cambio.bo Es en este contexto que, en sucesivas elecciones, millones de bolivianos sentaron las bases para la edificación —entre todos— de una patria en la que sus hijos crezcan como iguales, tengan las mismas oportunidades, en la que la discriminación sea sustituida por la solidaridad, en la que un indio valga tanto como un mestizo, o un blanco tanto como un negro. Ésta es la patria que con la fuerza de la democracia participativa hoy construimos los bolivianos; es la patria de collas, cambas, chaqueños y chapacos; es la patria de rostros tan diversos como nuestra geografía; es la patria que es nuestra, es la patria plurinacional. Bolivia hoy está de fiesta porque la celebración de los 185 años de vida independiente la encuentra embarcada en un proceso político de transformaciones estructurales, con una nueva Constitución Política del Estado que comienza a ser trasuntada en leyes nacionales, con un proceso autonómico en plena implementación —en el marco de la unidad e integridad nacional— y que descentraliza la administración del Estado con la participación de un pueblo secularmente marginado por el Estado colonial. Por eso, este 6 de agosto es diferente, porque el pueblo festeja el Día de la Patria con bases reales que apuntalan un proceso de cambio marcado por la inclusión de sus hijos sempiternamente marginados. Bolivia hoy construye una democracia fortalecida desde el campo y los barrios de las ciudades, desde lo más profundo de su tórrida amazonia y de sus extensos llanos, desde su chaco y su altiplano. Éste es el pueblo que se sacude del colonialismo interno que nos dejaron los herederos del poder colonial español, de quienes traicionaron el legado de libertad de nuestros próceres de la guerra de la independencia como Bolívar, Sucre, Murillo, Padilla, Azurduy, Lanza, Cañoto, Méndez, Muñecas, Camargo, Warnes, Katari, Sisa y muchos otros que lucharon por la libertad de la patria. Las páginas de nuestra historia están llenas de acciones de rebeldía en contra del poder que nos fuera impuesto con la fuerza que nace de lo más profundo de nuestra amazonia, de las cálidas tierras de nuestro chaco y que se proyecta desde lo más alto de nuestras cordilleras. Ésta es Bolivia, que hoy camina por los derroteros de su soberanía para construir sin interferencia externa la patria que heredaremos a nuestros hijos; que lucha por su dignidad para encarar su presente y proyectar su futuro. Ésta es la Bolivia que cambia por la fuerza de una democracia profunda, participativa y popular. Ésta es la patria que sustentan rostros indios, mestizos y blancos que juntos sepultan un pasado colonial que algunos nostálgicos —que nunca desarrollaron procesos de inclusión, menos de justicia social desde el poder— reivindican con sus taras y sus privilegios, a la par que rechazan la patria plurinacional, ésa por la que lucharon y ofrendaron su vida Túpac Katari y Bartolina Sisa hace 229 años, en 1781. Fausto Reinaga, en su libro La Revolución India, acertadamente señalaba, allá por la década de los años 70 del siglo pasado: “No existe una estatua de los grandes héroes indios como Tomás Katari, Tupaj Katari, Bartolina Sisa, Manuel Cáceres, Juan Huallparrimachi, Zárate Willka (…) y algo peor, no hay una estatua de los verdaderos forjadores de la nacionalidad boliviana; vale decir, de los grandes mestizos: los Guerrilleros de la Independencia como Juana Azurduy de Padilla, Manuel Ascencio Padilla, Lanza, Muñecas, Warnes, Méndez, etcétera”. En tanto que Abraham Delgado Mancilla asegura que “las insurrecciones indígenas tienen sus propias facetas históricas; sin embargo, cabe señalar para la ocasión que son luces que han iluminado a la sociedad indígena de los tiempos presentes”. Y en estos tiempos presentes los bolivianos somos testigos y protagonistas de la construcción del nuevo Estado Plurinacional, que es el mejor homenaje a la patria y a la memoria de nuestros próceres. Es que la lucha de hoy es por una Bolivia con soberanía plena, dignidad e igualdad por la que lucharon nuestros próceres. Es la lucha por la construcción de la patria que heredaremos a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos. La lucha de hoy es por una Bolivia con soberanía plena, dignidad e igualdad, por la que lucharon nuestros próceres. Es la lucha por la construcción de la nueva patria que heredaremos a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos. |