Pablo Cingolani: katari.org Pero como si carecieran no sólo de memoria sino hasta de neuronas, para esta nueva y tediosa campaña electoral, vuelven con lo mismo: que Evo debata. Esta claro que si Evo no debatió con los pollos neoliberales el 2005, menos lo tendría que hacer con los dinosaurios que ahora se presentan: tanto el ex capitán como el reo de San Pedro y el resto de los grises candidatos. Los voceros del MAS, ante el estéril reclamo de debate de los derechistas, han explicado que Evo no debatirá con ellos, sino con el pueblo. Eso es correcto: Evo está encabezando un proceso de acumulación de las fuerzas nacionales y populares, indígenas y campesinas, de Bolivia; un proceso cuyo verdadero artífice es el pueblo mismo y es correcto pero a la vez es justo y es necesario que quien tiene depositada la voluntad y la esperanza de ese pueblo en la conducción estratégica de este proceso, debate con él, con el pueblo. Por decimos: Evo debe debatir. Y debatir. Y debatir con el pueblo todo lo que sea necesario. Todos los temas. Todo el tiempo. No sólo en campaña electoral, como dice Silva. Eso no sólo sería de gran ayuda para el propio Evo, esa retroalimentación permanente con las masas, sino y especialmente para la buena marcha del proceso que todos saludamos en denominar Revolución Democrática y Cultural. Está claro que este no debería ser un slogan, un nombre bonito, si no la marca ideológica de la etapa que vivimos de acumulación de fuerzas y es evidente que si hablamos de democracia y cultura revolucionarias, el debate fraterno, el debate profundo, el debate de frente, es la herramienta inmejorable para promover la toma de conciencia, organizar y crear poder popular. Por ello, por medio de estas reflexiones, quisiéramos recordarle al Compañero Presidente que hace meses que el Compañero Manuel Lima, presidente del Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (FOBOMADE) le propuso un debate fraterno, profundo y de frente sobre la exploración petrolera en la Amazonía, la campaña Amazonía Sin Petróleo y un modelo de desarrollo más armónico y justo para la región donde el nació y a la cual representó como ex Secretario Ejecutivo de la FSUTCP. Evo, en varios actos y hace unos días frente a la prensa internacional, a modo de respuesta a esa solicitud de debate, se ha preguntado siempre: ¿de qué vivirá Bolivia si no quieren que explotemos los hidrocarburos? Precisamente, creemos que contestar esa pregunta sería una buena base para un debate tan necesario y urgente entre Evo y el pueblo, en este caso el amazónico. La respuesta está en la base de la discusión del tema fundamental: qué modelo de desarrollo se busca. Por eso, sería deseable que Evo se abra a ese debate y lo acepte con el conjunto de las organizaciones sociales de la Amazonía. ¡Hay tanto que debatir en la Amazonía! ¡Hay tanto que debatir con los pueblos de la selva! El pasado 11 de septiembre conmemoramos la memoria de los mártires de la Masacre de Porvenir, con el propio Evo que estuvo allí, y sin embargo la violencia sigue, la impunidad sigue, los masacradores siguen sueltos por las calles y los pueblos… ¿no sería bueno debatir por qué? Esa violencia genocida tiene otro rostro en el despojo de la tierra y los recursos naturales que están practicando los neolatifundistas, vinculados a un modelo de desarrollo al servicio de intereses ajenos a la Amazonía y al país, intereses vinculados a empresas transnacionales patrocinadas por el estado brasileño, subsidiarias del capitalismo global. ¿No sería patriótico debatir eso? El rol de país de transito y el rol de proveedor energético que nos han asignado esas empresas, Lula y el capitalismo salvaje, a través de proyectos como el Corredor Norte o la represa de Cachuela Esperanza, proyectos que desvirtúan las aspiraciones del poblador amazónico, que busca producir para su comunidad, su municipio, su región, generando un desarrollo interno, basado en las potencialidades locales y en las capacidades organizativas productivas a la escala de sus necesidades… ¿No sería correcto, justo, urgente y necesario debatirlo? Nosotros creemos sinceramente que sí. Por Bolivia, por la Amazonía, por el pueblo y por la Revolución Democrática y Cultural que nos compromete a todos. |