Fue un fallo histórico, dijeron los familiares de las víctimas de la última dictadura militar argentina (1976-1983) y los hijos de los desaparecidos, quienes realizaron un festival en la puerta del Tribunal y siguieron el juicio oral durante dos años. La sentencia condenó a doce de los 18 acusados a prisión perpetua por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el mayor centro clandestino de detención de ese país, donde alojaron, torturaron y dieron muerte a miles de secuestrados. Entre los condenados se encuentran los nombres de mayor peso dentro de la estructura militar: los ex marinos Alfredo Astiz y su jefe Jorge “Tigre” Acosta, Antonio Pernías, Ricardo Cavallo, Jorge Radice y Oscar Montes. Además de Julio César Coronel, Adolfo Donda, Alberto González, Néstor Savio, Raúl Scheller y Ernesto Weber. Los doce fueron condenados a cadena perpetua por privación ilegal de la libertad, tormentos agravados y homicidios. Las víctimas de esos represores son el memorable periodista y escritor Rodolfo Walsh (quien fue desaparecido al día siguiente de publicar una carta a la Junta Militar Argentina en la que denunciaba los atroces crímenes políticos y económicos cometidos) y los doce integrantes del Grupo de la Iglesia de la Santa Cruz, en el que se encontraban las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo —Mary Bianco Esther de Careaga y Azucena Villaflor Devicenti— y las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon. En suma, se juzgaron delitos contra 85 víctimas. Además de las doce perpetuas, el Tribunal Oral Federal 5 (TOF 5) condenó a otros cuatro represores con penas de 18 a 25 años de prisión, y absolvió a otros dos que seguirán presos por otras causas en curso. La resolución del tribunal fue aclamada por familiares de las víctimas y sobrevivientes, quienes despidieron a los represores que salieron esposados al grito de “asesinos”, “genocidas” y el tradicional: “30 mil desaparecidos presentes”. El interés por el fallo quedó de manifiesto por la presencia de la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, del secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, y del embajador de Francia, Jean-Pierre Asvazadourian. Además, estaban sentados en la primera fila el periodista Horacio Verbitsky, titular del CELS y amigo de Rodolfo Walsh, así como la compañera de éste, Lilia Ferreyra. “El juicio para mí tiene un sentimiento más íntimo”, dijo la mujer del periodista desaparecido. “La sensación de que es una respuesta tardía al alegato que Rodolfo escribió en la Carta a la Junta Militar, por eso lo traje: es la respuesta que la justicia le da a este escrito que tengo en mis manos 34 años más tarde.” En esa histórica sentencia, 6 de las 12 condenas a cadena perpetua fueron por el homicidio de Walsh, y por primera vez se dio cuenta de un asesinato a partir de los testimonios de personas que vieron su cuerpo muerto en la ESMA, pese a la desaparición de sus restos. El ‘Ángel rubio’ pasará el resto de su vida en prisión Integró al Grupo de Tareas 3.3.2, responsable de secuestros, torturas y desapariciones en la ESMA. Tuvo entre sus víctimas a las religiosas francesas Alice Domon y Léonie Duquet, y la joven sueca Dagmar Hagelin. Astiz nunca había sido condenado en el país porque fue beneficiado durante el gobierno de Raúl Alfonsín por las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, que eximieron a los militares de menor rango. “No me arrepiento”, dijo sobre sus crímenes en 1998. En 2003, el Congreso anuló ambas leyes y las causas contra Astiz se reabrieron, por lo que le fue aplicada la prisión preventiva. Ahora pasará el resto de su vida en la cárcel. |