La cultura de la vida
Fernando Huanacuni Mamani / Comunidad Sariri
La cultura es un sistema integrado de conocimientos y creencias y está constituida por elementos como el idioma, ideas, costumbres, normas, instituciones, técnicas, rituales, ceremonias y símbolos. La cultura emerge de la relación e interrelación con el entorno y ‘la cultura de la vida’ de los pueblos ancestrales, emerge de una relación de afecto con el entorno.
El valor principal para las culturas ancestrales fue y es la vida, no el dinero, ni las propiedades, ni las posesiones, por lo tanto toda la estructura organizativa, comunitaria, jurídica, política y económica tiene el propósito de cuidar la vida.
Los abuelos y abuelas de los pueblos ancestrales hicieron florecer “la cultura de la vida” basados en la comprensión de la dinámica de la naturaleza, lo que genera una conciencia de que ‘todo vive’, que todo está conectado, interrelacionado, nada está fuera y todo es parte de todo.
El derecho fundamental para occidente es el derecho a la vida y a la libertad, pero cuando el ser humano occidental hace referencia al termino ‘vida’ se está refiriendo exclusivamente a la vida humana porque considera a muchos seres como inferiores y a muchos otros inorgánicos, por lo tanto no se siente en la obligación de respetar la vida ni de unos ni de otros.
Además de que el ser humano occidental en su cosmovisión individualista, desintegrada y excluyente concibe la vida como algo aislado de la naturaleza. Bajo esta lógica occidente promovió sólo el bienestar del ser humano, peor aún, promovió el bienestar sólo de algunos seres humanos. Focalizando sólo el desarrollo económico, desatendiendo realidades esenciales para la vida.
En cambio para los pueblos originarios la vida está ligada a la naturaleza, por lo tanto el derecho fundamental es el derecho a ‘Tierra y Territorio’ porque no se concibe la vida alejada de la relación con la Pachamama, y Pachamama son todos los seres (la montaña, el río, el árbol, el insecto, etc.).
De esta profunda comprensión espiritual, los pueblos originarios mantenemos la lucha por tierra y territorio como parte de la reconstitución de la cultura de la vida. Esta conciencia se convierte en sabiduría y esa sabiduría se ha ido transmitiendo generación tras generación.
La cultura de occidente que sustenta el individualismo y la modernidad emerge de una cosmovisión alejada de lo natural y de no haber comprendido la dinámica de la vida, es la cultura de la muerte que concibe la superioridad de unos sobre otros, ha generado una cultura de uso y abuso, de explotación, de racismo, de acumulación, de violencia y de relaciones desechables, que ha generado el sufrimiento de muchas generaciones y el deterioro de la Madre Tierra.
La cultura de la vida emerge de la cosmovisión ancestral que enseña que todo vive y que todo es importante en el tejido sagrado de la vida, por lo tanto se genera el respeto a todo. La cultura de la vida es una cultura de relaciones perdurables y que esencialmente cría y cuida la vida y buscará siempre retornar a la pacha, a la vida en equilibrio y armonía.