Fernando Huanacuni Mamani Así, el calendario originario andino amazónico que está distribuido en trece meses de 28 días marca un ciclo solar completo de 364 días; en aymara decimos un mara (ciclo solar), el día número 365 está dedicado a la ceremonia del Padre Sol en el solsticio de invierno, en aymara decimos Willka Uru (Willka, que significa Sol y Uru, día). Y cómo nace la división del mes en 28 días? En Aymara, Phaxsi significa mes my también luna, señalando una clara relación entre ambos; las cuatro fases lunares con una duración cada una de siete días aproximadamente y las cuatro semanas que tiene un mes, dando en ambos casos ciclos de 28 días. Los calendarios ancestrales acompañan manifestaciones de la naturaleza como los solsticios y equinoccios que no sólo permiten sembrar y cosechar en el momento preciso, sino que permiten unirnos y vivir en armonía con la naturaleza. Reflejan y acompañan los relojes cósmicos del multiverso. El templo de Kalasasaya en Tiwanaku permite observar los cambios de la trayectoria del Padre Sol con respecto a la Madre Tierra, marcando los cambios de estación y por consiguiente, la emanación de tipos de energía solar, que además coinciden con algunos lugares energéticos de gran trascendencia. Así, los rayos solares, el 21 de junio (solsticio de invierno), entran por el lado noreste del templo. Este lado además coincide con los picos del nevado Illampu. Los rayos solares el 21 de marzo y el 21 de septiembre (equinoccios de otoño y primavera respectivamente) entran por la parte central. Y finalmente, los rayos solares el 21 de diciembre (solsticio de verano) entran por el lado sudeste y se alinean con el nevado Illimani. En nuestra cosmovisión, los parámetros que el tiempo brinda nos permiten percibir la expresión gradual del Multiverso. Contemplan fenómenos cósmicos y telúricos que son cíclicos y etapas de 9, 18, 50, 500, 2000 y 4000 años básicamente, pues cada una de estas etapas expresa cambios en el proceso de la historia. Estudiosos plantean que cualquier pueblo o sociedad que quiera tener en sus manos su propia historia debe entender la dinámica del tiempo, pues la expresión de sus sociedades depende de su calendario. Por ésta y muchas otras razones es trascendental proyectar la recuperación de los calendarios ancestrales, como parte del proceso de reconstitución de nuestra identidad y por lo tanto de nuestra fuerza. |