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Dijo que esos levantamientos responden a la lucha iniciada por Túpac Katari por la emancipación de los pueblos y que los logros alcanzados reivindican ese ejemplo, porque pese a su trágica muerte, descuartizado como escarmiento para que ninguno indio más se levante contra el colonialismo, nuevos líderes han surgido para hacer frente a las colonias de antes, y ahora contra el imperio. Señaló que la historia se repite porque la represión militar y policial durante los años 2002, 2003, 2004 en la ciudad de El Alto, para escarmentar a quienes iniciaron defensa de los recursos naturales, no logró doblegar a los bolivianos. “No pudieron hermanas y hermanos”, aseguró el Jefe de Estado. Así como lo sucedido el 11 de septiembre pasado en las poblaciones de Porvenir y Filadelfia, del departamento de Pando, donde una vez más fracasó la pretensión de escarmentar a los indígenas del oriente boliviano masacrándolos porque se movilizaron exigiendo igualdad y respeto a la vida. “Hay (una) rebelión permanente”, insistió el presidente Morales al recordar que el año 1997, cuando era diputado nacional, denunció que el Congreso Nacional era la primera mafia del Estado y fue expulsado de esa instancia legislativa. “Intentaron escarmentarme expulsándome del Congreso para que nunca digamos la verdad, y me sacaron, pero fracasaron. (…) Les dije que estaban equivocándose, les dije me estarán botando pero voy a volver con 20, 30 parlamentarios, y cumplimos lo que dije, hermanas y hermanos”, manifestó. En ese marco, el Primer Mandatario dijo que el pueblo ahora es protagonista del cambio, porque como nunca se hizo en la historia republicana de Bolivia a través del voto se eligió a asambleístas para que redacten una nueva Constitución Política del Estado. “Por primera vez en la historia de Bolivia un proyecto de Constitución será sometido a la conciencia del pueblo boliviano. El pueblo tiene derecho a rechazar o aprobar, pero nunca una Constitución ha sido sometida o puesta a consideración del pueblo, (esta) será por primera vez”, aseguró. |