Rafael Artigas comunicador e investigador orureño Posteriormente, asistimos a la sepultura de los otrora partidos fuertes que, en el pasado, con o sin motivo, entraron en el escenario del debate político con madurez y con altura democrática para la disputa de diversos aspectos de la política nacional. Tampoco pudo la estrategia para tumbar al Gobierno, que estuvo respaldado por Estados Unidos y sus múltiples ONG instaladas por Usaid, entre las que se destacan el National Democratic Institute (NDI), Human Rights Fundation (HRF), Oficina para las Iniciativas de Transición (OTI) y otras. En este último tiempo, ni el ruido mediático de las demandas de la dirigencia de la denominada ‘Novena Marcha por el Tipnis’, cuyos dirigentes defienden a ultranza intereses particulares que decidirán sobre la carretera, y que ya saben que la abrumadora mayoría de la población del territorio indígena la apoyará, logró tener un respaldo masivo que ésta se lo suponía. Hoy, pese a todo ello, deambulan los residuos de esa casta política que el propio pueblo ya hace más de 10 años le ha negado la posibilidad de llegar a espacios políticos por su conducta desleal y antidemocrática como ser: Juan del Granado, Samuel Doria Medina y alguno que otro improvisado líder de la derecha. Y si el pueblo ya les negó y rechazó las varias veces que se postularon fue por su escasa o nula capacidad propositiva, tal como hasta ahora lo comprobamos, porque recurren a una estrategia de la infamia, de la insidia y de inventarse cualquier banal y burdo argumento para mellar la dignidad de las personas. Eso está pasando con el ya sepultado y desgastado líder cementero Samuel Doria Medina, que, no teniendo ideas, argumentos sólidos y creíbles en el debate democrático del análisis y sobre todo de propuestas para el país, busca el desgaste del presidente Morales bajo un telón de una serie de acusaciones que cayó en saco roto. A Samuel Doria Medina ninguna estrategia con afanes conspirativos le salió bien desde que crea su propio partido político y ejerce la tarea de opositor. Recordemos aquel pedido que hiciera de “colgar a Evo como a Villarroel”, ese argumento encontró como respuesta el repudio total de la población. Tras el mensaje de Evo Morales el 6 de agosto exigiendo una lucha tenaz para derrotar a la pobreza hasta el año 2025, curiosamente observamos cómo se evidencia el regreso de la derecha cavernaria, aquella que la vemos sin rumbo, vacía de contenidos para proponer alternativas de cambio al país. Y en el escenario político electoral que se abrirá de cara al año 2014, el pueblo boliviano acumula otro dato más en su memoria y, frente a ese trazado de mentiras, de argumentos insidiosos y de quienes mellan la dignidad del propio pueblo, éste, con su voto, aplastará a esa casta de la vergüenza y de la ignominia. |