El gobierno de izquierda indigenista continuará aplicando, con todo su rigor, la misma política minera neoliberal, diseñada y ejecutada por el millonario ex presidente y dueño de minas Gonzalo Sánchez de Lozada, derrocado en octubre del 2003 por una insurrección popular Redacción de Econoticiasbolivia.com No hay nacionalización y el neoliberalismo seguirá campeando en la minería boliviana, que genera millonarios ingresos para las transnacionales y los empresarios locales, y deja al Estado reducido a mínima expresión y con míseros ingresos. El anunciado plan de “nacionalización de la minería” del presidente Evo Morales quedó en la nada y se redujo ayer a ratificar la decisión oficial de contratar a cuatro mil cooperativistas para la mina de estaño de Huanuni, que anualmente exportará unos 30 millones de dólares, apenas un cuatro por ciento de las exportaciones bolivianas de minerales previstas para el 2006. “Se posterga el anuncio de la línea política minero - metalúrgica que iba a anunciar el Gobierno. Debo reconocer, la mayor parte del tiempo que estoy acá ha sido invertido en el tema Huanuni”, dijo el ministro de Minería y Metalurgia, Guillermo Dalence, que asumió el cargo el mes pasado, tras que su antecesor, el ex ministro Wálter Villarroel, que propugnaba una política de privatización-cooperativización de la minería, fuera exonerado por el presidente Morales por la matanza de Huanuni (16 muertos y una cincuentena de heridos a bala y dinamita). Según informó el ministro a la agencia gubernamental ABI, “la nueva política minera, que no tiene fecha definida para su lanzamiento, es compleja aún, toda vez que falta el análisis de la parte técnica y económica”. El gobierno, a través del vicepresidente Alvaro García Linera, fue sin embargo claro al asegurar que se respetarán todas las concesiones que el Estado, como dueño de las minas, otorgó al sector privado, nacional y extranjero, manteniéndose el pago simbólico de regalías e impuestos. En la última década, según estableció una investigación de Econoticiasbolivia, un puñado de transnacionales y de empresarios locales de la minería se apoderaron en beneficio propio de 4.289,5 millones de dólares, dejando socavones vacíos, mucha miseria en los pueblos del altiplano y sólo 90 millones de dólares en impuestos y regalías para el Estado (ver www.econoticiasbolivia.com). Por ello, ante la ausencia de cambios sustanciales, el actual gobierno de izquierda indigenista continuará aplicando, con todo su rigor, la misma política minera neoliberal, diseñada y ejecutada por el millonario ex presidente y dueño de minas Gonzalo “Goni” Sánchez de Lozada, derrocado en octubre del 2003 por una insurrección popular. La política minera de Goni, que desmanteló y destruyó en la década de los años 90 la estatal Corporación Minera de Bolivia (Comibol), entregando en concesiones todos los yacimientos a las grandes transnacionales y a las empresas privadas chicas y cooperativizadas, se mantiene en pie y continúa desarrollándose sin pausa. Asi: EVO PROLONGA EL SAQUEO DE LAS MINAS DE BOLIVIA En sus primeros nueve meses de gobierno, la política neoliberal indigenista continuó con la privatización del yacimiento de hierro más grande del mundo, entregando el Mutún a la transnacional india de Jindal, con una serie de concesiones onerosas como una millonaria subvención en el precio del gas natural (100 millones de dólares transferidos anualmente a Jindal) y permitiendo la explotación masiva de materias primas con un bajo nivel de industrialización (sólo el 5% del hierro explotado y comercializado se convertirá en acero). En el resto de la minería, donde las transnacionales controlan dos terceras partes de la producción, la minera chica y cooperativizada privada casi un tercio y el Estado no más del 5%, el gobierno de Evo Morales mantuvo y profundizó el saqueo privado de los yacimientos y reservas con escaso o nulo beneficio para el país. Hasta ahora, los tímidos intentos por aumentar los impuestos y regalías sobre las transnacionales y empresas locales, que se llevan el 98 por ciento de los ingresos totales de la minería y tributan sólo el 2 por ciento, han tropezado con la negativa del Ministerio de Minería y del gobierno de Morales. Frente a ello, los mineros de Huanuni han levantado la bandera de la expulsión de las transnacionales y de los empresarios locales para avanzar a la nacionalización de todas las minas, sin indemnización y bajo control obrero colectivo, una consigna que ha comenzado a calar entre la población más empobrecida de Bolivia. |