Centro de Medios Independientes Sucre: Artemio Cruz Pero este discurso ocultaba el verdadero sentido del rechazo: el profundo racismo que existe en la mente de los “doctorcitos de Charcas”; esta manifestación racista ha sido hábilmente instrumentalizada en el discurso de la capitalía plena. Por otra parte el racismo se ha convertido en un hilo unificador de acciones políticas particulares como los de la actual alcaldesa y el presidente del Concejo Municipal, que utilizando la presión y el chantaje movilizan a los trabajadores como grupos de choque. A esto hay que añadir el papel de los catedráticos, especialmente de la carrera de Derecho (símbolo sucrense por excelencia), que utilizan a los estudiantes como “carne de cañón” y como producto de su prédica racista. Han logrado envenenar sus mentes a tal punto que han negado a sus padres de origen quechua. En Sucre el pensamiento racista ha sido una constante histórica, sino remontémonos a revisar las agresiones incluso contra el Mariscal Sucre. Los presidentes como Belzu y Daza fueron rechazados por el pensamiento racista por no pertenecer a la “clase dominante” y soportaron las afrentas y actos de la mentalidad colonial-racista. Las actitudes racistas de las élites locales de Sucre deben ser estudiadas y analizadas no desde el campo de la política sino desde la patología social, porque el pensamiento y la actitud colonial-racista forma parte del inconsciente colectivo creado por una formación social clasificada donde cada “clase” conoce su lugar. Por eso no cabe en el pensamiento de los racistas de Sucre el hecho que una “chola” sea presidenta de la Asamblea Constituyente y peor Ministra de Justicia, lugar reservado para un “doctor de Charcas”; ese es el malestar profundo que tienen las élites señoriales de Sucre, y las muestras de odio racial que vemos en manifestaciones, agresiones verbales y físicas son esa catarsis colectiva, necesaria, para mantener un equilibrio emocional. Es la expresión violenta de un sentimiento reprimido. El racismo manifestado en Sucre en contra de la Ministra de Justicia, nos demuestra la pobreza del pensamiento colonial, que a falta de argumentos recurre a la violencia para expresar su frustración por haber sido desplazados como el sector privilegiado del estado. Los nuevos sujetos sociales y actores de este proceso constituyente son los pueblos originarios e indígenas, y este es un hecho irreversible, por lo cual la otrora “culta Charcas” deberá, por responsabilidad histórica, actualizar su pensamiento superando el lastre colonial-racista, y comprender mejor el momento histórico que nos ha tocado vivir. |