Hace 31 años, Bolivia era víctima del último como sangriento golpe de Estado en su atribulada historia. Ese día, un grupo de militares y paramilitares liderados por Luis García Meza y Luis Arce Gómez, asaltaba la mañana del 17 de julio de 1980 las instalaciones de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), donde también se hallaban las oficinas de la Central Obrera Boliviana (COB). Ese día, los paramilitares que tomaron el edificio de la FSTMB asesinaron a Marcelo Quiroga Santa Cruz y, junto al líder socialista, a Carlos Flores y Gualberto Vega. En los días posteriores, cientos de bolivianos serían detenidos, torturados, confinados y muchos asesinados. Durante la resistencia popular al totalitarismo, la Cadena Nacional de Radioemisoras Mineras jugó un papel fundamental, aunque no reconocido en su real dimensión una vez recuperada la democracia. Desde el Consejo Central Sud, Huanuni, Siglo XX, Catavi, Corocoro, Colquiri, Viloco y otros centros mineros, difundieron, no sólo a Bolivia sino al mundo, las atrocidades que cometía el garciamezismo. Una de esas emisoras, La Voz del Cobre de Corocoro, denunció el bombardeo que hizo un avión de guerra de la FAB sobre las instalaciones de Radio Vanguardia de Colquiri. Esa noticia —que desnudaba lo sangriento del golpe de Estado— fue posible gracias a sacerdotes comprometidos con el ala progresista de la Iglesia Católitica, quienes, entonces, se comunicaron con esa difusora. La Cadena de Radioemisoras Mineras coordinó el desacato popular a la dictadura. Radio Nacional de Huanuni recordó ayer que la noche anterior al golpe, “desde Tupiza se enviaron más de dos escuadrones al mando del My. Luís Cossio Viruez hacia Atocha” para controlar a los mineros de esa región. “El 19 de julio (…) empezó el combate en proximidades de Animas. Radioemisora Animas hacía insistentes llamados a la unidad, mientras su transmisión recogía como fondo sonoro los nutridos disparos de los militares que luego la acallaron. “Hubo detenciones, muchos murieron torturados, se contabilizaron cinco muertos entre ellos una niña acribillada, se reportaron heridos, secuestraron los cuerpos y hubo desaparecidos”. El 20 de julio de 1980, tras un violento ataque con tanques de guerra y metrallas se acalló a Radio Nacional de Huanuni. “En esta incursión, que perpetraron los militares sin el menor respeto ni consideración con mujeres y niños ni siquiera por la enseña nacional, perdieron la vida ocho pobladores y resultaron muchos heridos”, asegura Asofamd. Después de 17 días de huelga, Caracoles resistía el golpe. “El enfrentamiento comenzó el 3 de agosto a las 10 de la mañana” y cayeron dos muertos. Al día siguiente, los regimientos Max Toledo, Tarapacá y Camacho, apoyados por la aviación, atacaron Caracoles. Muchos perdieron la vida, aunque se dio los nombres de sólo 11 muertos, 17 heridos y 14 desaparecidos. Los golpistas saquearon viviendas, golpearon niños, violaron mujeres y niñas. Y es mismo día, intentaron tomar Viloco con armas de guerra, tanques y artillería. Muchos mineros cayeron víctimas de la bala asesina antes que lograran acallar Radio Viloco. En Siglo XX y Catavi la represión también fue criminal. La comandancia “ordenó el avance, a plena luz del día, sobre el campamento de Miraflores. Los soldados disparaban contra puertas y ventanas de las casas. Allí murieron ocho personas, ninguna de ellas en combate”. Este fue uno de los sangrientos rostros del narcogolpe. Y a 31 años de esa asonada, rendimos nuestro homenaje a quienes lideraron la lucha que permitió al pueblo recuperar la democracia, base en la que se sustenta hoy el Estado Plurinacional. Rinden homenaje a víctimas de la dictadura En un masivo acto realizado en el paseo capitalino de El Prado, centro de La Paz, se congregaron dirigentes de organizaciones sociales, activistas de Derechos Humanos y familiares de los caídos en la dictadura para descubrir una plaqueta en memoria de las víctimas. Asimismo, se presentó una exposición fotográfica denominada ‘La resistencia a la dictadura’, en conmemoración a 31 años del golpe de Estado que se cobró la vida de un cenetenar de bolivianos en los 13 meses que rigió. El integrante de la Coordinadora Luis Espinal, Sandro Fernández, calificó como un “justo” homenaje a los mártires de la democracia, tales como Marcelo Quiroga Santa Cruz, el dirigente minero Gualberto Vega, el secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana, Juan Lechín Oquendo, y el obrero Carlos Flores Bedregal, además del sacerdote jesuita y director del semanario Aquí, Luis Espinal Camps. “Este acto es para rendir homenaje a todos los y las compañeros que han ofrendado sus vidas por la democracia, además a los que están vivos”, dijo. Espinal camps y Quiroga Santa cruz fueron asesinados por sicarios al servicio de la dictadura de García Meza, preso en una cárcel para delincuentes comunes desde 1994. El ex militar expía una sentencia a 30 años de presidio sin derecho a indulto, la máxima pena que establece la legislación boliviana. Lo mismo su lugarteniente, mal reputado como el ‘ministro de la cocaína’, el ex coronel Luis Arce Gómez. |