Fernando Huanacuni Mamani / comunidad Sariri Tiwanaku ha ido enseñando mara a mara, año a año, ciclo solar a ciclo solar, que todo está conectado; que todo lo que existe en la vida está conectado, es interdependiente, es decir que todos los seres dependemos unos de otros. Tiwanaku y la conciencia ancestral de los pueblos indígenas originarios nos enseñan que somos seres cósmicos, de conciencia cósmica, que nuestra mente y nuestro corazón están unidos a todo lo que nos rodea y nosotros formamos parte de una experiencia comunitaria. Occidente y la modernidad nos han sumido en una realidad aparente; nos han hecho creer que somos seres independientes y aislados, han pretendido moldear nuestras mentes a través de la educación, a través del statu quo, para convencernos de que la vida diaria que percibimos con los cinco sentidos, el mundo material, es lo único real, lo único existente y que todo lo existente está desconectado. Pero occidente tiene que darse cuenta hoy, que el legado, esa herencia de nuestros abuelos y abuelas pervive aún y está despertando en nosotros, estamos amaneciendo en una nueva historia, en una nueva pero antigua conciencia. Por eso esta historia escrita por los movimientos indígenas originarios paso a paso, inspirados en la sabiduría de nuestros ancestros, es irreversible e incontenible; porque no es un fluir o un caminar de solamente seres humanos, es un fluir y es un caminar del Cosmos y de la Madre Tierra. Occidente tiene que darse cuenta que las mentes y los corazones de los pueblos ancestrales han despertado y están con mucha esperanza y con la firme decisión de reconstituir nuestra tierra y territorios ancestrales, nuestra identidad, nuestra cosmovisión, nuestra lógica, nuestro propio paradigma. La vida es una convergencia complementaria de todo lo que existe. En esa nueva lógica de relacionamiento, Tiwanaku nos recuerda, así como en el pasado pudo articular, concentrar e integrar a muchos pueblos y naciones, en una forma de gobierno totalmente distinta; hoy Tiwanaku nos recuerda que es tiempo de articular las naciones nuevamente bajo una lógica complementaria. Este proceso de cambio, este pachakuti, son tan importantes que no sólo son para Bolivia sino para el mundo, el mundo está despertando en una nueva conciencia y en eso tenemos que despertar también, desde nuestra cosmovisión. La percepción espiritual es el origen para todo cambio, porque son los fundamentos sacros los que definen una realidad. Es por eso que los pueblos indígena originarios a través de las ceremonias, de los ritos ancestrales, hemos resistido primero en la colonia y luego en la república, y hoy en un nuevo Estado caminamos seguros porque sabemos que ésta es una fuerza incontenible diseñada por nuestros abuelos y abuelas. Estamos amaneciendo hoy; el Padre Sol está comenzando a retornar, ha amanecido y nosotros también estamos amaneciendo en nuestros corazones, estamos despertando predispuestos para seguir escribiendo páginas de nuestra historia que no solamente describirán un cúmulo de tiempo, serán las páginas de un nuevo tiempo en la historia sagrada de los pueblos indígena originarios. Jallalla¡ |