Pablo Mamani Ramírez Claro esto es una definición clásica. Hoy su significado ha cambiado pero en verdad no sustancialmente porque se sigue refriéndose a algo de uno y de un grupo en tanto dado en un hecho común. Se refiere a un igual o parecido en términos de intersubjetividad y materialidad. Así algunos autores citados se definen entre las ideas del esencialismo y el constructivismo. En esto los esencialistas sostienen que la cultura y la identidad se heredan y los constructivistas al contrario sostienen que la identidad se construye. Esta dicotomía sin embargo no da cuenta de la realidad misma que es más compleja. Dado que la identidad no se construye sobre nada sino según nosotros sobre algo matricialmente dado y a la vez que ese dado está en permanente movimiento. De su parte tampoco hay identidades esenciales de algo o a alguien porque no se hereda sino ésta se construye social e históricamente. Para nosotros esto es una radical diferencia frente al debate clásico. Nuestro punto de vista no se enmarca ni en la narrativa de los grandes relatos ni es microfísica de la historia. Tampoco es el intermedio de los dos. Sino Otro sistema. El taypi. Pero no el taypi castellanizado, que es definido en el Uno, sino el taypi que esta dado y dándose en y de Muchos, en aymara diríamos taxpacha. Esto se lo expresa en cierto modo en el símbolo de la wiphala o la chakana. Wiphala y la chakana no representan al Uno sino a Muchos Re-articulados. Lo novedoso de esto es que estos muchos hacen un ídem pero a la vez hacen diferencia. Son simetrías y a la vez asimetrías, por eso son Muchos. Aquí por ahora no vamos a hablar de esto. Lo mestizo es castrante En ese sentido la idea de mestizo es castrante. No produce ni reproduce sino sólo auto-improduce. En realidad, la “identidad” del mestizo aunque sea la mezcla de varias culturas es un absurdo. Es ídem ¿de qué? O ¿a quien o a quienes son ídem?, ¿en lengua?, de ¿una costumbre o forma de ser? Si por ídem se entiende por lengua como el castellano o el sentirse ídem entre ellos, pues eso no es tan cierto. Porque los que hablan del mestizo y del mestizaje siempre buscan diferenciarse entre Sí y ante los aymaras o quechuas de manera radical. Buscan por principio la distinción que es parte esencial de la vida grupal o regional. Esta distinción se funda en una frontera social-económica y étnica construida por ellos en más 186 años de Bolivia. Identidad en construcción Romero Pittari sostiene así que el esencialismo es metafísico: “el mestizaje es una identidad en construcción, como todas las demás. Hay que acabar con el mito de las identidades establecidas de una vez y para siempre, resabio de un esencialismo metafísico que sella la vida desde el nacimiento hasta la muerte del individuo”. Es decir, la indianidad o lo aymara quechua sería metafísico, es decir, no real, sino un ente de ideas fuera de la realidad. En síntesis no existiría. Lo cual anota una idea colonial. Romero tiene una imagen del indio o del aymara como algo dado, heredado, o mejor esencialista. El autor debería entender que hay también el esencialismo estratégico como la que practican los indios amazónicos en Brasil. En realidad el autor no está entendiendo la propia crítica que él hace hacia el esencialismo. Dado que la idea de mestizo es una idea profundamente esencialista. Aunque no diremos que es metafísico. Aparentemente está dándose pero en realidad está dado y así es todo el tiempo-espacio, entonces es muy cercado a lo estática, a la esencia. El “ser” mestizo es el todo, el Uno. Y ese Uno, como hemos visto en el llamado Estado del 52, es homogeneidad. Por tanto es el anulamiento de lo aymara, quechua y la identidad de otros pueblos. Para constatar esto debo decir que los aymaras han cambiado de apellido para tratar de ser mestizos pero igual han sido discriminados por su condición étnica-económica y social. Entonces ¿para qué sirve ser mestizo?!! Por eso es una ideología porque éste encubre la mismísima dominación señorial de los doctores y sus acólitos. Todos somos mestizos El autor para argumentar su afirmación acude curiosamente a la historia cuando esa historia esta lleno de historias de sangre y dolor humanos de los indios. En esto se cae la máscarada del supuesto humanismo del escribidor noble. Bolivia es un país que respira por todos lados lo indio y escuchar esto es como leer a los afrikáners de Sudáfrica que hablaban de la noble patria cuando esto era entendido solamente como su patio y sus lugares gregarios. Aunque hoy todo esta permitido. Hasta Inglaterra llama a la Argentina colonialista cuando la misma Inglaterra tiene muchas acusaciones y demandas de tener poblaciones colonizadas bajo su poder. “Somos todos mestizos porque nacimos bajo la misma bandera y las mismas leyes, y nadie puede considerarse químicamente puro. Todos tenemos los mismos derechos y obligaciones; éxitos y fracasos nos afectan a todos por igual y son mérito o error de todos. De gentes de corbata de seda en cuello blanco almidonado o de poncho y ojotas”. Si, no hay puros químicamente, es muy obvio. Sobre lo obvio no es posible debatir mucho. Claro los aymara por ejemplo no son puros. Pero por ello tampoco somos mestizos. Lo aymara esta dado sobre algo común e ídem en términos de vida social y sistema civilizatorio. Los aymaras no son puros porque tienen uno y varios núcleos ídem claro con todas sus diferencias regionales. Esto es como el aymara urbano, aymara rural y aymara de ambos mundos. Las palabras de Gramont de Moragan casi son impronunciable dentro del contexto de la lucha social contra el colonialismo y el racismo. Pues afirma: En Bolivia no hay mestizos No habría que negar que hay mestizos, pero estos mestizo ¿son mestizos indios o mestizos criollos?. Ahora si apostásemos por el mestizo indio seguramente las estadísticas arrojarían una gran mayoría india o indígena originarios. Y eso lo aterra al señor. Y eso no es gracias a Dios sino por la historia de los hombres-mujeres. El sermón de Gramont simplemente deja notar un autoritarismo como generalmente se escucha en esos espacios, es decir, adentro de la iglesia católica y sus púlpitos. Así en esta Bolivia de Evo Morales todo esta permitido. Incluso está permitido que renazcan las voces más recalcitrantes del poder de la sotana. Y también un profundo eurocentrismo y colonialismo sin disimulo bajo un palabrerío aparentemente reflexivo. En ese contexto es absolutamente curioso leer de gente que tiene tanta lectura tratar de proponer un debate serio. Recurren a viejos slogans o dogmas que viene de un reciente pasado autoritario. O ¿la mezcla o cruce de culturas y gustos permite escribir de ese modo? Ser mestizo es ser NADA Sin duda un catalán desde el punto de vista de los mestizólogos será un mestizo pero ellos/ellas no lo tienen éste como un problema, sino su problema es ser catalán o galo. Saben ellos que ser mestizo es ser NADA. En ese sentido, lo mestizo se convertiría en una no-identidad, ¿idem de qué son? Hasta Xavier Albó caerá en esto porque él responderá en el casillero como el Otro, y ese ¿Otro quien es? Un nadie. Y ese nadie será contado tal vez como mestizo. Por lo tanto lo mestizo es no-identidad. Y la no-indentidad es la muerte cultural de un grupo o persona. La no-indentidad es la negación de la identidad. Para desgracia de Andrés Solíz en este país nadie se autodefine como indo mestizo. Mejor nomas pues entonces aymara, quechua, guaraní, etc. etc. Bueno… el racismo de corbata, de letra y se sotana no se ha acabado. Y el estado plurinacional y el gobierno si bien hacen algo pero es muy poco ante el tamaño de la andanada de voces que reclaman el retorno de lo obvio y del poder de los mestizos criollos. Estamos muy lejos de que desmontemos estructuralmente este flagelo humano que muchos pueblos la sufren y han sufrido. |