Por los designios del Cosmos, yo había nacido de la entraña mas tupida de la raza india. gracias a mi cerebro, aprendí a leer y llegué al dominio de la cultura de Occidente. Mi madre era descendiente de Tomás Katari. Y mi padre, indio de la Comunidad de San Lázaro. Ambos qheswaymaras. En la Revolución liberal de 1898, mi madre, recién casada, estuvo junto a Zárate Willka. Su participación en el “Gobierno indio” de Peñas, presidido por Juan Lero, fue intensa. Y mi padre encabezó el levantamiento de Macha, Pocoata, Toracarí, San Pedro, Antora, Tinguipaya, Potolo, etc. Durante la sustanciación del juicio criminal a Willka, así como después de su asesinato, mis padres anduvieron por los pueblos indios del altiplano aymara y qheswa de Bolivia y el Perú… Y, al rayar el alba del día 27 de marzo de 1906, nací en Macha. Aunque mi padre siempre declaraba: “… mi hijo ‘Chaiñu’, no ha nacido en Macha, ha nacido en Huahuanik’ala, a orillas del Lago Titicaca”. Mis padres tuvieron cuatro hijos: Rufina, José Félix, Tomasa y Alberto, que fue fusilado cuando prestaba su “servicio militar”. Mis hermanas murieron violadas y asesinadas por los gamonales de Peaña y Guadalupe. Mi madre inútilmente sostuvo pleitos… Por eso llegada la ocasión, se hizo justicia con sus propias manos. En consecuencia, yo que tenia el nombre de José Félix, quedé como hijo único de Jenaro Reinaga y Aleja Katari (conocida por Alejandra Chavarría Pérez). Cuando tenia 16 años llegué a la escuela; es decir al alfabeto de la cultura de Occidente. Yo era un mundo indio. La herencia y la realidad circundante sin interferencia alguna, habían gravitado en el proceso de mi conformación psíquica. Occidente, imprimiendo miento, idea y hechos, actuó como un molde de hierro sobre mi ser. Pero con todo no destruiría el esencia de mi naturaleza primigenia. Y lo que sorprende más todavía, es que haya roto las cadenas que me ataban a Occidente; y al final haya forjado una conciencia libre. El faro prometheico de los colonizados del mundo negro y mongol, el pensamiento de Mahatma Gandhi, Frantz Fanon, Albert Memmi, Eldridge Cleaver, Róger Bastide… me llegó cuando ya había descubierto el derrotero de la Liberación India… Un cabildo de Caciques reunidos en Quillacas, dispuso mi destino, fijando la ciudad de Oruro para mis estudios de secundaria. En aquella ocasión salió por primera vez el nombre de Ruphaj de la boca de Santos Thola, descendiente del “temible Willka”. Su larga exposición concluyó: No irá a Sucre, donde mataron a sus abuelos, los hermanos Katari, nuestros héroes. Vendrá a Oruro; y aquí estudiará bajo nuestra vigilancia. Como en sus venas lleva la sangre de Tomás Katari, se llamará Ruphaj Katari Para que con su pensamiento de luz y fuego; igual que los Amaru y los Katari, encienda y guié el nuevo levantamiento indio, hasta nuestra victoria final…” (Tomado de “El pensamiento amaútico F.R.) |