Raúl Wiener: diariolaprimeraperu.com Casi 700 kilos de cocaína ocultos en contenedores que llevaban calamares gigantes con destino a México encontró la Dinandro el 12 de noviembre de 2004, en Paita, y, según el ministro del Interior, Javier Reátegui, la droga era de propiedad del cartel de Tijuana y el remitente desde el Perú era un capitán del Ejército de nombre Jonathan Huacac. De acuerdo al informe de Dinandro, el capitán detenido se reunía con algunos reconocidos capos de la droga mexicana como Rubén Lugo Romero y Guillermo Rodríguez Machado, y con otros oficiales utilizando las instalaciones del Casino Militar de Piura Reportes de la época indican que ruidosas fiestas con mariachis y rancheras se realizaban hasta altas horas de la noche en el Casino apenas a cien metros de la casa del comandante general de la primera región militar, general José Williams Zapata. En febrero del 2005, otro grupo ligado al cartel de Tijuana fue capturado con 900 kilos de droga lista para salir por el puerto de Paita. La organización tenía 26 integrantes (14 Colombianos, 7 mexicanos y 5 peruanos). En ese momento la Dinandro y la DEA tenían ya una conclusión sobre la importancia de Piura y Paita en la cadena del transporte de la droga, que llegaba hasta ese lugar recorriendo una larguísima ruta desde el Huallaga y el VRAE y sobre el papel de oficiales del Ejército y miembros de la capitanía de puertos en estos movimientos mafiosos. Notoriamente los investigadores antinarcóticos no comunicaron a los jefes militares sus descubrimientos y sospechas. El general Williams, comandante general hasta el 2005, y el general Paul Da Silva, quien lo reemplazó entre el 2006 y 2007, fueron excluidos de la información probablemente porque ya había sospecha sobre ellos, lo que se confirma con el informe que el embajador McKinley envía a su gobierno y que aparece reproducido en los WikiLeaks. Informaciones recogidas por este diario señalan que en el año 2006, la DEA identificó como uno de los pasadores de droga al empresario Rolando Eugenio Velasco Heysen, residente de la Cámara de la Pesca de Piura, y buscó contactos para proponerle que se convirtiera en colaborador de la policía e infiltrado en la mafia hasta llegar a las cabezas del cartel mexicano que actuaban en el país. El intento no prosperó, pero el empresario narcotraficante quedó bajo el lente de los organismos antiDrogas. A comienzos del 2007 los informes de la DEA dan cuenta de la existencia de contactos entre Velasco Heysen y el comandante de la región Piura, Paul Da Silva y con el general Donayre, comandante general del Ejército. La información precisa que habrían sido varias reuniones (y no una como explica Da Silva) y descarta que se haya tratado de un mero asunto de venta de pota, ya que los encuentros no correspondían a época de suscripción de contratos. Algo más, especialistas en temas militares anotaron que es muy difícil suponer que a esas alturas Da Silva no supiera que Velasco Heysen era por lo menos sospechoso de negocios ilícitos. Si no lo sabía era un militar ineficiente. Finalmente queda una enorme duda sobre el papel de Edwin Donayre, quien según Da Silva le ordenó reunirse con el empresario Velasco Heysen. Para algunos lo que está sugerido es que el ex comandante general quería comprometer a su subordinado con un tipo metido en asuntos oscuros. En octubre del 2007, Velasco Heysen fue detenido con 840 kilos de cocaína y hasta ahora permanece en la cárcel. |