Carlos Aznárez Los cruceñistas “autónomos” festejan en la plaza 24 de septiembre en el centro de la ciudad de Santa Cruz lo que consideran un “contundente triunfo”. Sin embargo, la ilegalidad del referendo se manifiesta no sólo porque el gobierno y todas las instituciones así lo habían decretado, sino porque el pueblo de Bolivia se movilizó masivamente contra la consulta y le demostró al mundo que está dispuesto a defender las conquistas obtenidas con el gobierno de Evo Morales. Pero además, el fracaso del planteo de la oligarquía cruceña quedó expuesta por la escasa participación de los votantes y las múltiples denuncias de fraude (miles de boletas marcadas en el SI). Una abstención del 46% es imposible de ocultar ni siquiera por los más optimistas (como son el prefecto Costas y su ladero Marinkovic). Además, la gran movilización logró frustrar la votación en varias zonas importantes de la provincia, impidiendo que las urnas llegaran a los colegios electorales. Por otra parte, la virulencia impuesta por los fascistas de la Unión Juvenil Cruceñista provocó una treintena de heridos y un muerto en el barrio Plan 3000, que los vecinos de esa zona cargarán a quienes promovieron esta consulta ilegal, racista y autoritaria. En conclusión, por más que los jerarcas de la oposición al gobierno y al pueblo de Bolivia, festejen ante sus propios medios de comunicación, lo innegable es que Bolivia le dio la espalda a esta maniobra del imperialismo yanqui y la oligarquía local. El medio millón de bolivianos y bolivianas que se movilizaron en El Alto, la multitud que marchó hoy por las calles de La Paz y Cochabamba, más los miles de hombres y mujeres que bloquearon las rutas, quemaron ánforas (urnas) y pelearon cuerpo a cuerpo para parar a los fascistas de la Unión Juvenil, demostraron que la revolución boliviana es imparable y que el separatismo ha sido derrotado. Sin embargo, no hay que descansar en la idea de solidarizarse internacionalmente con Bolivia: como ocurriera con la Venezuela bolivariana, seguramente esta oposición recalcitrante insistirá en sus maniobras desestabilizadoras. Para ello cuentan con el apoyo de los Estados Unidos, del embajador Goldberg (un timonel experto en temas de balcanización) y hasta con el visto bueno del Cardenal Terrazas, quien se apuró en demostrar su apoyo a los fascistas. Por eso, la vigorosa movilización realizada en estos días por las fuerzas que apoyan al Gobierno y sobre todo la experiencia de poder popular manifestada este domingo en el multitudinario Cabildo Abierto de El Alto, exigiendo profundizar la revolución y no ceder terreno ante los fascistas. |