Por: Jubenal Quispe A nivel político plagiaron el proyecto europeo de Estado Nación, s. XVI, y lo aplicaron a la realidad plurinacional de la Audiencia de Charcas. La teoría de Estado Nación sostiene que cada Nación crea su propio Estado. Nación entendida como el conjunto de personas que comparten históricamente un territorio, orígenes sanguíneos comunes, un idioma, una espiritualidad, una filosofía y aspiran a la autodeterminación. En sociedades con una sola nación, como la germana o la de los galos, la teoría de Estado Nación funcionó. Los germanos y los galos fundaron sus Estados (Alemania y Francia, respectivamente) porque dichos pueblos provienen cada uno de una nación. España, por su carácter plurinacional, no pudo soportar esta teoría. ¿Por qué cree Ud., pues, que la nación de los vascos, ahora, demanda el reconocimiento político? Para Bolivia, país plurinacional, la teoría de Estado Nación no era, ni es, ni será aplicable. Aquí cohabitan varias naciones que no participaron, ni se sienten representadas por el Estado boliviano monocultural. ¡Ni hablar de la nación boliviana!. ¿Acaso existe una nación boliviana? Y si no existe una nación boliviana, ¿Existirá un Estado Nación boliviano? El Estado boliviano, reflejo de la ineptitud intelectual de sus progenitores, fue creado a la medida de los intereses y ambiciones de los criollos y mestizos. Inicialmente subsistió con el tributo indígena. Y la clase gobernante amasó patrimonio robando las tierras a los originarios. El proyecto político de Estado Nación fracasó en Bolivia porque no hubo nación boliviana que lo sustentara y las naciones originarias quedaron excluidas y sin Estado. Esta es la triste y mimetizada contradicción boliviana. Origen de sus achaques terminales que, hoy, padece. Los descendientes de los conquistadores intentaron superar esta contradicción pretendiendo construir la ilusoria Nación boliviana. Para este fin intentaron exterminar a las naciones indígenas mediante la esclavitud y el colonialismo interno (s. XIX, y aún perdura). Pero como la resistencia indígena superó todo pronóstico antropológico, entonces, idearon construir la nación boliviana “educándolos en la cultura occidental”. A este proyecto llamaron “integración nacional” (segunda mitad del s. XX). Los indígenas para ser bolivianos estuvieron obligados a integrarse a la cultura occidental boliviana dominante. Eso significaba renegar de su identidad originaria. ¿Qué función cree Ud. que cumplieron las tres reformas educativas y el servicio militar obligatorio? ¿Por qué cree Ud., pues, que, en los hechos, sólo los indios hacen el servicio militar obligatorio a la Patria, inexistente para muchos de ellos? Los criollos no necesitan aculturarse (renunciar a su identidad cultural de origen), para adquirir la cualidad de ciudadanía plena. Ya lo son por su pertenencia fortuita de clase. Este intento de la construcción de la nación boliviana también fracasó. El Estado boliviano continúa careciendo de una nación que lo legitime. Y las naciones originarias continúan sin Estado. He aquí la causa de la disfuncionalidad del Estado boliviano. En la cotidianidad, el Estado Nación monocultural boliviano, para muchos, es una ilusión, como ilusión es la nación boliviana. ¿Qué hacer? ¿Desintegrarnos para que cada nación funde su propio Estado Nación? No. La solución es fundar un Estado Plurinacional. Esto significa que todas las naciones que cohabitan en Bolivia, reconociéndose como iguales y en igualdad de condiciones, acuerdan crear un solo Estado Plurinacional que represente y exprese las identidades diferenciadas en todas las instituciones y políticas públicas y privadas. Sólo así será posible construir una nación de naciones, pero con un solo Estado con autonomías territoriales en diferentes niveles. Lo Plurinacional no significa pluriestatal. Ahora es la oportunidad histórica que los pueblos de Bolivia tienen para construir su futuro superando el plagio de teorías políticas eurocéntricas que subalternizaron a las naciones originarias. La propuesta del Estado Plurinacional es la única opción que puede salvar a Bolivia de su desintegración. Insistir en el fracasado proyecto de Estado Nación, con una nación inexistente, es acelerar la muerte de Bolivia como país. Hoy, ya es otro tiempo. Las naciones indígenas ya no están dispuestas a continuar existiendo sin Estado. Ni mucho menos seguir renegando de su identidad para ser aceptados como ciudadanos en un país que los abomina. Los videntes del fin de la historia habían pronosticado que los pueblos, luego de la caída del socialismo real, estaban condenados a someterse a las teorías “universales” de la filosofía política liberal. Hoy, los pueblos de Bolivia le gritan al mundo: “Ni liberalismo, ni socialismo: Sólo queremos coexistir unidos por nuestra diversidad” Estamos asistiendo al sepelio de los míticos paradigmas occidentales. Se dijo que era imposible romper el mito de Estado Nación, pero este mito comienza a ser superado desde el imaginario colectivo plurinacional de los pueblos. Dijeron que existía una sola Ley divina, por tanto, un solo sistema judicial, pero el pluralismo jurídico revienta por todos los rincones de países plurinacionales como Bolivia. Dijeron que sólo el idioma dominante y la racionalidad lineal concedían la cualidad de ciudadanía, pero el pluralismo lingüístico y el simbolismo ritual se impone por doquier. La transición del fallido proyecto de Estado Nación hacia el Estado Plurinacional es un reto histórico que el destino nos concede. Es nuestra responsabilidad trascendental convertir nuestros retos en oportunidades para Bolivia y para el mundo. No es resistiendo a los cambios que transformaremos nuestra historia. La fobia a los cambios no es más que la manifestación de nuestra incapacidad creativa, y terminará encaminándonos a la angustia existencial. Jubenal Quispe: mi_llacta@yahoo.es |