Luis A. Macas A./Akhulli Yatiyawi
Los estudiosos dicen que somos un actor nuevo en América Latina, una nueva emergencia de entre los pueblos y movimientos sociales aún que debemos decir, que siempre estuvimos presentes y siempre hemos actuado, tal vez desde una nueva condición de actores, hemos hecho presencia y actuado en los últimos tiempos, en un escenario difícil y adverso para los pueblos indígenas, pero que ha generado importantes cambios en cada uno de los países de América Latina, desde nuestras propuestas también es una evidencia, como es la estrategia de lucha en el planteamiento de la interculturalidad como un principio político ideológico. Este proceso se ha venido trabajando desde el Movimiento Indígena Ecuatoriano. La propuesta de la interculturalidad para nosotros tiene una gran profundidad, en el sentido en que este planteamiento ha tocado la esencia misma del poder dominante y del sistema económico vigente. La interculturalidad primero parte del reconocimiento de la diversidad de culturas, de sociedades, de indentidades, pero que desde su constitución los Estados nacionales no lo han hecho obviamente desde su visión uninacional, vertical y excluyente. En este sentido el movimiento indígena en esta región, con sus propuestas y acciones, del reconocimiento de la diversidad, de la constitución de una sociedad intercultural, de la construcción de un Estado plurinacional ha dado un remesón a la sociedad, a los estados nacionales y al poder en América Latina; por tanto la premisa fundamental de la interculturalidad es el reconocimiento de esa diversidad de pueblos, culturas, de procesos históricos, de identidades distintas en cada uno de los Estados Nacionales. Desde la tarea de nuestros pueblos a través de sus organizaciones la interculturalidad implica que debemos generar espacios de debate sobre las temáticas de revisar, recuperar y fortalecer nuestra identidad, tenemos que regresar y estar conscientes de nuestros orígenes porque en ella están los valores, principios y saberes. Podemos hablar de la interculturalidad en tanto estemos fortalecidos en nuestra propia identidad, de las particularidades diversas, de nuestras propias características, sopena de diluirnos en la dispersión o terminar sometidos desde el discurso de la sociedad dominante y el poder. No podemos hablar de interculturalidad solamente desde el discurso o de un simple diálogo de culturas; es importante que desde los pueblos y naciones originarios aportemos hacia el cambio del sistema y de las estructuras. Es decir que la propuesta indígena de la interculturalidad debe ser de alto contenido político. Otro elemento fundamental en el que debemos estar claros en el proceso de la interculturalidad, es que, los valores, principios, conocimientos, sabiduría de nuestros pueblos no solamente deben ser recuperados y archivados, sino que deben ser ofrecidos como un aporte desde nuestros pueblos a la sociedad en su conjunto en función de cambio, como elementos sustanciales de un planteamiento alternativo. Creo que la propuesta de la interculturalidad va más allá de simplemente sentarnos a conversar cuan diferentes somos o no somos, o de las particularidades, no es solamente esa conversación sino trasciende mucho más allá, podemos conjugar los intereses, estamos en condiciones de forjar una sociedad justa, equitativa y solidaria, entonces para ello debe estar presente algo que nos identifique en las perspectivas. Así conversando de la experiencia en nuestro país hemos dicho: cómo podemos hablar de interculturalidad si existe un poder dominante, pueblos y culturas subordinadas, desde su visión. Y es un poder agresivo y violento que está prácticamente arrasando con pueblos, culturas y sociedades. Otro de los ejes fundamentales en la propuesta de la interculturalidad desde el movimiento indígena, es el cuestionamiento al sistema político, un sistema político carente de representatividad y legitimidad, cuyo ejercicio de la política se caracteriza por la concentración del poder político y económico en manos de una elite privilegiada. El concepto y la práctica de la democracia totalmente vulnerada, está diseñada en función de cumplir y lograr los intereses de una minoría que ostenta el poder. ¿Qué significa para nosotros, los pueblos y naciones indígenas, la democracia?. ¿Cuál ha sido la concepción de la democracia para los pueblos indígenas desde que se ha instaurado en América junto a los Estados Nacionales?. La construcción de los Estados trae consigo la democracia, ¿pero a qué lógica obedece?. Cuando se habla de democracia desde la época y la lógica de Aristóteles que fue un valuarte para la Revolución Francesa, pero esta misma concepción de democracia llega a nuestros territorios, ¿qué significa eso para nosotros, es o no válido para la convivencia de nuestros pueblos?. En nuestros pueblos históricamente ha regido la institución y el sistema de consensos que es un valor y principio fundamental e importante en nuestras decisiones y resoluciones de manera participativa. En lo político creo que hay que establecer con absoluta claridad, ¿cuáles son las diferencias?, ¿cómo nuestra práctica consensual a través del mecanismo del diálogo puede influir en algunas democracias y prácticas políticas la región?, ¿cómo debería ser el andamiaje democrático participativo no solo en nuestras pueblos, sino en la macropolítica?. ¿Cómo balanceamos entre lo que nos traen como democracia y el sistema comunitario de los consensos que aún sigue vigente?. Decimos en los mismos términos respecto del modelo económico, es tan diferente la propuesta que nos traen desde afuera, precisamente en base al sistema de acumulación, a la apertura de mercados, pero con una sola dirección: la concentración de la riqueza y la circulación de capitales, de bienes y servicios. ¿Dónde queda lo comunitario con este modelo en nuestros pueblos?. ¿Dónde queda la reciprocidad de nuestros pueblos?, ¿el principio de la redistribución?. Esas diferencias no solamente nosotros las estamos estableciendo, que es una prioridad y obligación; sino que los impulsores del modelo económico neoliberal ya lo establecieron. Por eso el discurso y la intervención de los organismos multilaterales, con mayor veemencia en nuestras comunidades con pretextos de fortalecer los poderes locales con diseños que obedecen a una asimilación distorsionada del discurso de la diversidad, que procura la atomización de las comunidades y la dispersión de la unidad. La interculturalidad en la línea de lo epistémico que sugiere Catherine Wash, implica la descolonización del pensamiento, romper con la dependencia y el sometimiento de la racionalidad y el pensamiento occidental desde la creación de espacios de análisis y debate en cada una de nuestras nacionalidades y pueblos. Hablamos entonces, de retomar ese pensamiento propio, de recuperar el espacio de construcción de nuestros conocimientos. Hay que empezar precisamente a trabajar en dirección a cuestionar los paradigmas de occidente sobre la cultura, la economía, la política y confrontar con el paradigma de Abya Yala, nuestro ejercicio cotidiano debe tener como fundamento los conceptos y categorías cuya construcción se remontan a miles de años, valorar y reconstruir nuestra institucionalidad como una opción. Es decir que, es necesario profundizar y revitalizar la construcción de una teoría social y política propia como un proyecto alternativo y transformador en base a principios, valores y conocimientos vigentes en la actualidad, prácticas históricas de nuestros pueblos, como entidades culturales, sociales, económicas jurídicas y políticas. |