Tambores de Guerra, las batallas de los sentidos
por: René Fernández - katari.org
¿Será que existe alguna probabilidad de que la Asamblea Constituyente (AC) no logre los objetivos para los que fue convocada? ¿Y si fuera más que alguna probabilidad, una alta probabilidad? ¿No estaríamos entonces en vísperas de una nueva frustración colectiva de graves consecuencias? ¿No estaremos prestándonos al rol de cómplices ausentes de algo que puede que termine descrito como una payasada más en los libros de la historia oficial boliviana (quizá el epílogo del simulacro)? La sola posibilidad de la frustración me anima a formular esas preguntas.
La sola idea de que estemos por ser testigos de piedra de una nueva postergación de lo imposible-posible, el solo temor de que no nos permitamos una nación de iguales-diferentes y libres, de todos, para todos, por todos. Digo esto porque que lo que está en juego es mucho, por no decir todo. ¿Y qué está en juego? El cambio (por muchos) del injusto y desigual orden establecido de las cosas, vs. el mantenimiento (por pocos) del orden impuesto (por pocos-pocos).
El sin Sentido de la nación-ficción de algunos (¿llegarán al medio millón los anhelantes de esa “democrática modernidad” –también sin Sentido– que prometen pero cuyo “progreso” no les llega ni siquiera a ellos?), vs. aquello que nunca estuvo en juego pero siempre soslayado: nuestra dignidad, nuestro derecho de hecho (y mayoritario) a la vida plena, a la consagración de la voluntad de las mayorías (con el debido respeto a la voluntad de las minorías), de autodeterminarnos y forjar entre todos y en armonía un verdadero estado.
Está en juego la pérdida del poder por parte de las élites neo-coloniales-blancoide-señoriales y sus ser-viles lacayos, ambos extraviados por montones en los laberintos racistas de la etnicidad-borrosa que su mal-logrado espejismo del “mestizaje” ha creado a partir de la paranoica negación de nuestros orígenes indios (negación del Otro, del indio, del aborigen, la negación de nosotros mismos inaugurada con espadas y crucifijos por la Conquista española), y que persiste hoy en la continuidad colonial arraigada en nuestro imaginario colectivo como práctica absurda y camino sin salida de la administración del privilegio (ese privilegio que se auto-otorgaron de sentenciar con la muerte nuestras vidas para nutrir con ellas las suyas, de decidir sobre el gobierno de nuestro destino colectivo según sus pequeños apetitos e intereses mezquinos y sin tomar-nos en cuenta, de decidir como les viene en (mala) gana la explotación nuestros recursos naturales y riquezas en beneficio sólo de ellos, de continuar a invisibilizar-nos, al nos-Otros que estorba su proyecto, de distribuirse entre ellos corruptamente prebendas con las que compran almas-clientes, de repartirse entre ellos los cargos públicos de su incoherente sistema de autoridades, etc.).
Sí, lo que está en juego es TODO, es la vida contra la muerte. Siempre fue así. Hoy ha hecho nueva insurgencia lo plebeyo, lo diverso, lo popular, lo imposible-posible y los capitanes de la neo-colonia están aterrorizados de que les hagamos una nación en serio, a plena luz del dia, y a sus espaldas (esas espaldas que nos vuelcan). Una nación de iguales por diferentes. Lo que está en juego, pues, perfila con nitidez la plausibilidad del fracaso de la AC, el poder hará lo imposible por no perder su poder, claro, si lo permitimos nos-Otros. Para explicar porque temo que estemos camino hacia una tremenda frustración colectiva, especularé sobre algunos de los escenarios que podrían acontecer de acá a fin de año.
A) La AC no logra concluir su proceso. B) Se concluye el proceso pero luego nosotros, los pobladores de estas tierras que hoy se llaman Bolivia, no logramos aprobar lo dispuesto por los constituyentes y nos metemos en discusiones bizantinas sobre dónde fallamos como sociedad (o sociedades) y nos autoconvocamos a absurdas consultas y re-consultas ciudadanas de carácter inservible. C) El proceso concluye, referéndum y todo, pero luego el nuevo texto constitucional no se acata por (supuestamente) grandes contingentes de pobladores (por ejemplo por las almas-clientes que hoy cacarean “autonomía” a cambio de promesas modernizantes, o por unos pesos). D) Se concluye el proceso pero el nuevo texto constitucional no sirve de nada pues, cambios más, cambios menos, todo sigue igual de podrido que antes pero con mejor redacción o redacción delirante, como sucedió en Ecuador, Colombia, etc.
Llamemos a la primera posibilidad enunciada “el aborto”, a la segunda “el entrampe”, a la tercera “el chantaje del desacato” y a la cuarta “la mamada”. De manera inversa, no puedo no señalar que hay la posibilidad del escenario en el que la AC logre los objetivos para los que fue convocada y que fundemos una nación que no excluya a nadies, sí con “s”, que acepte que todos somos iguales por diferentes y que somos capaces de convivir en armonía y ser un buen ejemplo para Otros mundos. A esta posibilidad llamaré lo “imposible-posible”. Me explico.
A. El aborto
La derecha (Podemos, IU, MNR, amos coloniales, élites locales, lacayos locales, capital transnacional, burocracia internacional, etc.) crea tantos obstáculos que la AC no tiene como concluir su trabajo, (y la izquierda cae en el juego):
- No se le da a la AC la ley “supuestamente” especial y “supuestamente” necesaria para extender sus actividades más allá del 6 de agosto, pues debe ser votada por dos tercios en diputados y senadores, y en senadores la derecha tiene la sartén por el mango.
- No se dicta la “ley especial” y se desata una “guerra” legal y mediática para impedir que la propia AC se otorgue soberanamente, por su carácter de poder Originario, una extensión de plazo.
- Se dice que se dará la ley pero se dilata el trámite chantajeando al MAS y a los movimientos sociales desde el poder de veto que le da su mayoría en el Senado, alargando los tiempos y forzando que la AC se otorgue su propia prorroga para luego desconocer el poder Originario, y a partir de eso dejar, igual que siempre, todo en nada (tan a su manera).
- Se facilita la ley para extender las actividades de la AC, pero a cambio se desvirtúa toda posibilidad de cambio real en los principios sobre los que se redacte el texto de la nueva constitución, negociando con el MAS a nuestras espaldas (a cambio por ejemplo de mecanismos de potencial prorroga), la eliminación de autonomías indígenas, o negociando la eliminación del cuarto poder fiscalizador, o quien sabe que otra extirpación, llevándonos como sea a las alternativas B), C) o D).
- Se crea artificialmente obstáculos destinados a minar el proceso: llevar la capital a la señorial Sucre, desconocer las autonomías indígenas exigiendo sólo autonomías regionales, negando la conformación del cuarto poder fiscalizador, etc.
B. El entrampe
La derecha (Podemos, IU, MNR, amos coloniales, élites locales, lacayos locales, capital transnacional, burocracia internacional, etc.) acepta otorgar una extensión de plazo y facilita con sus votos en el Senado la ley especial necesaria, o acepta (con disimulo hipócrita) la ampliación de plazo que se otorgue a si misma la soberanía del poder Originario.
Pero luego echa toda la carne al asador mediático que controla para desvirtuar la “legalidad” de lo dispuesto legítimamente por los asambleístas del poder Originario, o para aterrorizar a su audiencia cautiva con los siete infiernos que nos esperan si apoyamos con nuestros síes lo que todos (las mayorías) exigimos y que ellos (la minoría) no quieren porque no les con-viene. Y de paso aprovechan para persuadirnos (una vez más) que el indio (nos-Otros y nuestro origen común), no puede. Y se ponen todos ellos a crear el estado de paranoia necesario para activar a su favor la etnicidad-borrosa de tantos seres que para sobrevivir deben re-negar su origen, y le meten su dinero (el que nos succionan hace cuatro siglos) a su maquinita electoral como para evitar, con la compra de almas a la que nos hemos dejado acostumbrar, que hagamos lo que debemos, votar SI. Y si no lo logran, e igual nomás votamos SI, que les importa, pues “igual nomás” desconocerán nuestra autodeterminación como siempre lo han hecho. Nos des-acatarán, mecanismos de prorroga incluidos.
C. El chantaje del desacato
La derecha (Podemos, IU, MNR, amos coloniales, élites locales, lacayos locales, capital transnacional, burocracia internacional, etc.) se ve rebasada por los acontecimientos que van más allá de los escenarios A) o B) y entonces vuelve a empuñar sus coloniales armas: la espada y la “Santa” Cruz para impedir-nos a nos-Otros el derecho de ser nación de naciones, al margen de lo que aprobemos en referéndum nacional, pues para ellos no existimos y si existimos no somos sus iguales sino sus inferiores. No aceptarán que somos iguales. No aceptarán que decidamos ser libres y autodeterminados.
No aceptarán el gobierno de la mayoría india sobre ellos que se presumen no-indios. No aceptarán perder el poder, y peor ante la multitud india que nos sale por los poros (y que no tiene como brotar de sus poros al hallarse negada por su mentalidad colonial de esclavos-caporales). Y entonces, en su luna, llamarán a su media luna al desacato, a la “cordura” de siempre, a la sensatez de su sinSentido, a la conservación del estado de cosas que les es tan cómodo. Y (vuelta otra vuelta) nos hacen un país a nuestras espaldas y a plena luz del dia y con nos-Otros de frente, sin pedirnos permiso, como nosotros erróneamente lo hicimos hace no poco.
Nos hacen un país dentro de la nación que acabamos de con-sagrar, de fundar. Se crean un país que ingenuamente creen libre de indios, de Collas de mierda (epíteto que reemplaza en su jerga racista el señorial-colonial “indio de mierda”). Ni excusas, ni descalificaciones les faltarán, respeto a las autonomías dirán, inclusión de las minorías dirán (hasta son capaces de pensarse mayorías), imagen internacional reclamarán, legalidad gritarán, respeto a la institucionalidad con cinismo pedirán, hasta tolerancia se animarán a profesar con hipocresía.
Ya han amenazado con el desacato los Cívicos de la media luna y sus acólitos en las Prefecturas. Ya se ha pronunciado el “Principe” de los nobles (como lo bautizó el amigo Bautista), aquel que des-gobernó luego de la huida de su amo de acento gringo, y haciendo gala de su ya célebre ceguera mental de sólo haberse leído los libros de la historia oficial que el mismo ha escrito, pontifica hoy desde la verdad absoluta de su eco ensimismado, que un poder fiscalizador es un “error conceptual”. ¿Qué tal? Error conceptual es él, error no sólo teórico sino práctico (y demostrado), tan error que no tiene cómo darse cuenta que su vida es la historia del error. Este escenario promete una guerra sin cuartel y desigual pues, pero no por desigual perdida. Guerra entre dos universos de sentido. El de nosOtros, el de la vida, el de los iguales-diferentes, el de lo imposible-posible vs. el de ellos, el de los amos, el de la muerte, el de los amos de la muerte, el de lo posible hecho imposible. El de lo posible para pocos e imposible para muchos.
4. La mamada
El cuarto escenario nos llevaría a una constitución recortada por politiquería (o por ingenuidad), o a una constitución imposible de hacer valer, incapaz de ser puesta en práctica, como una ley que no norma nada. El recorte podría ser, por ejemplo, el resultado de un pacto entre nuestros representantes populares y la derecha, tan tonto como el recorte legal-electoral que aceptamos ingenuamente al convocar a la AC, ese pacto que hicieron nuestros servidores (en nombre nuestro) aceptando (en nombre nuestro) que no podamos elegir con nuestro voto la cantidad de asambleístas que refleje la mayoría de número y de hecho que somos, y que entrampó la AC en la discusión estúpida de los dos tercios, un pacto del TODO a cambio de nada, un pacto encaminado inevitablemente al chantaje del veto de minorías infladas por nuestra ingenua desmovilizacion.
El error que cometimos no sólo fue (mal) pactar nuestro futuro (nuestras vidas y libertades) con los amos del pasado, y habernos tragado sin chistar el cuentito de que ese era el único camino que nos quedaba. No, el error fue mayor, fue la actitud colonial con la que obramos. ¿Dónde se ha visto que el esclavo le pida permiso al amo para liberarse, y de paso que le pida ingenuamente que éste sancione el proceso de emancipación con una norma? ¿Cómo es posible?, diría el compañero Evo.
El esclavo se libera o no se libera, no pide permiso sino a sus Dioses y su familia. Un pueblo no le pide a nadie una ley para constituirse en nación, lo hace de hecho, porque en él reside la soberanía. ¿Cómo es posible no ver que en la medida en que sigamos avalando con nuestras acciones y decires su andamiaje de legalidad (sistema legal-colonial-republicano, “institucionalidad del estado”, democracia “representativa”, etc.) no hacemos otra cosa que refrendar con nuestro silencio uno de los mecanismos mediante el cual nos la cuentan, nos explotan, nos dominan, nos pasean su nación por nuestras narices y en nuestras tierras (y ay que nos antojemos).
El otro desenlace, el de constituciones delirantes, ya lo probaron Ecuador, Venezuela, Colombia, etc. ¿Y qué pasó? La postergación (de lo inevitable) y el derroche de las energías colectivas para re-ensayar la única forma de quitarse la bronca de la frustración y la dependencia, nuevas Asambleas Constituyentes (y vuelta otra vuelta, como un juego más para enriquecer sus arcas). Como si se tratara de ir de paseo cada domingo, así, sin trascendencia, y cargando al amo sobre nuestras espaldas.
Los resultados de estos 4 escenarios son obvios. O terminamos con una tremenda frustración colectiva más para agregarla a nuestra vasta colección, y no habremos hecho otra cosa que postergar nuestras dignas aspiraciones de Otro mundo posible por haber tirado a la basura esta oportunidad que le fabricamos a la historia (con dificultad, con dolor, con luto, y luego de un largo proceso de acumulación más de cuatro décadas, resistencia de 475 años e insurgencia de varios años), entre todos y a pesar de todo (el abuso del poder, la diversidad cultural, la continuidad colonial, el racismo, la etnicidad-borrosa, la administración del privilegio, la arrogancia, la soberbia, la corrupción, el hambre, la miseria, las masacres, el desempleo, los muertos, las lagrimas, la negación del Otro, el mestizaje, etc.), hasta que podamos nuevamente re-fabricar colectivamente una nueva oportunidad en quién sabe que futuro distante o cercano. Y entretanto: igual exclusión, igual desigualdad, igual injusticia, y por supuesto, más bronca. O no. O triunfamos con el goce de haber logrado lo que se suponía imposible e inventamos lo que el mundo pide a gritos y logramos el quinto escenario, el de lo imposible-posible, el que no sólo reclamamos nos-Otros para nos-Otros, sino los tantos nos-Otros en el planeta.
Así de obvios como son los posibles resultados, lo son las lecciones del pasado, si las queremos ver y las podemos sentir. ¿Qué hacer? ¿Que no hicimos? Pues para empezar no dar margen a un aborto, y pelearla. MOVILIZAR-NOS exigiendo que el proceso concluya, pese al poder del poder y por el simple hecho de que somos la mayoría y exigimos la vida, no la muerte.
Pero eso no queda ahí, luego debemos MOVILIZAR-NOS para cuidar a la wawa, que es la vida que habremos de alumbrar, para que no la estrangulen, para que no la asesinen, para que no la des-acaten, para que no la ninguneen, para que no la des-virtúen con sus instrumentos de dominación (medios de comunicación, leyes, instituciones, terror, etc.), y eso implica MOVILIZAR-NOS para creer en ella, darle nuestro amor y defenderla y seguir MOVILIZANDO-NOS para garantizar que crezca sana y vigorosa y pueda explicar nuestras existencias y dar más vida. Y si nos la hacen (otra vez, y ¡YA BASTA!), y abortan nuestra esperanza.
MOVILIZAR-NOS para constituir nación de hecho, por el derecho inalienable y soberano que tenemos a la vida (a la dignidad, al futuro, a la igualdad, a la libertad, a un hogar en nuestra tierra, al trabajo, al pan, a la alegría) nos-Otros, la implacable mayoría.
Y si ellos (la minoría) nos juegan juegos, y nos quieren chantajear con des-acatos, o nos amenaza con mil infiernos (esos infiernos que ya conocemos porque los vivimos a diario), o con quejarse a sus amos imperiales, o con embargos de medio siglo, y boicotearnos con el hielo glacial de su pedante superioridad autoreferente.
MOVILIZAR-NOS y no jugar sus juegos sino el nuestro, porque como bien se dió cuenta el amigo Galeano a su paso por La Paz cuando se hizo carne el “ahora somos Presidente”, ¡Se acabó el miedo! Y si nos quieren mamar como siempre, con sus chicanas legaloides, con sus modernas razones occidentales de progreso y “democracia” (a patadas como en Irak, Afganistán, etc., o pactadas entre ellos por “nuestro bien”), o con sus veredictos de “imposible”, “error conceptual”, “regreso al pasado”, dictados desde los altares de su displicente verdad universal (impuesta también a patadas).
MOVILIZAR-NOS, para que nunca más nos mamen, para gritar al planeta entero que nuestro universo de sentido (el de la mayoría de habitantes del planeta Tierra, el de la vida, el de los iguales-diferentes, el de la armonía entre todos y con la naturaleza, el de mandar obedeciendo, el de para todos todo, el de lo imposible-posible, el de la libertad, el de la solidaridad, el de la armonía entre toda la vida del planeta) tiene más sentido que su “imperio del sinSentido” (ese universo de sentido aberrante de 5% de la población del planeta repleto de delirantes verdades-mentiras, que tiene hipnotizado al 15% de la población del planeta para que haga el trabajo sucio de explotar al semejante, y le vende en sus mercados globales de su salvaje capitalismo lo que no necesitan comprar para diferenciarse y perecerse a ellos y no a nos-Otos y así no ser tan inferiormente pobres como el 80% de nos-Otros, ese sinSentido que ha extraviado al individuo de su sentido de común-unidad, de la filosofía del don (reciprocidad) que fundó la sociedad humana, el de la delirante contaminación de nuestro hogar-Tierra a extremos quizá irremediables, el de la delirante “democratización” de pueblos y culturas a patadas, ese que delirantemente mira como natural a miles de millones de desempleados y hambrientos en un mundo con tanto por crear, tanto por re-distribuir, tanto por mejorar, el sinSentido de tan pocos que ven a los demás como meros inferiores y por ende sacrificables, el que tiene como principio normador de su conducta arrogante y su visión depredadora del mundo, la negación del Otro, del diferente, ese “Imperio del sinSentido” que tiene las manos en nuestro bolsillos, y el pie sobre nuestros pescuezos).
MOVILIZAR-NOS, para defender nuestro universo de sentido y su principio ordenador fundamental: la vida. Sólo la vida derrota dia a dia a la muerte, la posterga y permite el todo, pues cuando la muerte derrota a la vida, la vida se acaba se seca y luego no hay nada, solo muerte, pura sombra, puro espectro, solo olvido, salvo que haya más vida que recuerde y re-nueve la vida. Así de clarito, así de redondo. Y una vez logremos el imposible-posible.
MOVILIZAR-NOS, para nunca más DES-MOVILIZAR-NOS. Los tambores suenan y nos llaman, la lucha sigue. En el campo de batalla nos enfrentamos dos universos de sentido, el nuestro, el de la vida, contra el de ellos, el de la muerte. Esta vez parece que las condiciones son diferentes y el terreno global, invalidar la frustración depende de que nos-Otros hagamos oportunamente desde lo subalterno lo que el momento histórico demanda, tal como lo están haciendo los otros pueblos también movilizados. Nadie dijo que sería fácil hacer posible lo imposible.
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