César Lévano: Diario laprimera Peru
Chile es, de lejos, el país latinoamericano que compra más armas, y que suele adquirir las más modernas y mortíferas. Las fuerzas armadas chilenas tienen una fuente de ingresos cuantiosa y libre de toda fiscalización del Congreso chileno: la Ley Reservada del Cobre, que obliga a la estatal Corporación del Cobre (CODELCO) a entregar el 10% de los ingresos provenientes de las ventas del metal rojo. Este año 2007, esa sola venta dará al Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y la Gendarmería chilenas 1,400 millones de dólares. Chile agrega a eso una cantidad igual proveniente del Presupuesto General del país, lo cual revela la consistente política armamentista del Gobierno chileno. Chile compra armas a diestra y siniestra: Estados Unidos, Alemania, Holanda, España son algunos de sus abastecedores de aviones, submarinos, fragatas, tanques. No es sólo cuestión de cantidad y modernidad, sino también de ubicación de las armas compradas. Por ejemplo, los aviones F-16 CD Block 50 y los 100 tanques pesados Leopard II comprados a Alemania están cerca de la frontera del Perú.
La diferencia entre Chile y Venezuela es que el primero tiene ambiciones territoriales y marítimas no sólo frente al Perú, y que cuenta con el apoyo de Estados Unidos. En cambio, Venezuela, se ve acosada por presiones estadounidenses respecto a sus compras de armas. Washington bloqueó un contrato de Venezuela con Israel por 100 millones de dólares para modernizar los F-16 venezolanos así como la adquisición venezolana en España y Brasil de aviones de transporte y de ataque a tierra. En 2006, Washington declaró un embargo de armas hacia Venezuela. A pesar de eso, Washington dice tener miedo de las compras venezolanas. Las de Chile no le alteran los nervios. |