cambio.bo - katari.org Por eso, la población boliviana pondera el pago de ese beneficio social que nació en 2006, cuando en la ciudad de Santa Cruz el Estado asumía por primera vez su responsabilidad de apuntalar la educación como cimiento del desarrollo regional y nacional. Es que a cinco años del inicio del pago de ese beneficio, los resultados son más que alentadores ya que, por ejemplo, los índices de deserción escolar se redujeron en más del 60%, ya que de un promedio de 6% de niñas y niños que dejaban la escuela hasta 2005, el pago del bono escolar bajó esa cifra en este 2010 a sólo el 2%, según informes oficiales. No obstante, el bono Juancito Pinto no sólo posibilitó la inserción escolar, sino que además contribuyó junto a la Renta Dignidad, para las personas de la tercera edad; y el bono Juana Azurduy de Padilla, para las mujeres gestantes y sus niños menores de dos años, entre otros a reducir los niveles de desnutrición, particularmente en los segmentos poblacionales más vulnerables. “Quiero decirles que en los próximos años vamos a mejorar el bono Juancito Pinto y esperamos erradicar el 100 por ciento de deserción escolar”, aseguró ayer el principal gestor del bono escolar, el presidente Morales, al inaugurar en Oruro el pago del beneficio correspondiente a este 2010. Además, tal como aseguró el Primer Mandatario, los recursos que permiten el pago del bono Juancito Pinto y otros de alcance social provienen principalmente de la nacionalización de los hidrocarburos, dictada el 1 de mayo de 2006, medida que permitió a Bolivia cimentar su independencia económica, base fundamental de su soberanía política. El Gobierno, a través del viceministro de Educación Regular, Iván Villa, informó que dispuso 363,6 millones de bolivianos (51,3 millones de dólares) para la cancelación del bono escolar y cuyas fuentes de financiamiento son Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y el Tesoro General del Estado (TGE). En los cinco años de vigencia, el bono Juancito Pinto ha ingresado al 42% de los hogares bolivianos, contribuyó a reducir la extrema pobreza del 37,7% al 20,3%. Los datos desagregados muestran que en el área rural estos índices cayeron del 42,3% al 30,3% y en las ciudades del 31,1% al 11,9%. Un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) muestra que la pobreza en Bolivia cayó del 42% al 31% en Bolivia. En este contexto, durante un mes, los niños y niñas entre 6 y 14 años de los colegios públicos y de convenio, entre el primero y octavo año, recibirán un beneficio que constituye un aliciente para ellos y un aporte económico para que madres y padres puedan invertir esa suma en la compra de útiles escolares para el inicio de la gestión lectiva 2011. Según datos oficiales, en 2006 el bono Juancito Pinto benefició a 1.085.360 estudiantes de primero a quinto grado de primaria, el siguiente año a 1.321.812; en 2008 a 1.681.135; en 2009 a 1.748.381, y se prevé que este 2010 el bono alcance a 1.818.316. Es que el objetivo de la política social que lleva adelante el gobierno del presidente Evo Morales es disminuir en forma ostensible la extrema pobreza que afecta a parte de la población y enfrentar las asimetrías que existen entre quienes tienen mucho y quienes apenas lo suficiente para subsistir. Producto de ese objetivo, las Fuerzas Armadas conformaron al menos 400 brigadas móviles que recorrerán por aire, tierra y vías fluviales las más recónditas regiones de la patria para entregar a cientos de miles de niñas y niños escolares el bono Juancito Pinto. Más de 2 mil efectivos del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea Boliviana encararán ese trabajo por espacio de al menos 30 días, aunque el trabajo se extenderá en algunas áreas hasta concluir con el pago del beneficio a todos los estudiantes. Y si la deserción escolar afecta la fuerza de trabajo y quienes abandonan los estudios son menos competentes, tienen baja productividad, no encuentran oportunidades laborales dignas, contribuyen a la disminución en el crecimiento económico y alimentan las grandes desigualdades sociales y económicas, entonces concluiremos en que fomentar la educación, en este caso con el pago del bono escolar Juancito Pinto, es el único camino de los pueblos para cualificar su capital humano y cimentar su desarrollo. Por eso es destacable el alcance de una política social que apunta a garantizar la permanencia de niñas y niños en la escuela, aunque para lograr este objetivo es imprescindible que la familia misma sea la promotora, a través del ambiente que genera en el seno del hogar, de una vida estable, en armonía y que promueva el estudio. En este caso, la familia estará cumpliendo un objetivo loable, pero si no asume esa tarea, obviamente que también será responsable de la deserción estudiantil. Es destacable el alcance de una política social que garantice la permanencia de niñas y niños en la escuela. Pero también es imprescindible que la familia misma genere, en el seno del hogar, una vida estable, en armonía y que promueva el estudio. |