Mesa nos amenazaba por televisión, cada domingo, que iba a renunciar mientras la sociedad movilizada –en El Alto y en Sucre– impedía que el neoliberal senador Hormando Vaca Diez asuma como Presidente de Bolivia. ¿Qué decía por entonces El Deber?: O sea, según El Deber, los indios en general y los alteños en particular, éramos “minorías bullangueras, seres irracionales y demonios”; discurso muy parecido al de Alcides Arguedas, aquel del “Pueblo Enfermo”. Los tres extractos recopilados por el periodista alteño Johnny Fernández están en “Neoliberalismo Mediático” (El Alto 2011) nuestro libro censurado por los “grandes medios de comunicación” pero muy debatido en la sociedad… 3.- Segundo fundamento del exótico reportaje de 23-3-2014: El Deber y sus propietarios (familia Rivero-Jordán) tienen un banzerismo (dictatorial y añejo) incrustado en el corazón y la mente. Pedro Rivero Mercado, director vitalicio de El Deber, confesó en su propio diario que un político (banzerista) le pidió ayuda, desde El Deber, para mejorar la imagen del gobierno a cambio de designarlo embajador en Europa… A las pocas semanas, Rivero Mercado asumió como embajador de Bánzer –que no tenía pisada en Europa por su pasado genocida– en Francia y UNESCO, ratificado luego por los inefables Tuto Quiroga y Goni (Edición aniversario de El Deber 1953-2005 publicado el 24-2-2005 pag. 12). Y no es todo. El Deber es especialista en cosificación de mujeres y segregación racial. ¿Ejemplos? 4.- En el reportaje de 23-3-2014, El Deber reconoce que “una de las cualidades que más sorprende del Canciller es su capacidad para la interpretación simbólica de todos los sucesos de su vida. Absolutamente todos…”. Esta afirmación era imposible en semejante diario a principios de la década de 2000. 5.- El Deber agrega: “(Choquehuanca) Es, sin duda, uno de los intelectuales aymaras que impulsa la doctrina del Vivir Bien y la Cosmovisión Andina. Algo que antes era difícil de aceptar (en El Deber) y que hoy se replica en el organismo más importante del mundo, la ONU (…) planteamiento que se resume en vivir en armonía (no de dominio sobre) la naturaleza…”. El Deber se dio cuenta de esa influencia, ocho años después de iniciado el Proceso de Cambio, resistido inicial y radicalmente por El Deber y otros “medios serios”… Y no hablemos del Día Internacional de la Madre Tierra y la ONU. 6.- El periodista de El Deber se plantea: “Me intriga saber cómo (Choquehuanca) decide inclinarse por la necesidad de una sociedad justa. Indago. Le pregunto si el Choquehuanca de esa época soñaba con un gobierno indígena en Bolivia. Sí, responde a secas. Es por esa razón que luchó años para concretar algo que antes no era posible: que un indígena pueda caminar tranquilo por las calles sin sentir vergüenza…”. Ocho años tardó El Deber para reconocer que la descolonización es cruda pero esperanzadora realidad… 7.- Finalmente, El Deber señala: “Evo lo había designado (a Choquehuanca) en 1999 como su canciller. (En 2006) Al dignatario le preguntaban quién iba a ser su ministro de Relaciones Exteriores. No dudaba y señalaba a David…”. Los más sesudos investigadores del Diario Mayor tardaron casi dos lustros para detectar las convicciones y acciones del Presidente… 8.- Posibles explicaciones del exótico reportaje del 23-3-2014: 9.- Todo lo dicho hay que comparar con lo publicado en El Deber, acerca de los indios en el gobierno: 10.- Pero Choquehuanca es solo una expresión de la base social boliviana, de oriente y occidente, la reserva moral y sostén del país, antes y después de la República. Al contrario, esa micro-oligarquía o la oligarquía minera encabezada por Aramayo o Patiño nunca hicieron patria, reniegan de la gente y de la historia de Bolivia, solo saben saquear y disfrutar de su egoísmo. Entonces, ¡cuán racista es nuestra sociedad y sobretodo la elite…! Pero ese racismo solo es manifestación de ignorancia y mediocridad. Y Bolivia existe gracias al trabajo de los indígenas, y el Canciller solo es una muestra… Por tanto, aplaudo que El Deber, Diario Mayor, hable de gente de trabajo aunque dudo que ese diario sea sincero y solo muestre una versión interesada… Y más allá de exotismos y sus posibles explicaciones, El Deber ingresó en un Proceso de Cambio Discursivo, impensable hace un lustro, pues solo hay que recordar su incendiario apego y apoyo a los grupos de choque, físico-discursivos (Unión Juvenil Cruceñista, “Damas cívicas”, Arturo Mendivil-Radio Oriental y otras boñigas) que en 2008 incendiaban oficinas públicas y escupían a los indios en nuestra plaza 24 de septiembre… |