Mario Ronald Duran Chuquimia fue Secretario Ejecutivo de la Confederación Universitaria Boliviana (CUB). Especial para Katari.org En las horas mas tempranas de la madrugada empiezan las labores en una de las casas de las casi cuatrocientas zonas de la urbe alteña, las amas de casa preparan el alimento para la familia, para todo el día, pues estas salen a trabajar ya en el servicio domestico, ya en el comercio informal, ya en la atención del negocio familiar, o son microempresarias. El marido sale en busca de trabajo, en los mil y un oficios que sabe desempeñar. Los hijos, si tienen suerte y apoyo salen a estudiar, sino ayudan a su padres en las diversas labores del diario vivir. En las mas de mil micro y pequeñas empresas que dan empleo, aunque este sea precario a los numerosos brazos alteños, ronda la pregunta: ¿ acaso eres obrero?, ya que en ellas no existen derechos y beneficios sociales, feriados, ni bonificaciones, el D.S. No. 21060 es aplicado con todo rigor, pero te aguantas… ya que es la única forma de sobrevivir… entre tener y no tener empleo, mejor tenerlo, aunque este sea precario. La aristocracia obrera se ubica en algunas de las pocas grandes empresas, con ítem de planta y derechos laborales, entre ellos se cuentan a los trabajadores en educación y en salud. La familia juntando centavo a centavo, quitándose bocados de la boca y pequeños lujos innecesarios, compra un solar: “casa es casa, aunque sea en la punta del cerro”, lema popular aplicado a conciencia, o en medio de la altipampa se diría en El Alto; en el terreno, es edificado el futuro edificio, adobe a adobe, ladrillo a ladrillo: la historia de la vivienda es la historia de la familia. En promedio, cada mes se inaugura una nueva urbanización en El Alto, unas legales, otras conviviendo con la ilegalidad; algunas personas son victimas de los loteadores(1) que venden lo que no es suyo, teniendo que decir adiós a los escasos ahorros, otras ya, pelean por los servicios básicos (energía eléctrica, agua potable y alcantarillado, transporte), cuando consolidan su derecho propietario. Aproximadamente el 60% de las viviendas alteñas no cuenta con servicios básicos: cuando nacen las urbanizaciones, uno de los primeros servicios que llega es la energía eléctrica aunque la zona no tenga planimetría aprobada. El servicio de agua potable y alcantarillado tarda en ser instalado, su costo llego incluso a los 400 dólares por concepto de conexión a dichos servicios. La empresa con capitales franceses Aguas del Illimani pretendía recuperar su inversión expoliando a los vecinos alteños sus pocos dineros, las protestas se juntaron y la demanda por la expulsión de esta trasnacional incendio esta ciudad, originando sendas crisis al gobierno de Carlos Mesa (2003-2005) con la protesta hecha paro cívico indefinido. Después de tanto tráfago, la trasnacional anuncia inversiones, encara proyectos, excava zanjas, tiende alcantarillas, ductos de agua potable, rebaja costos de instalación, lleva a Francia a dirigentes de las juntas vecinales, para prolongar su permanencia en El Alto y evitar su expulsión. Educar a los hijos, es un sueño que se conquista a puro pulmón de los padres alteños, la universidad asegura la movilidad social, la conquista del espacio negado al ascendiente de poncho y ojotas. El orgullo de llamar al hijo licenciado, doctor, ingeniero es un bálsamo que recompensa las cien penurias sufridas, a partir de dicho momento se asume como un hecho tácito la conquista de un espacio social mas elevado. La Universidad Pública de El Alto (UPEA), fue el resultado de las movilizaciones de la juventud alteña que sufría discriminación económica aplicada en diversas formas por la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). La conquista de la autonomía universitaria enterró los intentos de administración alegre realizados por la curia alteña, la dirigencia de los movimientos sociales y los partidos de tradición neoliberal. Se convirtió en actor principal de las revueltas sociales de los últimos años. Se tiene grandes esperanzas en este semillero de futuros profesionales, aunque por el momento, atraviesa una profunda crisis, fruto de la pelea de intereses caudillistas. Ser micro, pequeño, mediano empresario en El Alto es vivir una odisea económica, los bancos ponen siete candados al crédito, la regularización ante el omnímodo Estado cuesta alrededor de ciento treinta trámites, una lenta burocracia y una agotante espera, los impuestos se pagan ni bien sacas la cabeza, así que mejor se vive en la clandestinidad. Talleres de costura, hilados, metalmecánica, carpintería surgen en el traspatio de las viviendas, a fuerza de auto-explotación lograron expulsar la producción argentina y chilena en textiles y la exportación de artículos de madera a mercados americanos. Las propuestas de los candidatos en época electoral se llenan con mágicas palabras: parque industrial; este sería un gigantesco emprendimiento con servicios básicos, energía eléctrica y otros servicios para la mediana y la gran industria, abarataría costos, concentraría esfuerzos, sería el motor del desarrollo de El Alto, pero solo es una idea en la mente afiebrada de los proyectistas, pasadas las elecciones: el olvido cubre a la idea del parque industrial. Los jueves y domingos, la zona 16 de Julio se convierte en el mas gigantesco emporio comercial, un millón de bolivianos (2) cambia de manos y bolsillos, se encuentra desde un alfiler hasta un camión de alto tonelaje, la feria es la mejor expresión de la vocación comercial de esta urbe, no se cobra o paga impuestos, la pregunta que ronda en el ambiente es: ¿qué compras, que vendes?, y el “rebájame, caserita (3)” de un hábil comprador que quiere un artículo a menor precio, inunda el ambiente. Es también el reino de la piratería, se encuentran desde cd’s con los temas del momento hasta aparatos electrónicos, imitación de famosas marcas, pasando por prendas de vestir. Mercado informal para el contrabando de ropa usada y de vehículos a medio uso. Mercado ilegal, ni bien sale el sol, para el pase de manos y dueños de artículos de dudoso origen. Las ferias, que en el exterior son instituciones que reciben el apoyo del Estado, difusión, promoción, capacitación, pues muestran la cara productiva de la sociedad y del país, sufren en Bolivia de un completo abandono: “la feria de la 16″ es un caos total, puestos de comida se mezclan con la venta de ropa usada, mezclas disímiles andan juntas, si se pregunta por un determinado articulo la respuesta mas común es la bíblica: ” busca y hallaras” … y funciona, se encuentra de todo… con un poco mas de organización, esta feria se convertiría en el motor comercial de esta urbe. Ser alteño otorga ciertos derechos y deberes, ya no te preocupas por la política local, lo nacional es tu realidad; el agua, por acción de la protesta social, se espera que pase de manos privadas a ser un bien público; el gas, de materia prima a producto industrializado, mediante el hechizo del bloqueo y el paro cívico. La autonomía departamental es una fantasía de la oligarquía camba, la mark’a (4) rebelde decide el destino patrio: la presidencia no depende ya de los votos ni de los acuerdos del parlamento, depende, así como el destino del país, de las válvulas de Senkata. Octubre de 2003 marco a fuego a esta joven ciudad, la mayor parte de las víctimas eran alteñ@s quienes no pasaban de los treinta años de edad, los vecinos de esta ciudad, puño en alto se enfrentaban al sistema que los había excluido, con el grito: ” El Alto de pie nunca de rodillas”. A decir de las frías estadísticas del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 40% de la población económicamente activa en dicha ciudad esta desempleado, el 30% esta subempleado y como las estadísticas consideran que el haber trabajado la última semana cuenta para todo el año… tales son los índices que muestran la mas dura de las realidades, por lo que en Octubre, la pólvora esparcida por las inequidades socioeconómicas, resultante del cumplimiento a carta cabal de las recetas fondo-monetaristas, exploto… años de aplicación del modelo neoliberal habían oscurecido el futuro en medio de las riquezas naturales de Bolivia. La protesta alteña dejo al neoliberalismo, a quien todos habían cantado loas, herido de muerte. Notas.- |