Un paro de 24 horas en Perú para protestar contra la política económica del presidente Alan García se cumplió este miércoles con bloqueo de rutas y marchas, en una jornada en que manifestantes incendiaron la sede de un gobierno regional y más de 200 personas fueron detenidas en choques con la policía. La Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP, izquierda), que llamó a la protesta, calificó la paralización como “contundente y exitosa a nivel nacional”, según declaró Mario Huamán, secretario general del gremio. El paro fue convocado para protestar contra las promesas incumplidas del gobierno y el alza en el costo de vida, pero ha servido para expresar inquietudes sobre múltiples temas sectoriales y regionales. En un balance, el presidente García dijo que los peruanos no tuvieron voluntad de paro, pero reconoció que “hay una insatisfacción en un gran sector de la sociedad peruana”. “Saludo a los que han protestado pacíficamente y a los que han trabajado llevando su protesta en la cabeza”, afirmó. Sin embargo, el mandatario lamentó brotes de violencia en la ciudad de Puerto Maldonado (sureste), donde manifestantes saquearon e incendiaron la sede del gobierno regional. “Turbas descontroladas han incendiado el local del gobierno regional de Madre de Dios, e incluso han agredido con flechas al personal”, dijo el jefe de gabinete Jorge del Castillo. “La situación está bajo control en Puerto Maldonado. Ha vuelto la calma”, dijo el jefe de la policía, general Octavio Salazar, en declaraciones a la radio RPP en la noche. El incendio dejó tres policías con heridas producto de flechazos lanzados por nativos, informó a la AFP un vocero del Hospital Santa Rosa, en Puerto Maldonado. El jefe policial peruano elevó a 216 la cifra de detenidos, por encima del primer balance de 200 ofrecido por el ministro del Interior, Luis Alva Castro. Las detenciones se produjeron por intentos de huelguistas de bloquear carreteras, sobre todo en regiones del sur del país, las más pobres y que son las mayores opositoras al gobierno del presidente García. Tal como se anunció en días previos las fuerzas armadas salieron a las calles en apoyo a la policía, encargándose de la vigilancia de aeropuertos y empresas estratégicas como de agua y electricidad. En Lima el paro tuvo el efecto de producir una sensible disminución del transporte público. Más de 5.000 trabajadores marcharon en Lima y se concentraron en la céntrica Plaza Dos de Mayo, escenario de manifestaciones obreras, para asistir a un acto en que los líderes del paro reclamaron solución a sus demandas. Marchas similares se produjeron en diversas ciudades del país, donde manifestantes cortaron rutas y sostenían escaramuzas con la policía. El paro de la CGTP complementa una paralización de 48 horas que se inició el martes, convocada por la Confederación Campesina del Perú y la Confederación Nacional Agraria. Ambos gremios rechazan una ley que permite el ingreso de empresas mineras en territorios de las comunidades campesinas y que significaría la disolución de las mismas, según denuncian. En Ayacucho (sur) el cívico Frente de Defensa de los Intereses del Pueblo exige la expulsión de unos 200 soldados de Estados Unidos que desde junio cumplen faenas cívicas, alegando que su presencia afecta la soberanía nacional. Huamán, líder de la CGTP, dijo que los trabajadores exigen al gobierno un aumento general de sueldos y salarios para compensar “el alza incesante del costo de vida”, así como “el cambio de la política económica neoliberal que atenta contra los intereses de los más pobres”. El paro se produce cuando Perú atraviesa un período de euforia económica, beneficiándose de un crecimiento cercano al 9%, jalonado por el sector minero. Este crecimiento, sin precedentes en este país de 28 millones de habitantes, se da especialmente en Lima y en la costa, mientras que las zonas selváticas y andinas al este y sur del país se sienten abandonadas por el Estado. |