Bolivia: ¿Yaraví versus Taquirari?
Por: Wilson García Mérida
Más detalles sobre la “profecía” separatista de Falcoff. El asesor de Bush en temas de intervencionismo militar norteamericano, Marc Falcoff, dice que hay “dos bolivias” que ya no pueden convivir más: esos retrógrados indios altiplánicos, tristes como musulmanes, que sólo saben producir y masticar coca; frente a esos progresistas caballeros blancos del oriente, felices como sionistas, que son los únicos capaces de negociar el gas.
La coca contra el gas. El Yaraví contra el Taquirari. Gladys Moreno debe estar revolcándose en su tumba. ¿Qué dirán los K´jarkas ante esta violenta ruptura de una interculturalidad que tanto nos costó construir a los bolivianos en nuestra República de la Diversidad? (*).
La teoría del “engorde al chancho”
Este proceso separatista, como ya lo dijimos, tomó impulso durante el gobierno de Carlos Mesa y se proyectó de acuerdo al “guión” diseñado por el Departamento de Estado con la teoría formulada por Marc Falcoff acerca de la “desaparición” de Bolivia, una vez que se enfrente la coca de los indios andinos con el gas de los “europeos” orientales.
A la coca hay que erradicarla, al gas hay que venderlo en Chile. Esta ideología se fue corporizando de un modo muy similar al engorde de un chancho con fines de faeneo.
La era carlosmecista
El gobierno de Mesa desató los demonios separatistas con dos acciones que fueron claves para la tragedia: Decretó la elección de prefectos fuera de toda norma constitucional vigente, creando separación entre los departamentos y el Poder Ejecutivo, e impuso como única opción autonómica la figura de
“autonomía departamental”, que es una autonomía esencialmente separatista.
La autonomía separatista
Las “autonomías departamentales”, ideadas en Washington por los “académicos” de la “Center for Strategic & International Studies” (CSIS), organismo de la CIA que es financiado por el consorcio “Kissinger McLarty Inc.”, confieren competencias administrativas y financieras a las élites locales mayores que en la descentralización, casi federalistas, y harán estallar conflictos de intereses en los polvorines dormidos del territorio nacional.
El polvorín del Isiboro – Sécure
Con su “autonomía departamental”, el Beni reclamará su “soberanía” sobre la zona de indefinición limítrofe con Cochabamba, en el Parque Nacional Isiboro Sécure, donde existe una fabulosa riqueza hidrocarburífera y forestal. Entonces vendrán las uniones juveniles de la “media luna” a querer expulsar de aquel rico territorio a los indios cocaleros. A eso nos llevan las “autonomías departamentales”.
La cabronada de Reyes Villa
El todavía Prefecto cochabambino se prestó a ser títere de los estrategas camba-croatas y chilenóficos del separatismo. Ahora está en Washinton, seguramente escuchando las lindas ideas de Marc Falcoff. Fue recibido nada menos que por el “Grupo de Trabajo para el Diálogo Interamericano”, dependiente del CSIS.
El CSIS y Kissinguer McLarty
Este organismo es el que protege a Sánchez de Lozada en los EE.UU. En mayo del 2005 invitó a los líderes de Santa Cruz encabezados por Branco Marincovic, quien ya había conocido a Falcoff meses antes en Santiago. La estrategia del CSIS, financiada por el consorcio banquero y petrolero Kissinger McLarty, consiste en una amplia cooptación de “cerebros” latinoamericanos que forman parte de este “selecto” club que realiza periódicamente seminarios en Miami y Washington.
Cerebros bolivianos de la nueva Anti Nación
Representando a Bolivia, son miembros activos del CSIS y su “Grupo de Trabajo para el Diálogo Interamericano”, por ejemplo, el ex presidente Tuto Quiroga, que fue uno de los principales puntales para la imposición de la fórmula de “autonomía departamental” entre el 2004 y el 2005, cuando el Comité Cívico Pro Santa Cruz comenzó a engordar al chancho separatista.
También suelen ser invitados a estos concilios del imperio conocidos académicos vinculados a la Fundación Milenio e incluso intelectuales que ejercen cargos en el actual gobierno del presidente indígena Evo Morales.
*Nota:
El yaraví es una melodía típica de la zona altiplánica de Bolivia, caracterizada por su melancolía indígena, y el Taquirari es la danza tradicional del Departamento de Santa Cruz, muy alegre y cadenciosa. Gladys Moreno es una diva de la musica boliviana, nacida en Santa Cruz y fallecida en el 2005 en su ciudad natal, que reivindicó la cultura andina en las tierras bajas interpretando ritmos como la cueca y el huayño junto al taquirari y la chovena.
Los K’jarkas son el más famoso grupo folclórico de Bolivia, surgido en Cochabamba pero con un repertorio amplio de música oriental, que como Gladys Moreno forjaron una interculturalidad que mantenía unido al país hasta antes de la razzia del 11 de enero. — Email: llactacracia@yahoo.com |