Juan Azurduy (Periodista) No nos sorprende que la mayoría de esos prófugos esté ahora en Estados Unidos, porque todos esos neoliberales y derechistas fueron ‘dignos’ representantes y defensores de los intereses imperiales. Mientras los mortales comunes sufren para conseguir una visa al país de Obama, los ‘mimados’ de los EEUU consiguen en menos de 24 horas todos los papeles para ir a residir en Miami, la meca de otros prófugos de Cuba y Venezuela, especialmente. Son muchos ya los que se rieron de la justicia boliviana y escaparon cobardemente amparados en un libreto que repiten como loros los derechistas de América Latina descubiertos en sus matufias. Los prófugos dicen que en Bolivia se vive una dictadura, que la justicia está controlada y que son perseguidos políticos. Quieren mostrarse como víctimas por sus ideas opositoras, cuando en realidad en el ejercicio de cargos públicos hicieron barbaridades con el dinero de la gente. Dictadura es lo que ellos aplicaron con Banzer y García Meza, dictadura fue el abuso que hicieron de las alianzas políticas entre neoliberales para regalar el gas, los minerales, los bosques, las tierras, el agua y otros recursos a las transnacionales. Autoritarismo fue aprobar leyes importadas en inglés y sin ningún debate en el Parlamento ni consulta a la gente. Prepotencia fue lo que aplicaron cuando mataron cocaleros, campesinos, obreros, alteños y otros. Ellos —que se llenan la boca gritando y exigiendo justicia independiente— se repartieron el Poder Judicial como una simple torta de cumpleaños. Tenemos memoria. Militantes de ADN, el MIR y el MNR eran diligencieros, jueces, vocales, magistrados, tribunos y fiscales. Los gigantes casos de corrupción de los neoliberales quedaron enterrados por esos administradores de justicia como pago de la factura de su nombramiento. Hasta la Corte Electoral tenía su ‘banda de los cuatro’ como vulgares asaltantes del voto popular. ¿Perseguidos? Tremenda mentira. Son perseguidos por las leyes. Pensaron que eternamente iban a ser impunes, que nadie les iba a tocar, pretendían convertirse en los faraones de sus regiones. Pero el pueblo votó por un gobierno que ofreció combatir a los corruptos y a los abusivos. La gente dijo sí a la nueva Constitución que establece que la retroactividad se aplica en casos de corrupción. Fue el pueblo que permitió aprobar la Ley Anticorrupción. El gobierno de Evo sólo está cumpliendo el programa que prometió y que recibió una votación del 65% del ‘soberano’. Ese libretito de perseguidos también es repetido en Venezuela, Argentina, Paraguay, Ecuador, especialmente. Los que estuvieron eternamente en el poder no quieren explicar de dónde tienen tanto dinero y se muestran como víctimas. Como era de esperar, los grandes corruptos tienen el blindaje mediático, es decir son protegidos por la mayoría de los medios de comunicación. Los gigantes ladrones se dan el lujo de contar con defensores de la pluma. Por eso aparecen analistas, columnistas, articulistas y comentaristas que sin vergüenza defienden a esos ricachones descarados. La derecha boliviana está por los suelos porque fue corrupta, ineficiente, insensible, violenta y porque siempre se bajaba los pantalones ante EEUU. Los candidatos neoliberales no pudieron ganar elecciones. El pueblo los castigó, la gente ya los condenó. La justicia sólo está cumpliendo un papel formal. Lo que indigna es la facilidad con la que huyen los grandes corruptos bolivianos. El Gobierno tiene que investigar a los cómplices. ¿No hay servicio de Inteligencia? ¿No hay policías en los caminos? ¿No hay controles en los aeropuertos? Como ya es habitual, los maestros de la corrupción ponen testaferros para administrar sus bienes y esto también nos llama la atención. ¿No existen mecanismos de alerta de esos movimientos en el registro de Derechos Reales? Con facilidad hacen transferencias bancarias. Es decir, todo el dinero que acumularon con sus negociados lo sacan afuera para gastarlo en su autoexilio dorado en playas de Miami. ¿No hay sistemas de control en los servicios financieros? Así es una maravilla. Robas la plata del Estado. Tus casas, vehículos y empresas los registras con otros nombres, tus millones los transfieres a bancos del exterior y cuando los fiscales o jueces te buscan… te haces al perseguido político, calificas de dictador al Gobierno y, luego, te fugas a EEUU. Los opositores que aún están en Bolivia dicen que el Gobierno —a través de los fiscales y otros órganos de fiscalización— sólo persigue a los que no son de su ideología. ¡Mentira! Muchos funcionarios, incluyendo ministros de Estado de este Gobierno, están enjuiciados y otros encarcelados. Pero eso no es destacado por casi todos los medios de comunicación autocalificados de ‘independientes’. Cuando uno de los suyos, es decir un derechista y neoliberal, es enjuiciado, detenido y condenado, los diarios, radios y canales de Tv opositores se convierten en abogados de oficio de los corruptos. Durante este año, los ‘líderes’ opositores desaparecieron y sólo emergieron algunos diputados o diputadas que hacen declaraciones irresponsables basadas en rumores e imaginaciones. No tienen propuestas. Carecen de creatividad. La oposición real en Bolivia la hace la mayoría de los medios de comunicación. Los opositores hablan a través de ciertos comentaristas, informativos y programas. Casi el 95% de los canales, radios y diarios sigue siendo privado y casi todos los dueños son políticos que estuvieron en los gobiernos que regalaron nuestros recursos naturales. Como ya no están Goni, el Zorro, Manfred, Marinkovic y otros; como Tuto, Mesa, Cárdenas, Samuel, Paz Zamora y otros, no tienen ningún peso moral; la derecha mediática ha buscado todo el año a su líder. Al no encontrar a ‘su’ representante ejerció el papel opositor. Pero al terminar el año, parece haber descubierto que su nuevo mimado será el ex alcalde de La Paz Juan Del Granado. El político autonombrado ‘sin miedo’ ya es el nuevo vocero de la derecha boliviana y tendrá una gran cobertura mediática el año 2011. Juan será rehén de los medios neoliberales y los derechistas lo convertirán en su héroe. |