Cirley Mollo López, Iván Apaza Calle: periodicopukara.com
LA MODERNIDAD COMO IDEOLOGÍA El colonialismo que hace estragos en el Tawantinsuyu, y que precisamente es el dominio del colono al ocupado, se ha caracterizado por tener diferentes instrumentos de sometimiento. En las décadas pasadas del siglo XX, el colonialista impuso su sistema colonial violentamente, es decir por medio de la violencia, al África negra, Asia y al Abya Yala; de ahí que muchos escritores afirmaban que: “El colonizado se libera en y por la violencia.” Son expresiones rebeldes que, nacieron en plena situación colonial. Sin embargo el colonialismo está en constante innovación, va cambiando a cada tiempo, no es pues una estructura estática, y precisamente una de estas herramientas colonizadoras es el plan de la modernidad; esta forma de dominación colonial “no sólo descansa en la supremacía de la fuerza. Pasado el tiempo de la conquista, viene ahora el control de las mentes, del pensamiento.” La estrategia del colonialismo actualmente es entrar por medio del oído, la vista a la mente del indio, esta forma de dominación es algo que el indio no puede darse cuenta con facilidad; ya que es una violación sin dolor de la minoría colonialista que, inserta las cadenas de la opresión a la mayoría india, pero esta vez ya no en las manos ni en los pies, sino en el cerebro del indio. El nacimiento de la modernidad -como señala Dussel- es 1492, año donde surge el ego europeo, de ahí que nace el euro centrismo; sin embargo la modernidad era y es una justificación de la colonización por parte de España y por ella Europa, a los pueblos del Tawantinsuyu; donde Europa siempre se ha considerado la civilización, mientras que al Tawantinsuyu no, Europa es moderna pero el Abya Yala para Occidente es inmadura como solía decirlo F. Hegel o bárbara en palabras de Federico Engels, todo europeo es bueno y lo demás malo para Europa. Ciertamente la modernidad es un proyecto político-ideológico de Occidente para conseguir sus objetivos, y precisamente ese fin es europeizar a las diferentes sociedades del Tawantinsuyu, petrificar las costumbres para luego echarlas al olvido. El proyecto de la modernidad es letargo cultural; ya que está plenamente acompañada con el colonialismo, en otras palabras es el instrumento justificador del sistema colonial que permanece. Pero la modernidad también tiene otro elemento como lo posee el colonialismo: la tecnología. Occidente ha llegado al extremo de corromper a la ciencia, “hasta que los científicos -como expresa Mario Bunge- se interesaron por los problemas de la conducta moral desde que advirtieron con que facilidad pueden prostituirse a la ciencia y a sus cultores… (Algunos) científicos trabajan a veces en proyectos cuya finalidad última es la destrucción de pueblos enteros.” Entonces, como la ciencia es manipulada para algún fin político e ideológico, los resultados en su aplicación también serán de la misma manera conducidos hacia ese propósito de seguir dominando, pues ese es el objetivo de todo colonialismo con sus diferentes brazos y uno de ellos es la modernidad. Pero lo que se debe de realizar en el asunto de la ciencia, es “someter la ideología al control de la ciencia.” La Indianidad hasta el día de hoy ha sobrevivido a la dominación colonial; después de más de 500 años de resistencia “lo indio” quiere ser borrado en la actualidad por parte del colonialismo, esto con una recolonización. Camuflado está la modernidad, destruyendo con tapujos de aquí para allá, no solamente al indio Tawantinsuyano, sino también, al Tawantinsuyu; la modernidad junto a la tecnología deformante, esta causando la destrucción de los seres vivientes. Un llamativo ejemplo es que, nacieron ovejas con dos cabezas en el altiplano; pero no sólo eso, los ganados que existen en estos lugares están empezando ha sucumbir; porque la gente está insertando abonos químicos a la hora de sembrar, y esto para que produzca mas, pero cuando llueve, estos nitratos que esterilizan a nuestra Pachamama, tienden ha ir directamente al pastizal, pues de este modo, el ganado come el herbaje y muere. Pero lo más alarmante es el calentamiento global, los cambios climatológicos, etc. Es preciso reflexionar sobre esta cuestión tan delicada; ya que sino lo hacemos ahora nos espera -especialmente a las generaciones venideras- un mañana catastrófico. Europa ha convertido a través de la colonización a la persona en un egoísta, en una sociedad de “sálvese quien pueda”; sin embargo no únicamente el ser humano corre este peligro, sino que, de la misma manera esta arrastrando a toda la Madre Tierra a esta hecatombe, fue por estas razones que el indio Piel Roja, Seatle nos anunciaba advirtiéndonos que “todo lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra.” El incremento de las temperaturas no solo nos quitaría el derecho al agua, sino que favorecería a la incrementación y propagación de enfermedades, y a la misma vez estaría siendo privatizada por las multinacionales, pues de este modo, el privilegio ha este elemento de vida seria para una simple minoría y ese puñado será los colonos. En las ciudades industrializadas, cada amanecer ya no parece ser alboradas de esperanzas; el inmenso cielo azul, no es el mismo de hace algunas décadas. Sino que es un cielo oscuro, al igual que cuando el sol ya esta en su ocaso; pues no es un atardecer, mas al contrario es un crepúsculo moribundo que, poco a poco desaparece en el anochecer. A esta situación ha conducido la modernidad con la tecnología sin ética a la Pachamama que esta casi destruida. Pero cabe preguntarse lo siguiente: ¿Estaremos ha tiempo de parar el nefasto fin que nos espera?, algunos de nuestros sabios amawt’as y científicos creen que los cambios presentados en la actualidad, se están acelerando mucho más y por ende las probabilidades que nos señalan es el inminente desastre de la Pachamama o Madre Tierra, de la que somos parte. Ya el sociólogo-futurólogo de Occidente Alvin Toffler refiriéndose a su realidad, aseveraba que “hay que domesticar la tecnología”, para de este modo controlar el desastre en la tierra que cada día sorprende más. Hoy las sociedades occidentales viven en un ambiente extraño, Toffler indaga que los países industrializados no están preparados a lo que se acerca. A esto Toffler lo denominó la “Tercera Ola”; pero en el Tawantinsuyu el acápite de Toffler carece de validez; porque el Abya Yala no sólo necesita lo que planteaba el autor de “El Shock del Futuro” sino que también es necesario liberarnos del proyecto colonialista camuflado de modernidad y a la vez liberar a la misma Europa de todo ese pensamiento que no deja de aprovecharse de los pueblos. En todo caso, las naciones del Tawantinsuyu, inevitablemente tenemos la doble labor de encaminarnos y también construir algo mucho más difícil: un mundo mejor. |