periodicopukara.com No hace poco, al evocar una jornada internacional de lucha contra el racismo, un ciudadano consultado por un periodista sobre este tema, divagaba sobre el racismo que existe en Bolivia hacia los afro descendientes. Hasta tal punto es difícil tratar este tema que cuando hablamos del tema, la mayoría pensamos en el racismo contra los afro bolivianos. ¡El racismo sería inexistente contra los indios, descendientes de los invadidos y sometidos a partir de la aventura de Cristóbal Colón! Han sido necesarios hechos degradantes, abundantemente reproducidos por la prensa nacional y extranjera, para que nuestros ojos y nuestro entendimiento acepten la triste realidad del racismo anti originario en este país. Nos referimos a las agresiones, apaleaduras y ultrajes contra qollas, aymaras y quechuas que recientemente se produjeron en Tarija, Sucre, Santa Cruz y Pando. Las imágenes de indios obligados a arrodillarse y besar las banderas de sus agresores, de rostros sangrantes; de personas perseguidas por otras, chicote en mano; de cuerpos inermes acribillados a balazos, nos obligan a interrogarnos sobre estos desvaríos y a tomar posición firme para resolverlos. Estas imágenes, por muy repulsivas que sean, no son nuevas ni improvisadas. En realidad, reproducen lo que sucede en este país y en este continente a partir de la famosa invasión originada el 12 de octubre de 1492. El racismo es una manifestación del colonialismo y sólo puede terminar si se da fin a esa anomalía política. Si en Bolivia continúa el racismo es porque -por mucho que tengamos un presidente indígena- la situación de dominación colonial no ha cambiado ni un ápice. Es paradójico, pero bajo un supuesto «gobierno indígena» se dan las peores agresiones a los indios desde hace muchos años. La descolonización no existe como programa de gobierno, sino sólo como consigna en labios de los actuales gobernantes. Y cuando es sólo consigna, esta puede ser equívoca y hasta perjudicial. Cuando no se define qué es la descolonización y cuando no se la aplica en consecuencia, se provoca la reacción racista de quienes pueden sentirse afectados y puede provocar la autodefensa racista de quienes son agredidos. Descolonización es, pues, eliminar el racismo al eliminar las condiciones socio políticas que la validan o la provocan. No es exacerbar las contradicciones en vano, sino plantear horizontes políticos nuevos que puedan motivar la realización de los derechos y energías del pueblo colonizado sin perjudicar los ímpetus y derechos de los pueblos nuevos que ya existen en este territorio. |