AVANZA EL FASCISMO Y EVO SÓLO SE LAMENTA

Morales ya no tiene pisada en la capital de la República, controlada por la oligarquía y la derecha fascista

Econoticias
Sucre, la capital de Bolivia, vivió este fin de semana horas de vergüenza, cuando grupos armados organizados desde los derechistas gobiernos local y comunal desataron una cacería de campesinos e indígenas que habían acudido a la ciudad para recibir al presidente Evo Morales.

La cacería de campesinos fue organizada desde las organizaciones cívicas y populares que tienen el control absoluto de la ciudad de Sucre y que se organizaron para impedir la llegada del presidente Morales, que tiene vetado el ingreso desde fines de noviembre del 2007, cuando los asambleístas del gobernante Movimiento al Socialismo intentaron revivir a bala la agonizante Asamblea Constituyente para aprobar en una escuela militar una Constitución Política del Estado, que por ahora es un simple papel mojado.

Horas antes de perseguir a los campesinos, estos mismos grupos de fascistas obligaron a los efectivos del Ejército y la Policía a replegarse a sus cuarteles, dejando sin defensa e inermes a los campesinos que habían sido convocados por el mismo Evo para que le ayuden a sentar presencia en esa ciudad.

Poder dual
Desde mediados del 2007, en Bolivia está fracturada en dos y hay un doble poder, con Evo gobernando en el altiplano (La Paz, Oruro y Potosí) y la oligarquía y los 100 clanes en los valles y el oriente del país, donde levantaron demagógicamente la bandera de la autonomía y por ello cuentan con el apoyo militante de las clases medias y los movimientos cívicos y vecinales, además de la sumisión/adhesión de las organizaciones sociales y populares urbanas.

Esta situación tiende a consolidarse, tras la realización del referéndum autonomista en Santa Cruz el pasado 4 de mayo y que posibilitó que el prefecto derechista cruceño Rubén Costas asuma funciones de Presidente y forje su propio Parlamento en abierto desacato al gobierno de Evo, que sólo atina a protestar.

La oligarquía avanza en su proyecto de poder y organiza para los siguientes días tres referéndums en Beni, Pando y Tarija, con los mismos propósitos e igual de predecibles como los de Santa Cruz, mientras la izquierda indigenista trabaja con miras al referéndum revocatorio nacional del 10 de agosto, en la que muy probablemente Evo y sus opositores sean ratificados en sus cargos.

Martirio campesino
Mientras tanto, la lucha desatada en los valles y el oriente del país no tiene pausa y son elocuentes de ello los testimonios de las últimas horas.

“Con los ojos asustados y con sudor por el intenso sol y el miedo de la turba que amenazaba con matarlo, por defender las ideas masistas, así estaba Ángel Vallejos, alcalde de Mojocoya, quien fue tomado de rehén y acusado de lanzar piedras a los jóvenes sucrenses que se oponían a la llegada de Evo Morales a Sucre”.

“¡Bájenlos, bájenlos!, gritaba la gente desde la carretera, mientras grupos de jóvenes inspeccionaban las casas y trepaban los cerros del barrio Azari, donde se escondían campesinos”.

“Junto a Vallejos, otras cuatro personas fueron tomadas de rehén. Vallejos fue obligado a levantar la bandera de Chuquisaca y a rastras lo llevaron hasta la plaza 25 de Mayo para que “pida perdón al pueblo por agredir” (…) Luego, otro grupo llegó con más rehenes a quienes les obligaron a quitarse la ropa y con el torso desnudo les hicieron arrodillar frente a la Casa de la Libertad. “Sucre de pie, Evo de rodillas”, gritaron”, según refleja el diario “La Razón”, opositor a Morales.

Reacciones de unos y otros
Frente a estos hechos, la Federación de Campesinos de Chuquisaca denunció que aproximadamente 20 personas de su sector se encuentran desaparecidos, entre ellos algunos niños, calculándose en más de 50 los heridos.

En ese contexto, indicó que este sector decidió asumir esas medidas en protesta por los hechos acontecidos en Sucre, ya que ellos lo único que hicieron fue querer participar en el acto de entrega de ambulancias, cheques y mil viviendas que iba a realizar el presidente Evo Morales en el estadio Patria de Sucre, en conmemoración a la efeméride del 25 de Mayo de 1809.

La federación de Campesinos instruyó, además, la declaratoria de una huelga de hambre de sus dirigentes y el inicio de un bloqueo de caminos, cercando la ciudad.

Esta medida fue, sin embargo, desautorizada por el gobierno de Morales, que instruyó el repliegue de los efectivos de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas que fueron rebasados por los movilizados.

Acusaciones y lamentos
El ministro de Gobierno, Alfredo Rada, acusó a los dirigentes cívicos y opositores de ser los directos responsables de los hechos de violencia en Sucre, que dejó decenas de heridos, entre ellos una periodista de la red radial Aclo, martirizada por los jóvenes fascistas.

La agitada tensión en la que se encontraba la ciudad de Sucre fue dirigida por los dirigentes del Comité Insterinstitucional, Jaime Barrón, Aidée Nava y Fidel Herrera; además de los parlamentarios de Podemos, Fernando Rodríguez, Tomasa Yarhui, entre otros, denunció la agencia gubernamental ABI.

Horas después, el vicepresidente del Comité Interinstitucional de Sucre, Jhon Cava, reconoció los excesos cometidos durante la víspera en contra de los campesinos, aunque dijo no conocer a los responsables, pero indicó que públicamente se pidió disculpas por ello.

Por su parte, y mostrando su impotencia, el Gobierno de Morales se limitó a expresar sus condolencias con los campesinos y se sumó a los lamentos.

“El Gobierno lamenta saldos de esta jornada que consideramos que es día de vergüenza nacional, ya que todo lo que los medios (de comunicación), en fiel cumplimiento de su labor reflejaron las humillaciones a gente de extracción humilde, a vecinos y sectores populares por parte de grupos de choque conformado por universitarios y organizaciones dirigidas por el Comité Interinstitucional. Es una vergüenza nacional”, dijo.

Respuesta popular
En La Paz y otras ciudades, trabajadores y vecinos de clases medias condenaron las agresiones en Sucre y cuestionaron la extrema tolerancia del Gobierno de Morales con las bandas fascistas y la rebelión oligárquica.

Este reclamo será más patente este miércoles 28, en la movilización social convocada por la unitaria Central Obrera Boliviana (COB), que presiona para que Morales deje de conciliar con la oligarquía y para que combata a los sediciosos, expropiando la tierra a los latifundistas y revirtiendo efectivamente las concesiones petroleras y mineras al dominio del Estado, además de incrementar el salario para los trabajadores y poner un efectivo control sobre los precios de los alimentos.

En Potosí, el secretario ejecutivo de la Central Obrera Departamental, Gerardo Coro, demandó que Morales aplique “mano dura” sobre la oligarquía y sobre los grupos fascistas que han comenzado a expandirse por todos los valles y el oriente del país, a la vista y paciencia de un gobierno indígena y campesino que apuesta todo a la papeleta electoral, claramente insuficiente para derrotar a una burguesía agrofinanciera y comercial que cuenta con el apoyo de la embajada de Estados Unidos y que no tolera ser gobernada por un indio, a pesar que éste promueva la vigencia del capitalismo andino, respete la propiedad privada, defienda la inversión extranjera y ponga freno a los sindicatos y organizaciones sociales que pugnan por acabar con el neoliberalismo y la explotación capitalista.

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