César Lévano diariolaprimeraperu.com En el mundo entero, la sentencia fue colocada bajo este gran titular: CULPABLE A la luz de los hechos, expuestos con claridad y rigor en la sentencia, aparece Fujimori no sólo como un criminal despiadado, sino también como un cínico. En el proceso y en declaraciones periodísticas, el ex presidente ha afirmado que no conocía de los asesinatos cometidos por el destacamento “Colina”. Sólo fanáticos enceguecidos pueden creer que, ocho meses después de la matanza de “Barrios Altos”, en la cual Martin Rivas mató a un niño de ocho años de edad, el ex presidente no sabía de esa organización criminal. Sectores independientes de la prensa peruana y observadores internacionales habían investigado ya la pavorosa hecatombe de “Barrios Altos”, y señalado a los autores, pero el ingeniero Fujimori afirma no haberse enterado de nada. “Yo soy el jefe, pero no sé nada”, podría haber dicho. Eso es lo que, conforme a ley y razón, el tribunal califica de omisión culpable, porque, si hubiese sido un gobernante democrático y responsable, hubiera debido ordenar no sólo la investigación, sino también el castigo para el grupo militar que efectuó tal ejecución extrajudicial con armas, municiones y hasta movilidad oficial. Lo que sí hizo Fujimori es felicitar al comando ‘Colina’ “por sus exitosas operaciones”, además de amnistiarlo para que siguiera disfrutando de la vida. Y de la muerte. Keiko Fujimori, la heredera política del ex dictador, considera que la sentencia ha sido inspirada por el odio. Esa señora, que no se inquietó por el trato despótico y cruel dado por su padre a su madre, doña Susana Higuchi, parece incapaz de sopesar la magnitud de los delitos de su progenitor. A lo mejor cree que las matanzas de “Barrios Altos” y “La Cantuta” fueron inspiradas por el amor. No la ha conmovido el asesinato de personas modestas que se habían reunido en el jirón Huanta para una pollada destinada a reparar servicios en su casa de vecindad. Keiko, la candidata presidencial que no sabe nada de nada, ignora quizás el sufrimiento de los estudiantes de “La Cantuta”, asesinados, literalmente, a sangre y fuego, y victimados después por las calumnias del fujimorismo militante. No es capaz de compartir el dolor y la cólera de las madres y parientes de esos jóvenes. El tribunal declara en su sentencia que las 29 víctimas de “Barrios Altos” y “La Cantuta” no estaban vinculadas a Sendero Luminoso. He ahí otra calumnia que se desbarata. |