Manuel Iturralde: El Diario No es lógico que políticos inescrupulosos continúen arruinando la economía de un país que hasta hace pocos años estaba totalmente hipotecado a las transnacionales y algunos grupos denominados “light”, y que recién ahora traten de actuar como si despertaran recientemente del letargo y que tal vez ya estén observando que si el Gobierno actual consume correctamente su procedimiento de volver a Bolivia como Suiza, son ellos los que estarían nuevamente en el poder y así podrían manejar y usufructuar la corrupción a su gusto, estilo y antojo, inclusive con apoyo de las transnacionales. El tenor de la oposición es dificultar al Gobierno en vigencia y derrocarlo, pues si éste está en lo correcto habrá mucho dinero y existirá mayor estabilidad, productividad y asistencia social a todo nivel, pero para ellos es más importante favorecer a las transnacionales y no al pueblo. Existe una anécdota en la que se hace referencia al capricho español, narrando una historia en la que se decía que existía un país con un Gobierno muy tranquilo, pero lastimosamente desembarcó un viajero hispano y preguntó a un ciudadano del lugar: ¿hay Gobierno? Y este lugareño le respondió de inmediato: ¡sí, hay Gobierno! Y el hispano recién llegado con un ademán y con voz alta y en forma burlesca expresó su parecer (dando a entender que a partir del momento de su llegada se dedicaría a derrocarlo): ¡había Gobierno, ja, ja, ja! Historia que nos demuestra que en todo el sistema geopolítico de habla hispana colonial impera el capricho español del perro del hortelano, donde hoy la mayoría de la minoría light pretende regresar amnésicamente y ser salvadores, ser jefes, genios y sabios, auto perdonados, absueltos, estar escudados tras la religión para no ser procesados, ser corruptos incorruptibles (nota del autor: pedirle a un corrupto que reconsidere practicar nuevamente su honestidad y se regenere es corromperlo, lo que da a entender que en caso negativo de la regeneración del susodicho, el corrupto continuaría siendo incorruptible), haber obrado ilícitamente a conocimiento del pueblo, pretender regresar y ser alabados y perdonados después de haber actuado erróneamente y con maldad. Estos corruptos son tan hábiles para infiltrarse, son personas que han trabajado para diferentes gobiernos, principalmente de facto y luego en democracia, han diezmado familias e individuos, han discriminado etnias enteras, han hecho retroceder el tiempo de desarrollo a nivel nacional y como no hubo masacres blancas por razones democráticas, muchos siguen ocupando puestos claves para sus propios beneficios y de sus ex jefes. Continúan haciendo de las suyas bajo el respaldo gubernamental y/o camuflados, colocando gente de su confianza, ocupando y actuando con procedimientos dictatoriales, sectaristas, fachistas y anticonstitucionales y no socialistas ni humanitarios, no contra su ex gente, sino contra gente indefensa que no tiene apoyo de algún grupo social, cívico o gubernamental. Así no tienen oposición y pueden demostrar óptimos rendimientos y cumplimientos en sus cargos claves en instituciones, inclusive con el apoyo de los órganos gubernamentales (secretarías, servicios nacionales, empresas, etc., etc.) de mucha importancia. A sabiendas de que el Gobierno de turno triunfaría en las elecciones con mayoría, disimulando se pasaron de color político e inclusive ahora son indigenistas o dicen que siempre lo fueron, sin que, por la ceguera de los poderes Ejecutivo y Legislativo y los seguidores políticos originales y verdaderos del partido gobernante, los puedan apuntar y/o tachar. Parece que estos incorruptibles se hacen los opas o son demasiado sinvergüenzas y descarados, para no darse cuenta de que el pueblo ya no los quiere como gobernantes continuistas por mucho tiempo más, ya que se les dio una y varias oportunidades de gobernar y qué lástima para ellos, lo hicieron mal. Sus errores están incidiendo contra la Nación en la redacción de la nueva Carta Magna con fines golpistas y divisionistas y en contra de los que no son políticos y aman a su Patria como es y que respetan y les gusta cómo está siendo gobernada por el que fue elegido por el pueblo y confían en que vendrán días mejores y más justos y de mayor bonanza en todo sentido y nivel, como un país así lo merece, no pensando trabajar para otros países, sino para lo que es nuestro y para el bienestar de nuestros jóvenes descendientes, que son el futuro de Bolivia y que son los que velarán por nuestra vejez. |