Vinicius Mansur. alainet.org. “Durante 500 años, intentaron desaparecernos. No sólo físicamente, pues intentaron matar nuestra lengua, música, comida, cultura. Trabajamos en la clandestinidad, preservando nuestros saberes, porque sabíamos que un día volveríamos al camino del equilibrio, o Pachakuti (…) Nos dividieron con banderas, himnos. Pero nosotros sabemos que un día no existirán fronteras (…) Queremos volver a ser rebeldes otra vez, pero rebeldes con sabiduría. Estamos en ese camino, estamos en pleno proceso”. Con estas palabras, el ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, abrió la reunión preparatoria del Foro Permanente sobre Cuestiones Indígenas de la Organización de Naciones Unidas (ONU). El evento se realizó el 19 y 20 de marzo en Chuki Apu Marka, como era conocida La Paz, una de las capitales de Bolivia, país que, debido a la actuación del presidente Evo Morales, se ha convertido en la principal referencia internacional de la lucha indígena en defensa del medio ambiente. Durante la Conferencia de la ONU sobre el calentamiento global, realizada en Copenhague (Dinamarca). Morales que fue designado por las organizaciones indígenas para presentar al organismo “Los diez mandamientos para salvar la Madre Tierra” convocó la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático en la ciudad boliviana de Cochabamba, entre los días 20 y 22 de abril, propuso la realización de uno referéndum mundial para definir las políticas para enfrentar el calentamiento global y, haciendo alusión Fidel Castro, llamó a los países industrializados a pagar la deuda ecológica en vez de que cobren la deuda externa de los países en desarrollo. El capitalismo contra la Madre Tierra. La reunión preparatoria En la reunión en La Paz, se escuchó a las organizaciones indígenas de América Latina, que propusieron la inclusión de sus conocimientos ancestrales en las estrategias para enfrentar la crisis económica. De acuerdo con la presidenta del Foro, Victoria Tauli Corpuz, el desafío es “cómo vivir bien en territorios que son ricos no sólo en recursos, sino en cultura, pero están en la miseria”. Según Victoria, “antes, nuestros gobiernos consideraban las costumbres indígenas obstáculos para el desarrollo (…) La quinua, por ejemplo, antes era comida de pobre; ahora, quieren apropiarse de ella y enriquecerse. Descubrieron su valor nutricional (…) Es nuestro deber proteger nuestra sabiduría y no permitir que el mundo rico haga de eso una mercancía”. En opinión de Victoria, hay que aumentar la presión en los foros de la ONU y el reclamo a los gobiernos, además de influenciar también sobre las corporaciones. Proyectos prejudiciales En América del Sur, eso está acompañado de la IIRSA (Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Suramericana), a través de la cual los gobiernos y empresas están comprometidos con esos proyectos que van a dividir a las comunidades con carreteras y que tendrán un gran impacto ambiental. En Ecuador, el presidente forma parte del proceso de cambios del continente, pero hay mucha pelea con los indígenas. En Perú, hay una persecución contra compañeros exiliados. En Colombia, la militarización es tremenda”, explica. El documento acordado por las organizaciones indígenas al final del encuentro afirma que los pueblos “son las principales víctimas de las políticas de desarrollo coloniales y capitalistas”, y que “las prácticas de los invasores de ayer son las mismas de las empresas transnacionales de hoy”. El texto advierte, además, que las instituciones multilaterales ensayaron diversos conceptos de desarrollo: Desarrollo sostenible, etno-desarrollo, autodesarrollo, desarrollo humano, desarrollo con identidad, etc., pero la pobreza en los territorios indígenas se profundiza. Según las organizaciones indígenas, “el capitalismo engendró, a través de sus políticas, las crisis energética, alimenticia, climática, hídrica y financiera, con la finalidad de reacomodarse para continuar saqueando los recursos de la Pachamama (Madre Tierra)”. Por ello, “las soluciones defendidas por el propio sistema tienden a extender y perpetuar los efectos negativos sobre nuestros pueblos y territorios”. ONU: avances y limitaciones Durante la rueda de prensa concedida por los miembros del Foro Permanente sobre Cuestiones Indígenas de la ONU en su reunión en Bolivia, Brasil de Fato preguntó a la presidenta del organismo, Victoria Tauli-Corpuz, sobre los avances concretos obtenidos por este organismo en sus ocho años de actuación. Victoria respondió que se emitieron notas enérgicas contra la masacre en Bagua, Perú, y contra los agrocombustibles, y sobre la situación de los indios en Chile. Victoria destacó además la creación de la Universidad Indígena Intercultural, en convenio con 30 universidades latinoamericanas, y la misión realizada en la región del Chaco boliviano, donde algunos indígenas Guaraní fueron liberados del trabajo esclavo y la titulación de tierras en favor de ellos fue acelerada. “Hablamos con autoridades, despertamos la consciencia boliviana sobre esos trabajos forzados, desarrollamos programas con la comunidad Guaraní, tuvimos reuniones con ganaderos, latifundistas, que ahora saben de ese problema y están dispuestos a hacer cursos de capacitación”, relató. Articulación Tarsila Rivera, quechua de Perú y coordinadora del Enlace Continental de las Mujeres Indígenas de América del Sur, considera un avance a los espacios conseguidos en la ONU, toda vez que ellos “no fueron un regalo, sino fruto de una pelea que comenzó en la década de 1970, con nuestros abuelos”, y sirven como un mecanismo de presión. “No podemos decir que son malos, que no sirven. Hay una composición paritaria, en el Foro decimos lo que está pasando, y el Foro pide información a los gobiernos para que digan lo que están haciendo”, argumenta. Además, Rivera resalta como punto positivo las posibilidades de articulación surgidas con la creación del Foro. “A partir de él, creamos muchas organizaciones de mujeres indígenas nacionales e internacionales, como la Federación Internacional de Mujeres Indígenas. También nos integramos a la 3ª Conferencia Mundial contra el Racismo y la Discriminación, tema visto como un problema de los afrodescendientes. Ahí entendimos que había un racismo estructural, que no se refleja sólo en la discriminación racial, sino en la inexistencia de políticas públicas que nos incluyan”, ejemplifica. Límites Según el coordinador general de la CAOI, Miguel Palacín, hay que profundizar la diplomacia indígena, pero también reivindica mayor legitimidad para sus organizaciones. “LA ONU es una instancia de los estados. Nosotros llevamos la agenda, pero quien toma las decisiones son ellos. Queremos que nuestros acuerdos sean adoptados sin ningún condicionamiento. Esa instancia debe avanzar y proteger a los pueblos indígenas, no las multinacionales. ¿Es muy complicado esto, no? Es sujeto de derechos una multinacional que depreda la naturaleza, pero cuando pedimos que la Madre Tierra sea sujeto de derechos, no aceptan”. |